Te tengo ganas. Así. Sin más. Sin peros y sin excusas. Porque me apetece. Tengo ganas de tocar cada milímetro de tu piel. De sentirla cerca. De que se junten nuestros cuerpos. De que haga calor. Pero del roce de nuestra piel. Tengo ganas. De devorarte. A besos. De agarrarte. Fuerte. De cogerte por la cintura. Apretarte contra mí. Y no dejar que te vayas. De tenerte cerca. Muy cerca. De respirar en tu cuello. De sentir el aire de tu respiración en el mío. De susurrarte en el oído que me encantas. Susurrarte: "te tengo ganas".