Capítulo 1

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Al día siguiente salió en todos los periódicos y noticieros, no podía dejar de darle vueltas a la cabeza sobre lo que estaba haciendo, huir del problema era el camino fácil para mí pero el remordimiento del daño que le estaba causando a ese chico no me lo podría perdonar jamás, aun así, por cobardía, lo dejé pasar.

Semanas más tarde volvió a salir el dichoso caso en la televisión, no habían podido pillar al agresor por falta de pruebas y testigos. Mi mente desconectó del mundo al escuchar esa última palabra y todo el día en la universidad estaba rondando en mi cabeza "no se han encontrado testigos, no se han encontrado testigos, no se han encontrado testigos...". Estaba tan confuso que no sabía qué hacer, por una parte lo correcto era ir a comisaria, pero tenía tanto miedo de que el atacante se quedara con mi cara que me echaba hacia atrás en cuanto la idea se posaba en mi mente.

Esa misma tarde volví a poner las noticias y salió que el chico que fue apuñalado seguía en el hospital pero por poco tiempo ya que su estado, por fin, era estable. Había intentado evadir mi preocupación hacia él pensando en cualquier otra cosa hasta que de golpe, una idea se puso por encima de todos mis pensamientos "visítalo", "se lo merece", "necesitas hablar con él", "ve y aclara tus pensamientos", "al menos podrías saber cómo se llama". Este último pensamiento me sacó de la inopia pues había escuchado su nombre cada día que salía el caso en las noticias, pero no conseguía recordarlo. Busqué en internet su nombre, Jeon Jungkook, y decidí ir al hospital ya que era lo mínimo que podía hacer por él. "También podrías declarar que lo viste todo aquella noche", mi conciencia volvía a golpearme justo en el remordimiento, lo primero sería verlo de nuevo y ya después decidiría qué hacer con el resto.

Me puse lo primero lo primero que pillé y agarré las llaves de mi coche para dirigirme a mi destino. Encontrar aparcamiento en este hospital era una tarea imposible, así que después de estar veinte minutos dando vueltas vi el cielo abierto cuando un coche salió de su aparcamiento. Una vez en recepción pregunté por la habitación del muchacho, pero como era de esperar no me resultaría nada fácil que me la diesen por la buenas así que hice una llamada a mi tía que trabajaba en este lugar y tuve lo que quería en dos minutos.

De golpe me puse muy nervioso, tanto que casi me doy la vuelta y me vengo por el mismo lugar que vine. Tuve que sentarme en una de esas típicas sillas incómodas a relajarme un poco, no podía evitar pensar en la mirada que aquel chico me dedicó justo cuando la navaja entró en su abdomen. "Así no conseguirás relajarte", eso ya lo sabía pero era inevitable.

Tras unos largos diez minutos me puse de pie y decidí entrar en la habitación de Jungkook, toqué dos veces y alguien me dio paso. Al entrar, mi corazón palpitaba tanto que llegué a pensar que aquel chico de ojos negros y profundos me llegaría a escuchar. Había una mujer junto a la camilla del chaval que me miraba con ojos curiosos, automáticamente escuché la voz de aquel muchacho

- Mamá, es un amigo, déjanos solos un rato por favor.- Dijo Jungkook con una sonrisa dirigida a su madre.

La señora salió rápidamente después de despedirse educadamente de los dos y cerró la puerta tras su partida haciendo que mis nervios empeorasen aún más. El chaval me inspeccionaba con ojos llenos de rabia, pensativo y a la vez con una mirada que me transmitió dulzura y sentimiento de protección que aquel día si hubiese surgido, me habría lanzado a por él sin importarme que el hombre alto me hubiese hecho algún daño. De golpe, e interrumpiendo mis pensamientos, el muchacho soltó:

- Antes de nada quería decirte que me acuerdo de ti, recuero aquella noche en la que te miré suplicante y tú lo único que hiciste fue desaparecer durante todas estas semanas cuan cobarde. No tenías que venir a verme, simplemente ir a declarar lo que viste. Ya no tengo nada más que decirte, puedes ir por donde has venido.

Mientras me decía todo eso yo permanecí en mi sitio sin poder articular palabra, fui un tonto por haberme callado desde un principio, eso lo tenía claro, pero el chico podría ser más amable y haber empezado por un "Hola" aunque fuese, pero no me iba a rendir, había venido a hablar con él y eso iba a hacer así que me senté en el lugar que ocupó su madre minutos atrás aunque seguí sin decir palabra alguna.

- He dicho que te vayas, ni quiero ni necesito verte.- Su rechazo estaba empezando a cansarme, así que decidí responderle de una vez.

- Podrás decirme lo que quieras, pero no me iré hasta hablar contigo y saber que pasó aquella noche con detalle. Si me dices lo que quiero iré a declarar todo lo que vi y desapareceré de tu vida por fin.- Lo dije con mucha seguridad y él de golpe soltó una carcajada que hizo que me enfadase.- Si no me tomas en serio nos tocará pasar nuestra primera noche juntos, y no veo más camas aquí que la tuya, por descontado queda que duerma en ese sofá tan incómodo y tranquilo que puedo deshacerme de tu madre con solo unas palabras.

Jungkook me miraba perplejo, no podía creerse lo que acababa de decirle y se quedó sin palabras, solo pudo articular un "no te voy a contar nada de mi vida, así que ya puedes acomodarte".

Después de casi una hora en silencio su madre entró y vi mi oportunidad para echarla sutilmente esa noche.

- Buenas tardes señora, su hijo me ha contado que lleva todos los días cuidando de él aquí, sin ayuda, así que he de pedirle que esta noche vaya a su casa, duerma bien y descanse que yo me puedo quedar con mi amigo sin problemas.- Lo más seguro es que la señora me echase de allí, ya que no me había visto nunca con su hijo y no se fiaría de mi palabra.


Este capítulo me quedó corto pero debía terminar ahí. El siguiente tendrá más chicha y esperemos que nuestro protagonista averigüe lo que le llevó a Jungkook a esa situación

Chantaje [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora