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Vendo todas las lágrimas que he llorado por todas las sonrisas que me puedas provocar. Vendo los insultos que he escuchado por palabras que me enciendan el alma. Vendo todo lo que he callado por espacios comunes de reflexión contigo. Vendo las promesas por hechos, por intentos, por esfuerzos. Vendo los celos por confianza. Te vendo todo el aburrimiento sentido por toda la curiosidad que puedas transmitirme, y todo el desconocimiento por todo aquello que puedas enseñarme. Vendo mis pesadillas por nuevos sueños, y cualquier "no te arriesgues" por un solo "inténtalo". Es más, especificaré y te diré que ya no tan solo vendo, sino que también cambio. Te propongo cambiar todas las monedas de 1€ por 100 céntimos por cada una, sorprendernos juntos por el valor de las pequeñas cosas e ilusionarnos al descubrir cuándo grandes e importantes pueden volverse. Te propongo no usar la baraja entera con cada juego, sino jugarnos poco a poco todas las cartas. Te propongo que me enseñes a hablar de "nosotros", a soñar en plural con cada plan, a pensar en 2 en lugar de en 1.

Te invito a que aprendas el significado de las palabras más importantes y las que más vas a necesitar para apostar en esta subasta. Te doy una pista: una de ellas es el respeto. Te invito a escribir esta historia en común. Por este motivo, vendo mis monólogos por nuestros futuros diálogos, y mi butaca del comedor por un lado del sofá. A decir verdad, vendo también todos aquellos postores que te acompañan como rivales en esta habitación si pretenden comprar cualquiera de estas cosas con el bolsillo lleno. Vendo todo su dinero por un corazón sin carencias.

En realidad, ya no incluso vendo, sino que regalo. Te regalo todo aquello que ofrezco si vienes desnudo de miedos, sin bolsillos rebosantes de mentiras, sin los ojos que observan a través de los cristales de las segundas intenciones, sin auriculares que enciendan su música cada vez que escuchen algo que no quieran oír.

Para ser el mejor postor, amigo, acércate con los brazos abiertos y los pies descalzos. Además, no te preocupes por las heridas, porque a base de buenas curas, incluso las peores, cicatrizan. | 

Frase y textosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora