A veces me pregunto como se puede llegar a querer tanto a alguien. Hay tantas cosas inexplicables. Como esas caricias que duran incluso después del roce, esos escalofríos provocados por el calor de un abrazo o esos besos que marcan un antes y un después. Quizás la felicidad no se trate de alcanzarla sino de vivir el ahora y disfrutar de cada detalle, momento, segundo. Disfrutar de ti. Pasarme horas admirando tu sonrisa, esa que duele tanto cuando no está. Poder recorrer cada centímetro de tu cuerpo y sentir que no necesito nada más en este mundo a parte de ti. Que me beses, hasta dejarme sin respiración. Acelerando mi corazón cada vez que tu cuerpo roza el mio. Ven y acércate, hasta hacer de la distancia un número negativo. Eso es la felicidad, poder quererte, poder tenerte, poder ser parte de ti. Tienes que creerme cuando te digo que necesito un más infinito a tu lado. Te quiero.