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—Quiero ir contigo, Peter —murmuró Liam abrazándose a la cintura del alfa, que terminaba de calzarse sus botas. El pelo revuelto de Liam sugería lo que había pasado momentos antes, pero la indiferencia del mayor no casaba con la empalagosidad del omega.

—No puedes venir, no insistas —musitó el otro atándose los cordones y pasando a la otra.

—No tienen por qué verme —insistió el pequeño pegando la mejilla en la espalda de Peter, apretándolo entre sus brazos.

—Liam, estás embarazado de casi seis meses: no pienso ponerte en peligro —gruñó terminando su tarea y soltándose del agarre del otro.

—¡Por eso mismo! Se pone inquieto cuando no te tiene cerca —susurró acariciándose levemente la barriga—. Sabes que me porto bien, Peter. Soy menos ruidoso que un mueble. Y me quedo más quieto que una planta. —El otro se echó a reír ante la ocurrencia y suspiró largamente, besándolo en la frente.

—Está bien, puedes venir —dijo separándose de él y dándole espacio para que se pusiera de pie, cosa que hizo de un salto, entusiasmado.

—De verdad, ni sabrás que estoy allí —aseguró mientras se ponía unos pantalones anchos y una camiseta del mayor.

—Estás adorable —murmuró Peter acercándose a él y besándolo pausadamente en los labios—. Quizás si se van los chicos antes, te folle en la sala de reuniones.

—Será todo un honor. —Liam se colgó de su cuello y suspiró contra su boca, ahondando el beso unos segundos hasta que el alfa se separó de él.

—Vas a hacer que te tenga que follar de nuevo aquí mismo —gruñó Peter pasando su nariz por el cuello del omega, oliendo su excitación.

—Eres el alcalde: nadie te dirá nada por llegar tarde —siseó el otro, disfrutando de los besos del mayor y las succiones que éste realizaba por todo su cuello.

—Joder Liam...

Aquel jadeo necesitado fue el detonante: acababan prácticamente de hacerlo, pero no sabría decir si eran las hormonas del embarazo de Liam, si era tensión que debía descargar de alguna forma o simplemente era que necesitaba un segundo round.

Sea como fuere, Liam se apoyó con los codos en el escritorio de Peter, jadeante, abriendo las piernas y dejando que el otro le quitara los pantalones de un tirón. El omega estaba muy excitado, y el lubricante natural humedecía su entrada.

Agarró ambas nalgas, separándolas y permitiéndole ver la entrada del otro. Un gruñido sonó en su garganta y lamió, extasiado, una y otra vez, saboreándolo como si fuera el manjar más exquisito.

El omega se deshacía de placer en su boca, luchando por no retorcerse pero fallando estrepitosamente. Crispó las manos y se quejó cuando el alfa retiró su boca. Se quitó un poco los pantalones, dejando libre su miembro y alineándolo con el culo del chico, entrando lentamente en él. Agarró las caderas del omega, ahondando un poco más en su culo, arrancándole un gemido ahogado y haciendo que suplicara por un poco de movimiento.

Sacó las garras y con cuidado, recorrió con el índice la columna de Liam, que lloriqueó deseoso. Lo chistó y comenzó a penetrarlo con lentitud, y luego aceleró un poco más, haciendo que el omega siseara de puro placer.

Lo agarró por los antebrazos, alzándolo un poco y continuando las embestidas, cada vez más rápido, golpeando una y otra vez la próstata del pequeño. Pegó la espalda de Liam a su pecho, pasando uno de los brazos por la barriga del omega y con el otro aferrándolo del pecho para metérsela de manera rápida, sin parar, haciendo que el chico finalmente se corriera sobre el escritorio de Peter, haciendo que éste lo siguiera a continuación al sentir cómo su erección era ahogada por el culo del pequeño.

Saviour [m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora