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Condujo de vuelta a su casa, sospechando que los nervios estarían de punta. Y así fue, en cuanto llegó vio un cordón policial rodear la entrada de su tío, y a Peter hablando con uno de los agentes. Se bajó del coche y se hizo el sorprendido. Agradeció internamente las clases de teatro en el instituto, ya que su gesto era bastante convincente. Aunque igualmente, le sorprendía que armaran tanto jaleo porque un omega se hubiera escapado, aunque fuera la omega de su tío.

—¿Qué demonios ha pasado? —preguntó el moreno con los ojos como platos. Peter lo miró unos segundos con el ceño fruncido.

—La maldita omega ha matado a mi beta —gruñó el mayor apretando los dientes. A Derek se le atoró el aire en la garganta—. Y esa puta ha escapado.

—¿Ha matado a Joy? —espetó su sobrino con incredulidad. Creía simplemente que la omega estaba escapando, no que había matado a nadie—. ¿No hay ninguna pista de ella?

—No, pero la hija de puta es muy lista —siseó Peter con disgusto—. Su familia era de cazadores de omegas, pero ella salió de la especie equivocada. Sin embargo, estoy seguro de que lo lleva en la sangre, a pesar del engrudo que le había estado dando ha logrado tener fuerza para matar a Joy.

Derek calló y se quedó junto a su tío mientras éste seguía respondiendo preguntas que le hacían los agentes. Al cabo de un rato llegó su madre y su hermana mayor, y se acercaron a ellos, que seguían junto a la entrada de Peter. El moreno tenía un gesto impasible, había instaurado una protección extra a sus emociones y pensamientos, y era una barrera prácticamente infranqueable.

—¿Qué demonios ha pasado, Peter? —preguntó Talia al llegar junto a ellos.

—La omega ha matado a la beta —gruñó su tío expulsando aire por la nariz, como un toro enfadado. Tanto su hermana como su sobrina tomaron aire dramáticamente, y Laura se tapó la boca, totalmente anonadada.

—Pero... ¿cómo ha podido escapar? —espetó cuando se recuperó del asombro.

—Pues es sólo una suposición, pero la beta iría a abrirle la jaula para limpiarla o algo, y la omega aprovecharía y la atacaría, ahogándola con los grilletes. Lo que me sorprende es que pudiera coger la llave y quitárselos, ya que los omegas que toman engrudo no suelen ser tan inteligentes ni independientes —explicó el agente que había estado haciéndole preguntas a Peter—. Si me disculpa, señor Hale, aquí hemos acabado. Le recomiendo dormir hoy en otro lugar, por si la omega vuelve. Podría hacerle daño, de todas formas, una patrulla se quedará vigilando su casa.

—Quédate hoy en nuestra casa —dijo Talia tirando de su hermano y metiéndose los cuatro en la residencia del resto de Hale.

Derek dejó sus zapatos en la entrada, aún en silencio, mientras que Peter lo miraba con dureza. Resopló y fue junto a su sobrino, que lo apartó de un empujón cuando se acercó peligrosamente a él.

—¿Has visto lo que ha pasado? ¿Eh? —espetó señalándole con el índice en el pecho, y con la otra mano hacia la puerta—. Tus amados omegas saben matar, ¿lo has visto? ¿Imaginas que no hubiese matado a Joy, que me hubiera matado a mí? Era sólo una beta, pero podía haber atacado a un alfa. Y tú en tu cruzada anti alfa, ¡COMO SI TÚ NO LO FUERAS! Eres la vergüenza de la especie, tendría que matarte uno de los omegas que tanto defiendes —berreó escupiéndole por culpa de los gritos que daba. Derek aguantaba aquella bronca impasible, con los dientes apretados.

—¡Basta! —gritó Talia separando a su hermano de su hijo. Ambos alfas gruñían, y se podían poner a pelearse en cuanto a alguno se le fuera la cabeza. Derek agitó la suya, apretó los labios y se cruzó de brazos—. Parad ya, los dos. Ni se te ocurra abrir la boca, Derek —espetó señalándolo—, bastante tensos estamos ya como para que añadas leña al fuego. Y tú, Peter —gruñó enseñando los ojos rojos de alfa a la vez que los dientes—, no vuelvas a tocar a ninguno de mis hijos. Derek mañana se irá de aquí, por lo que tendrás que parar tu estúpido odio contra él.

Saviour [m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora