Subo silenciosamente las escaleras que dan con el segundo piso. Está todo desierto, por así decirlo, se supone que todos estén en su última clase y yo ando aquí. Con la vista en mis pies y mis mejillas levemente sonrojadas, abro la puerta. Me sorprende el verla tan oscura y polvorienta. Es un cuarto de limpiezas y la limpieza es lo que carece en ella. El olor a polvo impacta mi nariz y me dan ganas de estornudar.
—¡Salud! — dice Liam desde su escondite. Doy un leve salto.
—Gracias.
Él me sonríe y camina hacia a mí, yo por mi parte solo retrocedo un paso.
—¿De qué quieres hablar? Veo que es muy urgente porque andas cortando una clase.
Lo observo unos segundos más. Liam se ve... distinto. Su ceño fruncido no lo está totalmente y eso le da un toque de ternura, se ve agradable.
—Nos han visto.
—¿Qué? ¿De qué hablas?
—Nos han visto salir del baño. — él me mira y frunce su ceño
Yo por mi parte intento recordar un poco lo que sucedió ese maldito día. Estábamos en la sala bebiendo cualquier cosa, luego fumamos y siguiente a eso llegó Christian. Sí, ya sé qué parte del baño hablan todos.
—No recuerdo haber hecho algo indebido contigo, ¿o sí?
—Si no lo recuerdas no quiere decir que no hayamos hecho nada, pero en efecto, no hicimos nada.
Me siento muy estúpida en este momento. Quisiera recordar un poco después a eso. Sé que oriné, me limpié, pero ¿qué más?
—Sí, no hicimos nada. — afirmo para convencerme más a mí que a él.
—Recuerdo perfectamente tus pupilas dilatadas. ¿Recuerdas cómo llegaste a tu casa? Jamás pensé que te iba a ver de esa manera.
—¿D-de qué manera? — le pregunto con mis mejillas más caliente que el sol. ¿Cuándo me había sonrojado como ahora?
—De la manera en la que estabas: drogada.
—¿Dr-rogada? — intento hacerme la estúpida.
—Sí, drogada.
—¿De... — trago saliva — ... verdad?
—Espero que esto realmente no te cause una amnesia temporal. — habla acercándose a mí.
Sus labios azotan los míos con delicadeza. Mis ojos parecen dos témpanos por lo grande que están. Él lleva sus ojos cerrados y sólo por que el beso es delicado, los cierro. Jalo suavemente la chaqueta escolar de Liam y él pasa sus manos por mi cintura, intentando acercarnos más. Dejo que su lengua haga el trabajo mientras que la mía se mueve tímidamente.
Una segunda vez. Una segunda vez que no me puedo perdonar. ¿Cómo puedo ser capaz de besarlo, sabiendo cómo él ha sido? Él me confunde de una manera bastante severa. Antes del viernes, no había sabido nada de él. Incluso, ese mismo día lo había visto besarse un una chica. Dios.
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Una nerd con doble identidad.
Teen FictionSolamente quería tirar mi birrete al aire cómo cualquier persona normal lo haría. Nunca pensé que eso conllevaba tener que soportar cosas que jamás imaginé. Todo era mágico en mis pensamientos, pero ¿realmente iba a serlo en verdad? No me pasó por...