Mi vida no fue nada fácil, fue un horror y ahora que lo tenía todo, o al menos todo lo que yo quería; una verdadera familia, en un abrir y cerrar de ojos mi vida volvió a ser un infierno. Alejarme de las personas que quiero y tener una vida llena d...
Todas las chicas iban bajando del escenario, algunas sonriendo y la mayoría llorando. Al menos aquel chico me ayudaría ¿no?
-tu turno.-anunció el guardia de seguridad que me trajo hasta aquí.
Subí al escenario,temblando con el miedo impregnado en mi rostro y mis manos sudando de los nervios. Intentando no ponerme a llorar en medio del escenario.
-Bueno y para terminar la noche tenemos a una chica preciosa,con unos ojos azules preciosos y unas curvas de infarto. ¡Empezamos la puja con 100.000€!- el presentador paseó su mirada por toda la sala mientras que yo mantenía mi mirada en mis pies.
Escuché como seguían apostando.
-¡500.000!- al escuchar tal suma de dinero levanté la cabeza encontrándome con la mirada del chico desconocido. ¡No por favor!
-¡700.000!- Recorrí la sala en busca del postor y me encontré con el chico que me dijo que me ayudaría.
El chico desconocido frunció el ceño con enfado mirando hacia el nuevo postor.
-700.000 a la 1...700.000 a...-antes de poder terminar la frase el chico desconocido volvió a apostar.
-¡un millón!- gritó retándole con la mirada al chico de los tatuajes.
-¡20 de los grandes!- dijo él tatuado. El chico desconocido se levantó tirando la silla y le fue de la sala.
-Vendida por 20 millones a la 1, las 2 y a las 3. ¡Vendida!- gritó el hombre a mi lado.
Bajé del escenario y el gorila de antes de llevo hasta el camarote 169.
Al entrar vi al chico tatuado sin camiseta.¡está buenísimo! Tiene todo el torso tatuado, así da mucho más miedo.
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-Hola preciosa.-me tomó de la cintura y empezó a besar mi cuello.
-eh ¿que haces?- le empujé asustada.
-Me podrías agradecer, te he salvado de un viejo violador.- sonrió de costado.
-Para terminar con un joven violador.- me crucé de brazos enfadada.
En un abrir y cerrar de ojos me cogió del cuello haciendo fuerza pero sin llegar a hacer daño.
-Ni se te ocurra volver a llamarme así.- dijo con ojos amenazantes.
Me soltó y lo miré con los ojos acuosos.
-¿Me vas a dejar libre?¿Por que me compraste?- le pregunto con miedo de su reacción.
-Te necesito igual que tú a mí.- dijo serio. -firma esto.- me agarró de la mano y me sentó en el pequeño escritorio que había en el camarote.
"Contrato matrimonial"
Se podía leer en la primera hoja.
-¿Quieres que me case contigo?- pregunte asombrada, me esperaba de todo menos esto.
-Firma.- su cara era inexpresiva, no mostraba ningún sentimiento.
-No pienso firmar esto.- tiré el boli encima de los papeles.
-¡he dicho que firmes!- gritó amenazante.
¿Como coño me voy a casarme con un loco? Esto es exasperante.
-¿Por que mierdas quieres que me case contigo?- grite en su mismo tono irritada.
-¡A mí no me hablas así!- me gritó aún más alto. Esto parece una guerra de gritos, papi aquí gano yo.-Solo eres una puta más que fue vendida, te estoy librando de esos cerdos y te ofrezco una oportunidad que nunca tendrás en tu vida, dime ¿quien se casaría con una prostituta?- oye eso dolió, una lagrima traicionera cayó por mi mejilla. -No eres nadie, chica, no tienes nada, esto es lo único que tienes.- me tiro la carpeta de papeles encima.
Hasta aquí llegaste guapo.
-y dime,¿tú quien eres? Tienes una vida tan triste que tienes que venir a una subasta a conseguir una esposa, eso sí que da pena, tú siendo un ricachón y nadie te quiere.- me crucé de brazos y sonreí altanera. - Tú si que no eres nadie, a ti ninguna mujer te quiere, ni por tu dinero. No tienes a nadie a tu lado, estás solo. - le tire la carpeta a los pies. Su cara no mostró ningún sentimiento hasta ahora, su expresión era dolida. Sus ojos se llenaron de ira.
En un abrir y cerrar de ojos me cogió fuertemente de mi cabello provocando que soltara un grito por la impresión y el dolor cuando estampó su mano en mi mejilla.
-Parece que no sabes cerrar la boca cuando te conviene.-se levantó lleno de ira y entro pegando un portazo por una de las puertas que había en la habitación.
No sé qué hora sería pero tenía muchísimo sueño, me tumbé en la cama y poco a poco me fui quedando dormida, antes de caer totalmente en los brazos de Morfeo sentí la cama hundirse a mi lado.
Sentí que alguien acariciaba mi labio en el lugar golpeado.