Narra Valery
Desde que conozco a Emma, es casi imposible convencerla de las cosas, a no ser... que le lleves comida —A mí también me convencen así— Mejor si es un tarro gigante de helado de brownie, su favorito.
Dejando de lado a Emma. Nunca me habían propuesto algo de esa manera, y mucho menos ese tipo de persona una cita, así que no podría describir lo que siento en este momento. Seguro la emoción y los nervios están teniendo una enorme batalla en mi estómago, lo que causa toda clase de sensaciones.
Hasta el momento, Adam ha sido el tipo de persona con la que he querido encontrarme estos últimos cuatro años de mi vida. Alguien con intelecto suficiente para tener una conversación amena, con vida, y libre.
Ahora que lo encontré, no quiero dejarlo ir tan fácil. Adam dijo que pasaría por mi pasadas las ocho, no me dijo a dónde iríamos, por no lo que no sabía que usar. No podía ponerme algo elegante para ir a un bar o algo demasiado informal para terminar en un restaurante. Finalmente decidí ponerme un jean, una blusa kawaii y mis sandalias favoritas.
Mamá me dijo que no llegara muy tarde y la exagerada de Emma me hizo prometer que usaría protección, no dude en darle un golpe. Cuando faltan cinco minutos para los ocho agarro mi bolso con fuerza, llevo cosas realmente necesarias en caso de una emergencia.
1. Mi celular, por si necesito llamar a alguien... o si de repente tengo un ataque de pánico.
2. Un cubo de rubik, por si me aburro.
3. Perfume, por si acaso.
Importantes.
A través de los vidrios de la ventana, se alcanza a ver el brillo de una farola, seguido por el ruido del motor de una motocicleta. No sé cuánto tiempo pasa cuando tocan la puerta, simultáneamente y como acto reflejo miro el reloj, son las ocho en punto.
—Buenas noches señora Swan.
Mi madre le devuelve el saludo.
—Solo no lleguen muy tarde —nos recuerda
—Sí mamá.
Salimos, la moto esta estacionada frente a la casa. La noche esta fría, pero es agradable, hay estrellas y la luna ilumina la carretera de una manera singular.
Adam me indica que me suba con una sonrisa, lo hago, vamos, creo que es una Harley.
— ¿Lista? —me mira con las llaves en la mano
—Lista —respondo, y en un instante estamos recorriendo la carretera para llegar a... a donde Adam me lleve.
Salimos del pueblo a lo que parece ser la ciudad más cercana. No han pasado veinte minutos, no había prestado mucha atención, pero escucho a Adam tararear una canción de Oasis. Cuando me percato de esto nos detenemos en un estacionamiento y apaga la moto. En un abrir y cerrar de ojos, ambos nos bajamos y empezamos a caminar. Claro, yo siendo guiada por él.
En unos cuantos minutos llegamos a un local de un considerable tamaño, tiene una iluminación tenue y al mirar el letrero, veo su nombre. Sí, estamos en Starbucks.
Que hípster.
Entramos al establecimiento y no puedo evitar tener en cuenta cada detalle, el olor a café, la música de fondo, las personas reunidas en cada mesa con un vaso de café en la mano. Nos sentamos en una de las mesas junto a la ventana y en un minuto una chica se hace junto a nosotros para tomarnos la orden.
— ¿Qué les gustaría? —pregunta con una amplia sonrisa
Me toma un segundo darme en cuenta que no tengo ni idea que pedir.
—Un café —suelto con un hilo de voz, me doy cuenta que es lo más tonto que pude haber dicho.
Adam se ríe, pero me mira con algo de ternura.
—Dos capuchinos, por favor —pide por los dos
— ¿Escribo sus nombres? —pregunta
— ¡No! —respondemos al unísono
La chica apunta nuestra orden y se pierde entre las mesas.
—Te traje aquí... —empieza a decir—. Porque así podemos hablar, creo que sabes mucho de mí, pero yo no sé mucho de ti —sonríe—. Ah, y porque te ves linda tomando café.
Siento arder mi rostro, rompo el contacto visual que teníamos al verlo sonreír y busco a la mesera con la mirada. Rayos, ni siquiera soy capaz de responderle, así que miro por la ventana.
—Entonces —digo tomando algo de confianza—. Pregunta lo que quieras.
Vuelve a sonreír y pierdo un poco de valor —Lo hare, luego.
Luego de un rato de hablar vuelve a tomar la iniciativa.
—Ven —me dice tomándome de la mano para luego levantarnos de la mesa—. Te quiero llevar a un lugar.
Salimos del café para dirigirnos a un nuevo lugar. Mientras caminamos observo a Adam caminar a mi lado, no me ha soltado la mano, su cabello castaño oscuro le cae sobre la frente, tiene ojos color avellana, es más alto que yo... más listo que yo, más sexy que yo, más perfecto que yo... ¿¡porque está saliendo conmigo?!
Dejo mis divagaciones cuando nos detenemos frente a una librería muy al estilo vintage, con un aire hogareño que me hace sentir cómoda.
—Aquí compre mi primer libro —dice con algo de nostalgia—. Es un lugar especial ¿sabes?
—Es muy bonito —logro decir
—Por eso quiero que escojas un libro. El que quieras, va por mi cuenta, es como un regalo.
Sonrió. Miro cada uno de los estantes y caminó por cada pasillo, hasta que, finalmente mis ojos se centran hacia un libro en particular "Orgullo y prejuicio". Me emociono al tomarlo entre mis manos.
— ¡Siempre quise leerlo! —me dirijo a Adam
—Entonces es todo tuyo —sonríe
***
Volvemos a casa. Adam me acompaña hasta la puerta y simplemente me despido de él, pero antes de que pueda tomar el picaporte, me tomó del brazo causando que me giré hacia él con curiosidad.
—Antes, antes me dijiste que te preguntara lo que quiera, creo que es el momento.
—Claro... solo dime, seré honesta.
Suspira.
— ¿Cómo crees que soy?
Emma me dijo que iba a meterme con el ser más cruel del mundo, debido a su "egoísmo", su "inhumanidad" y sobre todo su "crueldad", de acuerdo a lo que me contó. Pero yo... creo que es un chico como cualquier otro, que le gusta leer, al igual que el café, que añora librerías y que tal vez cometió errores, pero no puedo juzgarlo.
Este él es el chico que me gusta, me gusta mucho.
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Un ángel en mi pequeño infierno | #ColorsAwards2017
Любовные романыLa historia trata sobre Emma, una chica a la que no le gusta leer los libros de los que tanto hablan sus amigas, pero conoce a un chico de su escuela, Mattew, quien hará que su amor parezca una de las miles de historias románticas que ha escuchado. ...