Saviour [m-preg]

10

—¿Hay que tomar alguna medida especial contigo en la noche de luna llena? —preguntó Jackson cruzando las piernas en su cama, junto al cuerpo acostado de Isaac. Éste tenía los pelos revueltos de estar recién despierto, con lo que no estaba demasiado hablador.

—Dejarme dormir, lo primero —murmuró éste frotándose los ojos.

—Entiéndeme, eres prácticamente un desconocido y mañana es luna llena. No sé cómo vas a reaccionar.

—No tengo ni idea, Jackson —dijo suspirando el de los rizos, quedándose sentado en la cama—, me quedo sentado toda la noche intentando no transformarme, y ya.

—¿No necesitas atarte? —preguntó el otro asombrado.

—¿Por ser omega me tienen que atar en la luna llena? —espetó con irritación.

—Eh... lo decía por mí —confesó en voz baja—. Normalmente me tengo que encadenar. La última vez que no lo hice acabé escapándome al bosque y apareciendo en el pueblo de al lado desnudo.

—Caray —dijo entre risas el de rubio—. Nunca me lo hubiera imaginado. —El otro frunció el ceño y lo miró molesto.

—No lo encuentro gracioso. No sé lo que hago esas horas que me paso en blanco, y aquella vez que logré soltarme... no quiero pensarlo, pero quizás maté a alguien en ese rato —murmuró verdaderamente afectado. Al cabo de un par de minutos suspiró, y sonrió con tristeza—. En fin, no sirve de nada darle más vueltas porque cada vez que lo hago me deprime aún más, porque veo a Derek que se controla perfectamente y yo no puedo hacer eso.

—Yo no me descontrolo. Creo que no has tratado con muchos omegas en tu vida, aparte de tu madre. Nos suele afectar en que nos volvemos más "sensibles" a las órdenes de los alfas.

—Pues al menos te esposaré al radiador —comentó Jackson—, no quiero que en medio de mi ataque te pida que me sueltes y lo hagas para obedecerme.

—Tienes razón, será mejor que hagas eso. —Se rascó la cara y bostezó una vez más—. ¿Hoy no me has traído el desayuno? —se burló el de los rizos.

—No te he querido despertar cuando me he levantado yo, así que he desayunado abajo. Además, es ya la hora de comer.

—¿Tanto he dormido? —preguntó Isaac con asombro.

—Pues sí, tendrías sueño acumulado. Te he acabado despertando porque me aburría y me parecía injusto que no me entretuvieras ni me dieras conversación.

—Bueno, pues yo ahora mismo necesito entrar al baño —repuso el de los rizos levantándose.

—Era broma, yo tengo que sacar las cosas para esta noche del trastero, y llevar a Susi a su casa, ya que me vas a poder encadenar tú, prefiero que se vaya a su casa y esté allí con su familia.

—¿Susi tiene familia? —preguntó Isaac enarcando una ceja.

—Sí, aunque está todo el día aquí, se va después de cenar y viene para hacernos el desayuno. Todos los días, sin falta. A mí me rompe el alma, porque no puede estar con su pareja y sus hijos, pero... ella insiste en que le hace falta lo que le da mi padre, y yo ahí no intervengo. —Suspiró encogiéndose de hombros—. No acepta el dinero que le quiero dar, y tampoco quiere irse, así que bueno, que haga lo que quiera, no soy quién para mandarle nada. —Isaac abrió la boca desde el baño—. Ya sé, sé que sí soy quién para ordenarle las cosas, pero ya sabes que no soy así.

—Lo sé, Jackson —dijo con una sonrisa—. Me voy a duchar y demás.

—Te dejaré la ropa encima de la cama, que yo me tengo que ir ya para que no me coja la influencia del ciclo lunar fuera de casa.