Chantaje [Jikook]

Capítulo 12

El camino de vuelta a casa fue también silencioso excepto cuando decidimos qué pizza pedir.

- ¿A ti te gusta la pizza con piña? - Miré por el rabillo del ojo a Jungkook y puso cara de asco, lo cual me hizo mucha gracia.

- ¡Deja de mirarme y céntrate en la carretera bobo! - Me reí más aún y decidí hacerle caso por el bien de los dos. - Y la pizza con piña es una aberración contra la naturaleza, dulce y salado juntos en el mejor invento del mundo no por favor.

- ¡Oh! Yo que adoro esa combinación, comes algo salado y de golpe el dulce entra en tu boca y se mezcla el sabor...

- NO. ME. DISCUTAS. ESTE. TEMA. Conmigo la pizza sin piña - Puso una cara vencedora y se le notaba orgulloso de sus palabras, de golpe me cazó mirándole a hurtadillas y frunció el ceño -. Oye que mires a la carretera, ¿es que quieres que perdamos la vida?

- Lo siento pero es que tu sola presencia me distrae.

Era totalmente cierto, me tenía que centrar para no mirarlo a cada minuto. De golpe mis pensamientos fueron interrumpidos por una llamada de teléfono, menos mal que tenía el móvil conectado al coche y podía hablar directamente. Era Hoseok, seguro que también estaba Tae con él.

- Que quieres pesado.

- Oye Jimin ¿así tratas a los amigos? Qué clase de modales son esos. Bueno, hemos visto - sí, estaba con Tae - tu coche pasar por el parque donde estamos Tae y yo y queríamos saber cómo te ha ido con tu cita de esta tarde.

En ese momento mi cara se puso blanca "tierra trágame y escúpeme en la playa más lejana", qué hacía el idiota este preguntando eso, encima Jungkook lo escuchó todo y claro no podía dejar de reírse ante la situación, para él muy graciosa y para mí de lo más incómodo.

- Chimchim responde algo - Y colgué el teléfono.

Volvió a llamar, hasta dos veces y a la tercera Jungkook alargó la mano y respondió él mismo.

- La "cita" le ha ido genial, nos lo hemos pasado muy bien y ahora nos dirigimos a su casa para cenar y ver una película. Respondo yo porque el pobre sigue en shock así que ya mañana podréis tener más detalles por su parte. Buenas noches chicos.

- Bu - buenas noches. - Este último era Tae y por su voz estaba tan sorprendido que no le salían las palabras.

- Tienes unos amigos muy oportunos - Y empezó a reírse a carcajadas.

El camino se me hizo más largo de lo normal y no veía la hora en la que llegaríamos a mi piso pero la cosa cambió cuando vi la entrada a los aparcamientos de los residentes.

Subimos a mi casa, saqué unas cervezas y nos acomodamos en el sofá para pedir una pizza familiar que tardó veinte minutos en llegar. No conseguí que llevase piña pero igualmente me gustaba. La terminamos devorando y nos pusimos a ver una película después de recoger todo.

- ¿Qué te apetece ver? Aquí tengo una de misterio que parece ser buena.

- Esa misma, las de misterio me gustan bastante así que guay.

El sofá era bastante grande pero aun así acabamos el uno junto al otro y a mitad de la película Jungkook posó su cabeza en mi hombro a lo que acto seguido empecé a acariciarle el pelo. Era tan suave y olía tan bien a coco que me entraban ganas de acariciarlo con más ansia.

Empezaron a salir los créditos de la película indicando el final, pero ninguno de los dos nos movíamos ya que estábamos demasiado cómodos. De repente sube su mirada hasta juntarla con la mía y mis ganas de besarlo fueron inmensas, más aún cuando cerró los ojos y entreabrió su boca por lo que me fui acercando lentamente, acaricié su labio inferior con mi dedo, abrió los ojos poco a poco y esta vez su mirada era más oscura, cada vez nos mirábamos más y más cerca hasta que nuestras bocas se encuentran y luchan relajadamente haciendo el beso largo y apasionado.

Jungkook se incorporó y se sentó en mi regazo sin romper el contacto, le mordí el labio, apoyando apenas la lengua en sus dientes jugando con su boca, donde un aire cada vez más descontrolado de su respiración viene y va. Entonces mis manos se hunden en su pelo, acariciando lentamente mientras rodeaba con sus brazos mi cuello profundizando el beso aún más. Me mordió el labio pero el dolor es dulce y excitante.

Era nuestro segundo beso y ya estaba muriendo de placer por todos lados, de golpe metí mi mano por debajo de su camiseta y rompimos el contacto para mirarnos y volvimos a juntarnos. Parecía que ambos competíamos por ver quién era el más rápido, más profundo, más placentero.

Jungkook soltó un gemido y se separó unos segundos para coger aire, quitarse la camiseta y unir sus labios otra vez con los míos, esta vez tan lenta y profundamente que nos dejó a ambos sin respiración.