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El brazo del chico se movía sobre mi espalda, dejando suaves caricias en esta como hacía ya cinco minutos llevaba haciendo. Sus dedos se movían con suavidad a lo largo de esta, proporcionándome una gran tranquilidad. Él me proporcionaba tranquilidad en todo lo que hacía para ser sinceros.

Seguramente eran aproximadamente las once de la mañana y hacía tan solo unos minutos atrás me había despertado, justamente cuando los dedos del chico se colaron a través de la camiseta que me había prestado y se habían posicionado sobre mi espalda.

Me encontraba bocabajo, aún mis ojos cerrados, mientras que en silencio disfrutaba de la compañía del chico. Probablemente él estuviera en una posición similar a la mía, incluso con sus ojos cerrados.

Cualquiera que viera una escena como la que nosotros estábamos ofreciendo diría que estamos en algo, que somos pareja. Pero eso estaba muy alejado de la realidad. Al menos de nuestra realidad.

- Macy. – Su voz adormitada llamando por mi nombre provocó que yo soltara un pequeño gruñido. No quería levantarme, no aún. – Vamos Macy, vamos a levantarnos.

Con cuidado, abrí mis ojos, encontrando una mirada azulada que me observaba con cautelidad. Luke utilizó su mano para despejarse la vista, frotando esta en sus ojos. Se veía ciertamente adorable pese al tener sus facciones adormiladas. El chico me regaló una pequeña sonrisa antes de colocarse de lado y sacar su mano de mi espalda; automáticamente sentí la falta del calor que esta me había proporcionado.

- Eres malo, aún no quiero levantarme. – Le contesté, a duras penas, pues el sueño realmente me podía.

Anoche habíamos llegado de la fiesta realmente tarde, por lo que era normal que tuviera este sueño. Es decir, ambos acudimos a la fiesta y sorprendentemente nos divertimos. Yo me divertí. Bailé durante la gran parte de la noche y bebí muchísimas Coca-Cola's por lo que tenía la cafeína por los aires. Conocí también a algunos de los amigos de Luke que resultaron ser realmente agradables y sobre todo, pasé tiempo con él. No esperé divertirme de esa manera.

El ojiazul soltó una pequeña carcajada, cerrando sus ojos de nuevo. Aquella sonrisa se encontraba reflejada en su rostro pese al cansancio.

- Venga Macy, mi madre nos ha preparado el desayuno, no quiero hacerle un feo y no bajar a tomarlo. – Murmuró, tocando con su dedo índice mi mejilla que se encontraba inflada.

Solía hacer eso de vez en cuando, como si de un hámster o un pez globo me tratara.

Solté un pequeño suspiro, incorporándome levemente en la cama del chico, la cual, cabe decir, que es realmente cómoda. También cabe destacar que la habitación se encontraba bastante limpia para ser de un chico y dado que estos suelen ser muy desorganizados, es de agradecer.

Luke se incorporó de igual manera, soltando un leve bostezo; en su cara se veía el notorio cansancio. No sabía a qué hora habíamos llegado, tampoco creía que él lo supiera y es probable que ambos hayamos dormido muy poco.

El rubio se me adelantó, saliendo de su habitación con rapidez, mientras le gritaba a su madre que el desayuno olía delicioso. Yo no pude evitar soltar una carcajada, porque era increíblemente divertida la relación que su madre y él tenían.

No me molesté en cambiarme; pues como antes había mencionado, llevaba puesto una camiseta del chico y unos pantalones cortos de chándal que él mismo me había prestado. Sinceramente no me daba vergüenza bajar a desayunar de esta manera, pues al igual que mi padre era como un segundo padre para Luke, Liz – la mamá del rubio – era como una madre para mí.

Además, la mujer ya estaba acostumbrada a nuestras inesperadas noches de pijama, por lo que acostumbraba a verme así.

- Buenos días Macy – Murmuró la amable mujer cuando ya estaba yo en la cocina, mientras que su hijo menor devoraba su desayuno.

