3. München

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N/A: De ahora en adelante, se indicará quién narra la parte del capítulo con su nombre en cursiva. Espero que os guste e intentaré actualizar más seguido a partir de ahora :)

Elva Blanco

No podía creerme que mis padres hubieran dicho que sí. Aunque mi madre se hubiera empeñado en venir conmigo en el viaje, me daba igual.

Estaba en el avión Madrid-Múnich, sentada en una fila con mi madre y Javi, y Valeria se había sentado en la de detrás con Joachim y Marlon, alegando que Marlon le estaba "enseñando alemán". Mi madre había quedado rendida al entrar por la puerta, pero yo me dispuse a hablar con Javi. Tenía algo que decirle.

-Y entonces se puso delante del otro, le pegó una patada al balón, y chaval, salió despedido, el portero se quedó flipando, ni siquiera se movió de donde estaba y...

Solo entonces me di cuenta de que me estaba hablando.

-Javi-le interrumpí. Él se calló y me miró, acercándose hasta quedar muy cerca de mí. Tomé aire y la pregunta salió de mi boca sin pensar.- ¿Desde cuando te gusta Valeria?

Él me miró, incrédulo, con los ojos muy abiertos, y se separó de mí. Se irguió en su asiento y no habló hasta pasados unos segundos.

-¿Tanto se me nota?-preguntó, y se echó a reír. Yo lo seguí.

-En serio. Dudo que ella se haya dado cuenta, Javi, pero yo sí.

-Me conoces mejor que yo mismo.-replicó él, cogiéndome de la mano.

-Ahora de verdad, Javi. ¿Desde cuando?-pregunté de nuevo. Él se lo pensó.

-Supongo que desde siempre. Pero me di cuenta solo hace unos meses.

Recibió un golpe con la revista que estaba en el bolsillo del asiento de delante de mí.

-¿Y no me lo contaste?-dije, fingiendo indignación.

-Me parecía contraproducente.- otro golpe que hizo que mi madre se revolviera en su asiento. Después, nuestras risas hizo que finalmente se despertara y nos mirara con mala cara para después ponerse los auriculares y cerrar los ojos de nuevo.

-¿Y ella qué?-me preguntó Javi.

-No lo sé. Ya sabes como es Valeria. El único chico del que me ha admitido estar enamorada fue Marlon Wessel.

Javi echó un vistazo a los asientos de detrás, donde los tres ocupantes charlaban animadamente, aunque no en alemán. Volvió la vista al frente y resopló.

Valeria Vailati

Marlon había cambiado desde la última película de las Fieras. La había visto tantas veces con Elva que me había aprendido sus rasgos de memoria, pero ahora estaba más alto aún, más delgado, y más moreno. Llevaba el pelo muy corto y tenía un tatuaje en el brazo. Y estaba a escasos centímetros de mí. Lo podía tocar si quisiera. ¡Lo podía tocar! Calma Valeria, ya me estaba sobresaltando. Llevaba tres minutos hablándome de los rodajes cuando me di cuenta de que no había escuchado ni una palabra. Era mi amor platónico, el amor de mi infancia. Y no me podía creer que estuviera allí.

-Valeria-me dijo de repente, devolviéndome a la realidad. Lo miré con una sonrisa.- Te estaba diciendo que si has estado alguna vez en Alemania.

--le respondí.-Mi padre tiene familia en Alemania. Bueno, mi madre es italiana y mi padre alemán, pero siempre vivimos en España.

-¿Has visitado alguna vez Starnberg?-me preguntó, devolviéndome la sonrisa. No tenía una sonrisa de anuncio, pero sus ojos sonreían más aún que sus labios. En los pocos días que habíamos pasado juntos, en Nueva York, en Oviedo, y en Madrid, a cada día me gustaba más que el anterior. Me di cuenta de que eran de un color muy parecido al de Javi, aquellos ojos en los que me había perdido tantas veces... Era irónico que el chico que me gustaba tuviera los mismos ojos que mi amor platónico.

Las Fieras Fútbol Club 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora