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3 meses después

El embarazo de Stiles se había desarrollado sin incidentes. Desde que Derek no salía como Hoax, el castaño no tenía ninguna preocupación añadida. Mantenían en secreto el estado del omega, pero se estaba empezando a notar la barriga, algo pronunciada para estar sólo de tres meses, según le había dicho Deaton.

Derek estaba obsesionado por estar cerca de él por si notaba algún latido que no fuera el de Stiles, pero de momento el del castaño era el único que se escuchaba con suficiente fuerza como para ahogar el ruido de los demás. Tampoco notaba ningún cambio en el aroma de Stiles, pero sí identificaba que había algo más -es decir, que estaba embarazado.

Habían pasado las náuseas y ya comía con normalidad -o lo más normal que podía, ya que Derek procuraba vigilar que no comiera nada que no fuera sano-, y tenía un horrible antojo de una tarta de queso, que gracias a Susi pudo satisfacer a pesar de las malas caras de Derek.

—No puedes prohibirme todo, ¿sabes? Que me coma un trozo de tarta no significa nada.

—Si el trozo es media tarta tampoco es bueno.

—¿Quieres que el crío salga con cara de tarta? Los antojos que se me queden sin satisfacer saldrán en el niño...

—¿De dónde demonios has sacado esa idea? —preguntó Derek enarcando una ceja, divertido.

—Es una creencia general, así que no me extrañaría...

No es que no quisieran contárselo al resto, sino que preferían que siguiera en secreto al menos un poco más, sólo por el hecho de que si sólo lo conocían ellos, no dolería tanto si hubiera algún contratiempo.

Pero todo iba tan bien que era imposible que no se les notara el chute de felicidad extra que el embarazo les daba. Aparte de que el hecho de que Derek, el principal Hoax, no hubiera vuelto a salir a la calle, les hacía sospechar a sus compañeros que había algo que no les contaba, aunque preferían no preguntar para salvaguardar la intimidad del moreno.

***

Aquella mañana, Derek se despertó bastante agitado, sobresaltando a Stiles al incorporarse. El castaño lo miró confuso, y más cuando el ceño del moreno se arrugó tanto que las cejas parecieron juntarse.

Fue a hablar pero el alfa pegó su cabeza a la barriga de Stiles, que permaneció quieto por puro instinto de protección a su bebé, no porque Derek fuera un peligro para ellos, pero es lo que le mandó su propio lado animal.

—¿Qué pasa? —preguntó en voz baja. El moreno lo chistó, y frunció también el ceño ante el misterio que parecía haber entre su barriga y Derek, con lo que fue a hablar de nuevo.

—Cállate Stiles, que creo que oigo algo.

El omega se calló abruptamente, sonriendo ante aquella frase. Si oía algo, y no era la verborrea de Stiles ni del propio alfa, significaba que era el bebé. Derek entrecerró los ojos, aguzando el oído. El castaño contuvo la respiración, a ver si de aquella manera podía oír mejor.

Suspiró en voz baja cuando la mano de Derek apartó la camiseta que cubría su barriga y la tocó con los dedos tibios, generando la sonrisa del alfa al conseguir aquella reacción tan positiva de él, y al cabo de unos segundos arqueó las cejas, sorprendido.

—Derek Hale te juro que o me dices qué es lo que oyes o te juro que hago contorsionismo para escucharlo yo. Me están entrando ganas de estrangularte. —El otro resopló.

—Cuando te pones así de pesado me dan ganas de dejarte con la intriga...

—Ni se te ocurra.

Saviour [m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora