Daniella
-¿hacemos un trato?- me miro con un destello en sus ojos. Estaba tan guapo así, sonriendo, siendo bueno.
-Depende.- le miré alzando una ceja. Él sonrió.
-Tu me cuentas tu historia y yo te cuento la mía. Fácil.- se encogió de hombros.
-Mmm... está bien.- Si el se iba a abrir conmigo debería hacerlo yo, lo tomo más bien como una forma de desahogarme que de ganar confianza con él.
-Cuando quieras.- de acomodó en la arena con sus brazos en la cabeza a forma de almohada.
-Bueno pues yo fui una hija no deseada, mi padre no quería hijos y mi madre no quería que tuviera un padre como él, cuando tenía 5 años ya era consciente de lo que pasaba, mi padre venía todos los días borracho a casa, me insultaba y me echaba la culpa de todo. No me agredía por qué mi madre siempre me defendía. Ella recibía los golpes que debería recibir yo. Los siguientes dos años mi madre se fue alejando cada vez más, se inventaba excusas para no estar en casa, pero nunca me llevaba con ella, entonces un día de la noche a la mañana ella desapareció, al día siguiente mi padre llego muy borracho echándome la culpa de que ella se hubiera ido con otro hombre y nos abandonase, ese día, el día de mi cumpleaños número 7 me golpeó como nunca, quede inconsciente, pero no desperté en un hospital, desperté tirada en el suelo y él seguía bebiendo, me volvió a insultar y ese día...- mi voz se quebró, estaba echa una mar de lagrimas. Con solo recordar aquel día...-El mismo día de mi cumpleaños, mi padre me violó...
Rompí en llanto, mirando la arena, no me atrevía a mirarle a la cara. Él se levantó de la arena y me apretó fuerte contra su pecho.
-Desde aquel día, sus abusos se volvían continuos, un día vi a mi madre en la entrada de la casa, volvió para saber de mí, le supliqué que me llevara con ella, lo único que recibí de ella fue un espero que me entiendas y perdones algún día. - seguí contándole mi vida sin mirarle a los ojos, viendo la arena borrosa de tantas lágrimas. Me dolía tanto contar esto, pero de cierto modo me estaba desahogando y quitando un poco un peso de encima.
- Cuando cumplí doce años, mi padre se quedó sin dinero y me vendió a León. Primero pasé por sus manos y las de todo el pueblo y mi padre seguía yendo a visitarme. Hace tan solo 6 meses supe lo que era ser libre de verdad. Me escapé de León, me fui a vivir con unas personas maravillosas que me acogieron.- Sonreí sinceramente al recordar a Nina.
-Y el resto ya los sabes, me secuestraron, me llevaron a ese barco... Y me compraste.-susurré lo último.
-Tan solo 6 meses de libertad.- susurré recordando los mejores momentos de mi vida.
-¿Por qué tienes esas cortadas?- señaló hacia mi brazo, donde se ven intentos fallidos buscando libertad.
-Libertad, algo tan simple y a la vez difícil de conseguir. Cuando te cansas de buscarla, haces lo que sea por acabar con toda esta mierda.-
-pronto la conseguirás.- dijo y me apretó contra su pecho besando mi cabeza. Era tan relajante estar en sus brazos, me sentía protegida con él a mi lado. Irónico ¿verdad?
Giré mi cabeza en su dirección mirando sus ojos por primera vez desde que comencé mi relato. -¿me vas a dejar ir?
-Princesa no he pagado 20 millones por nada.- mis esperanzas se vinieron abajo. Nos quedamos en silencio mirándonos fijamente.
-¿que hay de tu historia?- pregunté curiosa.
-Mi historia es simple, mi padre es un hijo de puta mafioso que me obliga a estar en esa mierda de negocio, hace un año me enamoré de verdad iba a dejar todo por ella, la amaba al igual que ella a mí y la zorra me abandonó, se fue, sin saber por qué, desapareció.- dijo rápido y escueto. Nuestras historias son similares ambos sufrimos el abuso de nuestros padre y un abandono.-Otro día hablamos de ello. Ahora vamos a celebrar.- sonrío y se levantó de la arena tendiéndome su mano para levantarme.