- Buenos días Liz ¿qué tal el día? – Y aquí fue donde la mujer y yo establecimos una pequeña conversación cordial.

Liz se sentó a desayunar con nosotros, solo para hacernos compañía, pues ella ya había desayunado en la mañana temprano con Andrew, el cual, pasados unos diez minutos, entró en la cocina para recordarle a su mujer que ya debían de salir si querían llegar al mercado a tiempo.

Los Hemmings acostumbraban a ir al mercado los sábados, para pasar un día familiar; se iban de compras, iban a almorzar y luego, si el tiempo lo permitía, pasaban el resto de la tarde en la playa. Era una tradición familiar que ninguno de ellos se atrevía a romper, a no ser que pasara algo o que alguno de sus hijos tuviera un examen. Además, según Luke, lo solían pasar grande.

Y me alegraba que pasaran ese tiempo en familia.

Terminamos de desayunar, y tras subir a por mis cosas –y a que Luke se cambiara para irse con su familia- Andrew me ofreció llevarme a casa. Obviamente denegué su invitación, pues no me importaba ir andando a casa y tampoco quería retener más tiempo a la familia en su casa.

Me despedí rápidamente de mi mejor amigo, pues estaríamos todo el trayecto mensajeándonos y además nos veríamos por la mañana en cuanto él pasara a recogerme para asistir a clases.

Los Hemmings partieron hacia el centro de la ciudad a la misma vez que yo partí hacia mi casa, donde un padre cansado esperaba por mí; el pobre había trabajado durante toda la noche en una guardia y esos días eran los peores. Normalmente cuando mi padre volvía de una guardia se sentía tan cansado que era incapaz de salir a ningún lado y yo tampoco quería que él saliera cuando lo que necesitaba era descansar, por lo que, generalmente, cuando mi padre venía de una guardia, ambos nos quedábamos en casa viendo una película juntos o cada uno por separado, él durmiendo y descansando y yo estudiando o revisando mis redes sociales, como toda adolescente en sus tardes aburridas.

Esa tarde avisé a Michael, mi vecino, para que él y su pequeña hermana melliza, y digo pequeña porque era bastante más baja que su hermano aunque el parecido entre ambos era notorio, vinieran a pasar la tarde a mi casa. Ambos vinieron con gusto, pues, al igual que yo se aburrían. Me alegraba tener unos vecinos de mi misma edad que estuvieran disponibles para pasar la tarde conmigo cuando nadie podía hacerlo. Además, y eso era un plus, ambos eran increíblemente divertidos.

¿Por qué no llamar a otras personas? Esa podría ser una gran cuestión, pero mi círculo de amistades se cerraba en esas personas.

Michael y Emily

Ashton

Y Luke.

Se podría decir que no era especialmente social, pero tampoco le tomaba importancia a eso. Es decir, prefiero tener esos cuatro amigos, en los que sé que puedo confiar y los cuales jamás me fallarían, que tener miles de amistades y que ninguna sea verdadera.

Michael, Emily y yo pasamos toda la tarde fangirleando sobre All Time Low, banda la cual los tres amábamos. También vimos unos cuantos capítulos de Teen Wolf, serie que Em y yo amábamos pero que Michael no aguantaba. Finalmente, para cuando mi padre se despertó, ordenamos pizzas que obviamente los dos hombres devoraron.

Pese a ser una tarde que apuntaba a ser aburrida, lo pasé realmente bien y es que, a veces, lo más simple, puede ser lo mejor.
























































n/a: aaaaaaaaaaaa estoy deseando que por fin empiece la trama de esto jsjsjsjsj solo estoy intentando alargar esto un poco antes de que comience el nudo. Muchas gracias a todas las personas que están leyendo esto, que están comentando y votando y que están disfrutando de la lectura. Eso es lo más importante, disfrutar de la lectura.

Me gustaría interactuar muchísimo más con todxs vosotrxs, así que, a partir de ahora probablemente las notas de autoras estén mucho más dirigidas a vosotrxs. ,

Miles de gracias. 

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