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Aún no le habían dicho nada al resto de sus amigos -manada, por llamarlos de alguna forma-, porque ni ellos mismos se lo creían. Derek se había vuelto casi obsesivo en cuanto al cuidado de Stiles, que siempre que podía ponía los ojos en blanco para expresar la irritación que le suponía que el moreno lo tuviera como una palomita desvalida, cuando obviamente tan sólo estaba embarazado.

Que no le dejara cuidar a los niños omegas rozaba lo absurdo, ya que no es que tuviera que cargar con material industrial, tan sólo tenía que ayudarlos a desayunar y leer un poco con ellos, pero la sobreprotección de Derek era exagerada, y más cuando el mismo Stiles no podía hacer lo mismo por el alfa, ya que cada vez que salía de misión como Hoax, el castaño no podía dormir sabiendo el peligro que corría el otro allá fuera.

Era la pescadilla que se mordía la cola. Derek quería que Stiles descansara y estuviera tranquilo, pero salía como Hoax y conseguía todo lo contrario, consiguiendo que ambos se tensaran debido a sus diferencias de opiniones.

—Hoy no salgo como Hoax —musitó el moreno apareciendo en la pequeña sala que habían puesto como biblioteca. Stiles levantó la vista del libro que leía con una niña beta.

—¿Qué? —preguntó notando cómo una sonrisa se extendía lentamente por su rostro.

—Ya me has oído —dijo suspirando y tocando la cabeza de la niña, que le sonrió—. Hoy sale Jackson en mi lugar.

Porque sí. Hoax no era una sola persona. Solía ser Derek, porque el moreno siempre se ofrecía, pero el cargo de aquella figura iba por todos los alfas, hasta por Malia y Kira, porque querían dar a entender que Hoax no sólo era una persona: era un pensamiento general, y la figura era representativa de su pensamiento, no era sólo un alfa.

—¿Y eso? Creía que querías ir toda la semana como Hoax —murmuró Stiles indicándole a la niña que se quedara leyendo, mientras él se levantaba e iba con Derek al exterior de la nave.

—Lo sé, sé que dije eso, y la verdad es que quería ir, pero la de hoy se la he pedido a Jackson. —El omega lo miró confuso, y el otro suspiró.

—Viene Deaton a que hablemos los tres de tu embarazo. —Stiles permaneció en silencio.

—¿Se lo has contado? —preguntó el castaño con curiosidad.

—Es lo más parecido a un médico que tenemos por aquí, aunque sólo sea un analista de laboratorio como Scott y yo, pero sabe un poco más de embarazos. Viene en una hora, y quiero pasar el resto del día contigo. Tanto si hay buenas noticias como malas.

—Está bien —dijo sonriendo levemente, y suspiró cuando los brazos de Derek lo rodearon. Apoyó la barbilla en el hombro del moreno, que acariciaba su espalda lentamente—. Espero que todo sean buenas noticias —murmuró Stiles dándole un beso en el cuello.

—Y yo también deseo eso. Nunca está de más recibir ayuda de alguien que sabe mucho más de nuestra especie, ¿no crees?

—No puedo estar más de acuerdo.

El tiempo que quedaba para que llegara Deaton, lo pasaron ayudando a Allison a regar las flores, hablando con Scott sobre cómo estaba el proyecto de los supresores, que por lo visto estaba ya acabado y tan sólo necesitaban la promoción adecuada.

Oyeron a alguien llamar al moreno, y al girarse vieron a Alan a lo lejos, saludándolos. Stiles le devolvió la regadera a Scott, y Derek soltó el saco de semillas para ir al encuentro del hombre. Pasaron al interior de la nave, saludando a los alfas, betas y omegas que había a su paso, hasta llegar a una sala de reuniones, que era la habitación más grande de todo el lugar.

Saviour [m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora