Me aparte suavemente de sus labios y le abrace. Notaba como su respiración acelerada se iba calmado junto a la mía.
-¿Salimos del agua?- pregunte susurrándole al oído.
-Claro, salgamos-dijo separándose de mi.
Salió el primero para ayudarme.
-Gracias-le Sonreí.
-De nada-dijo haciendo una reverencia que me hizo reír.
Nos quedamos un rato asentados hasta estar mas o menos secos.
-Tendríamos que ir llendonos, sino se nos ara tarde.-dijo levantándose y extendiéndome la mano.
-Sí, tienes razón.-le agarre la mano y me levante.
Me fui poniendo mi ropa al igual que él.
-¿Estas listo?-
-Si, vamos-sonrió.
Estuvimos la mayoría del camino sin hablar, pero no era un silencio incomodo sino agradable. Además tampoco sabía que decirle ya que el momento que vivimos en el agua fue algo raro y intenso.
Tal vez estábamos yendo muy rápido, no se... Lo único que se es que necesitaba tenerle, necesitaba que fuera solo mio.
-¿Quieres que te acompañe hasta tu casa?- dijo sonriendo.
-Si no te importa si porfa, es que me da miedo ir por la calle a estas horas sola- dije mirándome la punta de los pies.
-Tranquila, mientras estés conmigo nadie te tocara.-
-¿Ha que te refieres con eso?-dije mirándole extrañada.
-Pues que si alguien intenta hacerte daño se llevara unas galletas extras de Andrés. ¿Que habías pensado?-dijo riéndose.
-Que eras un pirado o un obsesivo-dije riendo.
-¿Yo?¿pirado?¿obsesivo?Que va...-dijo haciendo movimientos exagerados.
-Que payaso que eres-dije riendo.
-Lo se, pero aun así me adoras-sonrió.
-Cierto-le sonreí.
Llegamos a la portería de mi casa y nos quedamos mirando el uno al otro un rato, me gire y abrí la puerta y la sostuve con el pie.
-Portate bien vale-
-Yo siempre me porto bien-hice un gesto exagerado de ofendida.
-Bueno... Vale...-sonrió.
Se acercó suavemente a mi mejilla y la beso tiernamente y sé fue, y me dejo ahí plantada sin saber que hacer.
Subí con una sonrisa a mi casa, estaba ¿feliz? Era raro decir esa palabra ya que hace tiempo que no la había podido sentir.
Entre con una sonrisa en la cara cuando de repente vi algo que no me gusto mucho....
-Hola cariño- dijo ella mientras me venia a abrazar.
-¿Mama?¿Que haces aquí?-dije sin tocarla.
-No te hace ilusión que haya venido?-dijo susurrándome al oído.
-Si pero...-
-Hola cielo, que grande estas- dijo el viniendo a abrazarme también.
-Hola Papa...-dije sin mucho entusiasmo.
-¿No te alegras de vernos?- dijo el mirándome fijamente a los ojos.
-No es eso, simplemente no me lo esperaba. ¿Por que no me habéis avisado?-
-Era una sorpresa-dijo Mama entusiasmada dejándome de abrazar.
-Pues vaya sorpresa...-dije entre dientes bajito.
-¿Que?-dijeron los dos a la vez.
-Que me alegro de veros-forcé un poco la sonrisa.
-Y nosotros a ti-dijo mama espachurrandome en un abrazo.
-¿Has comido algo?-
-No Papa.-
-¿Y que hacías a estas horas en la calle?- preguntó ella curiosa soltandome.
-Estaba con Andr... Una amiga-dije mirando a otro lado.-¿comemos algo?- intente cambiar de tema.
-Claro.- dijeron a la unisima.
Me fui al frigorífico y saque una pizza, me daba pereza cocinar a estas horas... Como podían haber venido sin avisar, como si nada, no lo entendía. Algo estaban ocultando por que esto no lo habían hecho nunca.
Espere sentada en en mármol de la cocina hasta que estuviera hecha la pizza.
-Esta lista- la deje encima de la mesa.
-mmmm que bien huele-dijo Papa.
-Si tienes razón- dijo Mama oliendo la pizza.
Pasamos un buen rato en silencio hasta que Mama rompió el hielo.
-Y bueno cariño, ¿tienes novio?-dijo mirándome atentamente.
Al escucharlo se me atraganto un trozo de pizza y comencé a toser.
-No-dije tosiendo un poco.
-¿Seguro?-pregunto con ojos divertidos.
-Seguro-dije sin mirarla y con voz seria.
Acabamos comiendo en silencio, después de comer Mama retiro los platos y los fregó, yo simplemente me dirigí a mi habitación, cerré la puerta y me senté encima de mi cama. Me sentía tan idiota por lo que había pasado con el trozo pizza, si lo llego a saber cocino otra cosa...
-Toc toc-dijo alguien detrás de la puerta.
-¿Si?-dije inclinándome un poco para mirar.
-¿Ya te vas a dormir?-dijo hacercandose a mi.
-Si Papa.-
-Ojalá que descanses amor-dijo mientras me daba un beso en la frente.
-Gracias.- dije sin mirarle casi.
Me fui quitando la ropa que llevaba encima que estaba aun algo húmeda y me puse el pijama. Intente dormir pero no pude, iba a levantarme cuando note que alguien entraba en mi habitación y miraba si estaba dormida. Me hice la dormida y se lo trago, por como olía juraría que era Papa.
Se fue despacio sin hacer ruido para no "despertarme". Cuando comprobé que no estaba me acerque a la puerta y los escuche hablar.
-Como se lo vas a decir- dijo ella.
-No lo se aun.... No lo he pensado- dijo con voz de preocupación.
-Se lo tendremos que decir tarde o temprano-
-Lo se, pero creo que tendríamos que hacerlo los dos.-
-Sera lo mejor para ella-dije ella.
Con lo que había oído era suficiente y no quería comenzar a pensar cosas que no eran así que me fui a dormir, o a intentarlo.
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Andrés
Teen FictionEn ese instante me acorde de él, Andrés, quien un día me dijo:"Tienes que fijarte en los pequeños detalles de la vida". Calque una y otra vez ese corazón que me había empapado de recuerdos en tan solo unos instantes, se me hizo imposible no sonreír...