Y sentir el roce de su piel, sentir los besos en tu cuello, sentir como sus besos van poco a poco acercándose a tu boca. Cogerle con tus manos del pelo y de la nuca para que no pare de besarte. Saber que es él el que te vuelve loca, el que hace que no puedas pensar en nada más. En tus manos en sus hombros y en su espalda, en sus ojos. Esos ojos que hacen que el tiempo se pare, que no exista nadie más que vosotros dos juntos. Él, acercándose poco a poco, y tú queriendo que esté ya ahí, rodeandote con sus brazos, para sentir que estás segura, para dejar a un lado el frío y sentir el calor de su cuerpo. Porque cuando estás a su lado, todos los demás no importan, sólo te importa que ese momento sea perfecto, como todos los que pasas a su lado. Y sabes que no lo vas a olvidar, por mucho que pasen los días, los meses, e incluso los años. Siempre que veas su sonrisa, sentirás como la primera vez esos escalofríos que te producía. Y aunque él ya no esté, siempre lo vas a recordar. Recordarás ese perfume que no podías quitarte de encima, recordarás esos ojos encantadores que hacían que te derritieras con tan sólo una mirada, también recordarás la sensación que te provocaban sus labios en tu boca y sus manos acercándote a su cuerpo aunque ya no quedará espacio entre ambos. Y lo que jamás vas a olvidar es su boca en tu oído, produciendo miles de sensaciones, mientras te susurraba un 'te quiero' casi inaudible.