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Aquel puchero en el rostro del chico le hacía lucir increíblemente adorable. Sin embargo, las intenciones que tenía no eran para nada "adorables".

No sabía cuando tiempo llevaba insistiendo de esa manera; tampoco sabía cuanto tiempo tardaría yo en ceder.

- Anda, por favor, acompáñame. - volvió a rogar, esta vez, tirando de la manga de mi camiseta cual niño pequeño tras un berrinche.

- Estoy trabajando, estoy cansada, no me apetece. - le contesté. No quise sonar molesta o irritada, pero no pude evitarlo.

El chico soltó mi manga, dejándome por fin retirarme a limpiar la mesa que hacía unos segundos se había desocupado.

Todas, o casi todas, las tardes transcurrían así; yo asistía a trabajar en la cafetería de nuestra pequeña ciudad y Luke simplemente se dedicaba a acompañarme. El trabajo me servía para darle a mi padre una pequeña ayuda económica, pues realmente nos venía bien algo de dinero libre. Luke sin embargo no necesitaba trabajar, pues sus dos padres trabajaban y les entraba una cantidad de dinero considerable. Es por ello, que él venía algunas tardes a hacerme compañía.

Recogí la mesa, bastante sucia cabe decir, y la limpié, dejándola totalmente preparada para los siguientes clientes. Afortunadamente y debido a que éramos de las pocas cafeterías de la ciudad, teníamos una increíble clientela lo que nos beneficiaba mucho. Además, el trato con estos era excelente, o eso procurábamos.

Lo que, probablemente, me gustaba menos de este trabajo era el uso obligatorio de uniforme. Pero bueno, no todo podía ser perfecto.

Volví a acercarme a la barra, donde Luke se encontraba sentado dándole vueltas al vaso de agua que anteriormente yo misma le había servido. Sabía a la perfección que él simplemente se encontraba fingiendo para que yo accediera a asistir a esa horrible fiesta que tendría lugar, hoy viernes, en la casa de alguno de sus amigos.

Él sabía cuanto detestaba las fiestas, y más si eran justo después del trabajo y organizadas por gente que apenas conozco.

- Macy. - me llamó. Yo le di un asentimiento de cabeza, dándole a entender que le estaba escuchando, mientras que me dedicaba a hacer un pequeño recuento de las ventas del día. - Si no vas conmigo a la fiesta, se lo pediré a Olive.

Él no solo sabía cuanto detestaba las fiestas, sino que también sabía cuanto detestaba a Olive.

Le ignoré, dándole a entender mi desacuerdo con esa propuesta que había dado. Él sabía dónde pinchar para fastidiarme y sabía que no me gustaba que pasara tiempo con esa chica hueca.

Sabía que estaba dispuesta a ir a cualquier sitio con tal de que él no estuviera con ella. No era porque fuera celosa, sino porque ella era realmente una arpía; una chica totalmente tóxica.

- Anda Macy, no me hagas rogar más. - Su vista se volvió a fijar en mí, mientras que bebía de su agua a través de una pajita. Sí, él estaba bebiendo agua con pajita.



Estaba a punto de contestarle, cuando mi compañero de trabajo, Ashton, reclamó mi atención para ayudarle a llevar unos cuantos platos a la mesa que se encontraba atendiendo. Le di una mirada de disculpas a Luke por no poder seguir con nuestra pequeña discusión, y me acerqué al castaño.


Ashton era tan solo dos años más grande que nosotros; se encontraba en el segundo año de universidad y, al igual que yo, se encontraba trabajando para darle una ayuda económica a sus padres y pagar sus estudios. Los estudios eran realmente caros, y eso era horroroso. Todo en esta vida es pago.


Ayudé al chico a llevar aquellos platos, que a decir verdad desprendían un delicioso olor a dulce y chocolate -pues eso precisamente eran, tortitas con chocolate fundido. Delicioso.- Ashton me agradeció por la ayuda y tras ello volvió a la cocina para continuar ayudando a la señora Scott.

En la cafetería tan solo éramos cuatro; Ashton, el señor y la señora Scott y yo. Estos dos, que antes había mencionado, eran los dueños del local y se ocupaban de él en la mañana, cuando Ash y yo estábamos con los estudios, al igual que aquellas tardes cuando no podíamos asistir al trabajo debido al mismo motivo; los estudios.

Volví a la barra, dónde mi rubio amigo seguía con su vaso de agua, ya casi vacío.

- Luke - Le llamé. Él subió la mirada, indicándome que me estaba prestando atención. Lucía algo desanimado; así solía estar cuando alguien le decía que no a algo. - ¿A qué hora pasas a recogerme?


Su rostro se iluminó de repente, y realmente solo le faltó saltar de su asiento y ponerse a dar palmas como niño pequeño.

- Te quiero. - Exclamó, dejando reiterados besos sobre mis mejillas.

Esta vez, Luke no se quedó hasta la hora del cierre de la cafetería, pues supuestamente debía pasar a comprar algo de alcohol. La fiesta a la que asistiríamos era algo improvisada; la habían organizado sobre la marcha y aún faltaban cosas como por ejemplo el alcohol que obviamente yo no probaría. Jamás había probado el alcohol y la verdad es que no quería hacerlo.

Sobre las nueve, ya me encontraba en casa, preparándome para la 'gran' fiesta. Mi papá ya estaba enterado de que iría con Luke y es por ello que me dejaba ir. Luke era como otro hijo más para mi padre y él sabía que el rubio cuidaría de mí. Se podría decir que mi padre confiaba más en Luke que en mí.



Para cuando eran cerca de las diez de la noche, Luke ya se encontraba sentado en el sofá de mi casa esperando a que yo estuviera ya lista, mientras que establecía una entretenida conversación con mi padre; probablemente estarían hablando de películas, música o incluso política. Sorprendentemente, mi mejor amigo era un gran entendido en estos temas.

Mi padre se levantó del sofá en cuanto yo puse un pie en la planta de abajo. Me regaló una pequeña sonrisa y me abrazó mientras que susurraba que estaba demasiado linda y que tuviera cuidado en esa fiesta. Luke se acercó a mí, pasando su gran brazo por mi hombro.


Ambos nos despedimos de mi padre, quién le dio a Luke unos pequeños consejos de padre postizo a hijo postizo.


Y así nos encontrábamos ahora; Luke conduciendo hacia la casa de quién sabe, mientras yo canto a todo pulmón la canción que en la radio suena acompañada de la carcajada de mi mejor amigo.

Y es que eso era lo que me llenaba; verle feliz. No importa a cuantas fiestas me vea obligada a ir o cuantas locuras tenga que cometer si el resultado va a ser su felicidad.
















n/a: aquí llega el segundo capítulo de youth. ahora puede parecer algo cliché, aunque realmente ya todo es cliché, pero recuerdo que la trama aún no ha empezado y esto es algo así como una introducción o idk. espero que realmente les esté gustando.


muchísimas gracias por todo. un besazo

cris. ❤














[sin editar]

Youth ❆ lrh Donde viven las historias. Descúbrelo ahora