Solamente quería tirar mi birrete al aire cómo cualquier persona normal lo haría. Nunca pensé que eso conllevaba tener que soportar cosas que jamás imaginé. Todo era mágico en mis pensamientos, pero ¿realmente iba a serlo en verdad?
No me pasó por...
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—¿Cuál es el procedimiento?
—Dice que debes añadir el líquido color azul al morado. Batirlo por dos minutos y esperar a que tenga algún cambio. — le contesto su pregunta con una sonrisa.
—Toma el temporizador. — vierte el liquido azul dentro del morado y comienza a agitarlo.
La clase de química últimamente es muy interactiva, pero como siempre lo bueno viene con algo malo, aquí estoy, haciendo los laboratorios con Liam. Esa es mi desgracia.
—¿Qué más dice ahora que pasaron los dos minutos?
—Dice: Vierte el líquido verde y espeso dentro de la mezcla que anteriormente habías hecho. — leo y de reojo lo observo — Luego menéalo por unos segundos más. Sí tu mezcla se ha comportado de manera homogénea y se ha vuelto viscoso, déjelo reposar por cinco minutos.
Miro a Liam quien suelta el vaso con los químicos encima de la mesa. Todos en el salón están completamente entretenidos haciendo sus experimentos. Busco a Jake con la vista, pero éste está entretenido con un chico del fútbol haciendo su experimento.
En el salón se puede apreciar la paz ya que Kelly no ha venido a clase desde hace varios días. Nadie pregunta por ella y tampoco se preocupan. Yo simplemente agradezco el que no esté viniendo a clases. Puedo ser libre, como Elsa en Frozen.
—Ya han pasado los cinco minutos, ¿qué sigue?
Aclaro mi garganta y echo mis espejuelos hacia atrás.
—Luego de dejarlo reposar, debes de añadir una cucharadita de pegamento y media de bórax. Menear hasta que se convierta en una pasta o se te haga espuma. Si se vuelve de un color rojo, lo has hecho bien y si continúa de un color marrón has fallado.
—Okey — sonríe mientras le digo lo último y hace lo que dice en el libro — Se está convirtiendo en color escarlata. ¡Obsérvalo!
Por encima de la mesa estiro mi cuerpo para poder ver mejor el vaso precipitado en donde está la mezcla.
—Los has hecho excelente. — le digo mirando el vaso que adentro la mezcla viscosa se ha vuelto roja.
—Lo hemos hecho. — me corrige con una sonrisa.
Le sonrío falsamente y él me sonríe desde el fondo de su corazón. O quizás no falsamente.
—¿Cómo les ha ido a ustedes? — pregunta el profesor — Veo que lo han hecho. Es el primer grupo que lo termina y hace bien. Se pueden ir chicos.
Tomo mi mochila y Liam hace lo mismo. Salimos del salón y antes de llegar a él área donde queda la próxima clase, me detiene.