-¿celebrar que?- cogí su mano y de un tirón me levantó, nuestras caras estaban muy cerca, nuestros labios a un par de centímetros.
-¿Ahora si aceptas mi mano?- preguntó burlón.
-idiota.- puse cara de enfadad y le saqué la lengua apartándome de él.
Me miró sonriendo, me volvió a coger de la mano y salió corriendo por la playa.
Empecé a reír al verlo como un niño pequeño. Me encanta verlo de buen humor, parece otra persona.
Se detuvo y me miró sonriente, delante de nosotros había un bar enorme lleno de gente y al otro lado había un corrillo de jóvenes haciendo juegos tontos.
-Toma.- me entregó una bebida igual que la suya y me sonrió.
Nos sentamos en unas bancas cerca de unas chicas que estaban bailando danza Árabe.
El chico tatuado me miró sonriente, una sonrisa sincera.
-¿cómo te llamas?- tomé un sorbo de mi bebida, JB y coca cola, tiene buen gusto.
-¿Qué gano si te lo digo?-levantó una ceja y se acercó más a mí.
-mmm... Que no te llame el chico tatuado o él bipolar.- sonreí y el soltó una risilla.
-¿bipolar? Prefiero que me llames Aidan.- me sonrió, wow esto es nuevo.
Aidan... Suena como protagonista sexy de una película
-Aidan, me gusta.-tome otro trago.
Pidió otra bebida y así pasó la noche hasta que llegamos a 6 o 7 vasos de JB. Se podría decir que iba "alegre".
No creí que el chico tatuado, Aidan, pudiera ser tan divertido.
-Vamos allí, te reto.- dijo arrastrando las palabras señalando hacia el grupo de gente que hacían una ronda de diversos juegos.
-Te fundo,chaval.- dije como pude y me levanté tambaleándome.
Salí corriendo hacia el grupo donde estaban dividiéndose en dos grupos.
Nos dieron lo que había que hacer,primero había que darle 10 vueltas a un palo en el mismo sitio y salir corriendo hacia delante, subir una red para pasar al otro lado, entrar por un tubo y cosas parecidas.
-Preparados...listos...¡ya!-corrí como pude hacia el palo. Di tres vueltas y acabé en el suelo. Mire hacia Aidan y le vi en el suelo intentando levantarse y calleándose otra vez.
Me empecé a reír y él también. Le señalé riéndome más aún.
Me levanté y di otra vuelta a Aidan le quedaban solo tres vueltas.
Antes de acabar mis vueltas salí corriendo hacia la red.
-¡tramposa!- miré hacia atrás riéndome y de un momento a otro vi a Aidan sobre mi. -¡tramposa, tramposa, tramposa!-canturreó.-¿nos vamos?-preguntó sonriendo apoyando su cabeza en mi pecho.
-Vamos, no te duermas.- arrastré las palabras. Empujé su cabeza y él se levantó riendo.
Llegamos a su casa y nos tiramos en la cama directamente, Aidan me miraba fijamente acariciándome la cara.
-Eres Preciosa.- sin esperarlo su labios tocaron los míos, fue un beso muy tierno y suave, yo no lo impedí. El beso se fue convirtiendo en uno más intenso, una mano se introdujo por mi vestido y fue acariciando mis piernas,subiendo por mi cadera. -Te deseo Daniella.- metí mis manos entre su pelo y le devolví el beso mientras un gemido escapada de mi boca al sentir la mano de Aidan en mi entrepierna.
Mañana seguramente me arrepienta de esto...
...
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MONSTRUO *EDITANDO*
AksiyonMi vida no fue nada fácil, fue un horror y ahora que lo tenía todo, o al menos todo lo que yo quería; una verdadera familia, en un abrir y cerrar de ojos mi vida volvió a ser un infierno. Alejarme de las personas que quiero y tener una vida llena d...