Capítulo 9

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Había pasado un mes, el más largo de mi vida, desde que perdí el contacto con Jungkook y cada día me dolía más el haber terminado de esta manera, enamorado de alguien que no volvería a ver nunca.

Tenía que ir a enviarle una carta a mi hermano que aunque no estábamos muy lejos siempre nos gustó escribir cartas y enviarlas así que salí una vez más de mi casa y me fijé en el buzón, normalmente no suelo recibir correo pero hoy había algo sobresaliendo de esa caja metálica.

La abrí con curiosidad pues parecía un documento formal y tras un rato leyendo supe que mi día no podía ir a mejor. No sé cómo se me pudo olvidar aquel detalle que si hubiera caído me habría ahorrado mucho sufrimiento, la carta era una citación para un juicio que debía asistir obligatoriamente como único testigo.

Era el juicio del caso de Jungkook, él estaría allí, nos volveríamos a ver, podríamos arreglar las cosas y darnos los números de teléfono al menos. También soñaba con probar esos dulces labios de nuevo, me excitaba mucho el solo hecho de pensarlo, imaginar cada caricia, abrazo, roce. Si seguía pensando en Jungkook en mitad de la planta principal de mi piso acabaría con un serio problema entre mis piernas que por ahora prefería evitar.

Seguí leyendo la carta, el juicio era dentro de una semana, si este ha sido el mes más largo de mi vida estaba seguro que estos siete días serían los más eternos.

Los días fueron pasando con total normalidad muy rutinarios, ir a clase, hacer la comida, limpiar un poco por aquí y por allá, estudiar y hacer trabajos... Tuve la suerte de mantenerme ocupado en toda esa semana con exámenes porque si no, no sé qué habría sido de mí y de mis nervios. Y así el día llegó.

Hacía calor pero aun así me puse unos pantalones negros ceñidos con una camiseta de manga corta, cuantas más horas pasaban más nervioso me ponía y es que la sola idea de volver a ver a mi pelinegro favorito me transmitía mucha felicidad.

El camino en coche se me hizo de lo más largo y como no con la suerte que tengo tardé veinte minutos en encontrar un aparcamiento medianamente decente.

Quedaban todavía quince minutos para que el juicio empezara pero la gente ya podía entrar y ocupar asientos. Había más personas de las que hubiese imaginado, señoras mayores en una esquina en primera fila, alumnos en prácticas que estarían estudiando derecho, gente repartida en varios grupos por la sala y aun ni rastro de Jungkook.

- Señor la documentación - El guardia de seguridad me pilló por sorpresa así que me asusté levemente mientras sacaba de mi cartera lo que me había pedido, además del papel donde decía que era un testigo -. Acompáñeme a su asiento - Y muy obediente lo seguí.

Me gustaba mi asiento ya que podía ver toda la sala al completo, incluso vigilar la puerta para ver quien entraba.

Quedaban apenas cinco minutos para que el juicio empezara cuando por la puerta entró el dueño de todas mis migrañas, mis quebraderos de cabeza y sobretodo, el dueño de mi corazón.

Jungkook estaba buscando algo desesperadamente hasta que pareció encontrarlo al cruzar su mirada con la mía. No podía creer que nos estábamos viendo por fin, su pelo estaba más revuelto de lo normal y le daba un look aún más sexy si eso era posible, sus ojos negros seguían clavados en los míos y de golpe mi corazón se aceleró como si me hubieran metido un chute de adrenalina.

Cojeaba un poco mientras se dirigía a las mesas delanteras junto a su madre, la cual al verme vino corriendo a saludarme.

- Jimin cariño, ¿cómo estás? Qué guapo vas - Y me miró de arriba hacia abajo hasta volver a parar su vista en mi cara y sonreír -. Por qué no has pasado por casa a ver a Kookie, no sabes lo triste que se puso al ver que no pudo despedirse de ti.

- Señora Jeon, cuanto gusto volver a verla. Me hubiese gustado mucho ir y hacer una visita pero este mes he tenido tan poco tiempo que solo salía de casa para ir a clase - En teoría no era mentira, mi estado de ánimo era tan bajo para cualquier cosa que ni había visto a mis amigos desde aquel día que decidí contarles que iba a testificar a favor de Jungkook.

- Bueno chico me voy con mi hijo que esto está a punto de empezar, con este niño no se puede llegar con un respiro a ningún lado, siempre se toma la vida con calma y llega justo a todo.

- Espero que salga todo bien, yo diré todo lo que vi aquella noche.

Y el juez entró para ocupar su asiento.

Cuánto me hubiera gustado que fuese el típico de los años setenta que utilizaban esas pelucas de medio metro blancas con mil rizos, pero no, el magistrado iba con una túnica negra sin más.

Pensaba que el acto sería más entretenido pero el abogado del acusado no se callaba nunca. ¿Cómo tiene que ser eso de que te toque un caso que sabes con certeza que estás defiendo a un culpable? Yo no serviría para ser abogado, lo tengo muy claro.

El juez me llamó, me dirigí al frente para hablar y responder preguntas. Estaba muy nervioso pero no por salir ahí delante de todos, sino porque estaría a un metro de mi pelinegro y podría soltar una burrada ya que su sola presencia me hacía perder la razón de ser.

Una hora más tarde todo había terminado, el acusado fue señalado como culpable y sentenciado un año a entrar en la cárcel que probablemente si se portaba bien le reducirían la condena.

Ya en la salida me dirigí a hablar con Jungkook, llevaba mucho esperando este día y mi cuerpo me lo pedía como una necesidad más. Empezó a acercarse a mi lentamente y mi corazón juro que quería salir corriendo de mi pecho en ese instante de lo fuerte que palpitaba.

Me dirigió una sonrisa que consiguió derretirme entero, no sé cómo mis pies seguían tan firmes con lo que estaba pasando dentro de mi cuerpo.

Chantaje [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora