Capitulo 28

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Andrea: -escuche como dijo mi amor, y después mi nombre, en cuanto lo oí, volví de nuevo hacia él y le pregunte como estaba- Samuel como estas

Samuel: un poco débil, pero ahora que estas aquí me siento mejor ­–dije esforzándome para poder hablar

Andrea: no hagas esfuerzo te puedes hacer más daño –dije acariciando su mano, de manera suave

Samuel: gracias por venir –esboce una sonrisa

Andrea: no tienes nada que agradecerme, en cuanto me entere de lo que te había pasado, me sentí morir, no quiero que nada malo te pase

Samuel: gracias por preocuparte por mi amor –dije y ella soltó mi mano, y volteo hacia otro lado

Andrea: pues no soy la única que se preocupa demasiado por ti –se que no era momento de reclamarle nada, pero lo voltee a ver y estando sin playera, y solo con pequeño short, sabiendo que Valeria lo había visto así, no me gusto para nada

Samuel: ­pues si mis hermanos, Soledad y mis cuñadas se preocuparon mucho, por el estado en que llegue –la mire de manera incrédula

Andrea: se te olvida, alguien más

Samuel: ­-ya sabía a quién se refería, pero decidí, hacerme el loco un rato- así pues tu mi brujita hermosa, tu también estabas preocupada por mi

Andrea: no te hagas Samuel, que sabes muy bien que me refiero a tu secretaria, tan preocupada estaba por ti, que vino ayudarte a desvestirte y a curarte por supuesto

Samuel: -solo solté una pequeña carcajada, ya que enseguida me volvió a doler todo el cuerpo- mi amor estas celosa de Valeria –vi que se puso de pie, metiendo sus manos en sus bolsas traseras del pantalón

Andrea: perdóname mi amor, sé que no te debo reclamar más estando en tu estado, pero si me puse celosa al saber que ella fue la quién te curo, y te desvistió –me acerque de nuevo a su lado

Samuel: mi amor no tienes por qué estar celosa, Valeria solo ayudo a Soledad, a ponerme las vendas, Soledad fue la quien me cambio de ropa, no ha tenido el privilegio de desnudar este cuerpecito –le dije y ella solo me miro molesta- además guarde la mejor parte para ti, qué te parece si me ayudas a bañarme, así tienes el derecho no solo de curarme si no de desvestirme por completo, y volverme a vestir bueno si tu quieres

Andrea: ­-me dijo eso y yo solo abrí mis ojos de sorpresa- por dios Samuel, como me puedes decir eso –me puse roja como un tomate

Samuel: ­-me empecé a reír al ver su cara- entonces ese es un no –dije haciendo un pequeño puchero

Andrea: por supuesto que es un no –me intente levantar, pero él no me dejo me tomo del brazo haciendo que cayera encima de el

Samuel: -vi que se iba a levantar pero se lo impedí tomando su brazo, haciendo que cayera sobre mi pecho, poniendo sus manos sobre él, teniendo su rostro y su cuerpo tan pegado a mí, que la sentí temblar - mi amor pero porque no, no ves que no me puedo mover. Además quien mejor que tu para curarme, porque si no mal lo recuerdo tú fuiste quien me sano mis heridas el día que intentaron secuestrarme

Andrea: ­-lo tenía tan cerca, de mi tenía su manos en su fuerte pecho, la verdad no le estaba poniendo atención en nada de lo que estaba diciendo, su mirada me hacía perderme en un abismo de cual no quería regresar jamar, veía sus ojos y después baje mi mirada hacia sus labios-

Ven entrégame tu amor.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora