31. A Partir de Hoy, Odio a las Ardillas

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Mientras buscamos la siguiente pista y las cartas entre los árboles va pasando poco más de un mes, pero no es tanto por que batallemos en encontrarlas ni por que sólo tengamos un día como oportunidad cada seis de ellos, nada de eso. Sino porque últimamente le hemos estado tomando más importancia a nuestros propios asuntos.


Yo he preferido platicar con Isabela, Briss, Marlene y Giselle. Algo que no me permitía todo eso de las cartas y me mantenía siempre ocupada.


Wally hace unas dos semanas ha estado platicando con un señor en las visitas, siempre en la noche me platica sobre lo que le cuenta, son historias muy interesantes. A Wally le agrada ese señor.


Jeff ahora habla mucho con Kate y se la pasan muy bien, además se ha puesto a leer varios libros y ahora es mucho más listo.


Isabela se ha adaptado muchísimo al orfanato considerando que apenas lleva unos cuatro meses aquí, ya casi no le afecta lo que pasó con sus padres.


Leo se ha vuelto muy buen amigo de Alsue y de Briss, siempre se la pasan riendo y diciendo cosas graciosas, de vez en cuando todos nos juntamos con ellos.


Alsue se ha hecho amigo muy íntimo de Giselle, de hecho siento que ambos se gustan. También le gusta mucho escuchar música, como cumplió años hace apenas unos días entre todos le compramos un radio y siempre se pasa escuchándolo.


Briss no es del equipo, pero igual diré qué ha pasado con él. Aunque ahora no estamos todos los tiempos libres haciendo cosas sobre las cartas, igual sigue sospechando y ya no se cree la mentira que le había dicho y, aunque no lo dice, si le da tristeza que lo excluyamos.


Marlene tampoco lo es, pero como ella siempre se junta con Giselle, ahora le hablo más seguido. Por cierto, ésta última cambió de habitación para mudarse con Marlene. En fin, ya no tiene ataques de ira, aunque comienzo a sospechar que gracias a Puppy logra tranquilizarse, también sospecho que no está rehabilitada del todo, aunque si ha cambiado mucho.


"Solo falta revisar ese árbol" dice Jeff, es domingo de parque. "Es donde siempre solía subirme" digo. De hecho ese árbol es grueso y grande, sólo que tiene una rama muy cerca del suelo. "Donde sueles caerte mejor dicho" agrega Leo y los dos reímos. "Donde sueles jalarme el pie" le respondo aún riendo un poco. "Revisen muy bien" dice Jeff y yo noto una especie de agujero, como una casa de ardillas. "Miren, eso parece sospechoso" les digo y todos se dirigen conmigo rápidamente. Jeff se asoma, grita y al sacar su rostro noto una mordida en su mejilla. "¿Qué pasó?" pregunto asustada. "Una ardilla me mordió" dice más asustado que yo. "Vamos rápido con Kenia, tal vez tenga rabia o algo así" dice Isabela y todos corremos hasta ella. "¿Y al menos estaban las cartas?" pregunto. "Si" dice pero no demuestra felicidad ya que aún le duele la mordida.


Llegamos con Kenia y ella se sorprende al ver la mejilla de Jeff. "¿Qué te pasó?" pregunta preocupada. "Lo mordió una ardilla" dice Alsue. "Ven, hay que ir al doctor, deja llamo a Kayra para que los cuide mientras tanto" dice Kenia y poco después de llamar a Kayra ésta llega. "Maya, consigan las cartas" dice Jeff a la vez que Kenia se lo lleva.


"¿Ahora qué haremos?" les pregunto. "Hay que asustarla para que salga de ahí" propone Alsue. "¿Cómo?" pregunta Leo. "¿Con un palo?" pregunto. "Hay que intentarlo" dice Alsue. "Yo lo busco" dice Isabela.


Llegamos a dicho árbol de nuevo y a Leo se le ocurre algo. "Isabela ¿Me prestas el palo?" le pregunta. "Ah, claro" le responde y se lo da. Leo se sube al árbol. "Si lo intentamos directamente la ardilla puede saltarnos hacia el rostro" agrega al subir. "Tienes razón" digo.


Al estar arriba comienza a picotear el agujero. Los demás nos hacemos a un lado para evitar accidentes. Unos segundos después sale la ardilla y comienza a morder el palo molesta, voltea hacia Leo y escala arriba hasta él. Leo se asusta tanto que termina cayendo al suelo. La ardilla se vuelve a meter dentro del agujero. "No sirvió" dice Alsue a la vez que ayuda a Leo a levantarse. Después se ríe. "¿Ahora qué hacemos?" pregunto. "¿Y si le acercamos comida?" propone Isabela. "Hay que intentarlo" dice Leo.

¿Por Qué No Me Quisieron Mis Papás?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora