La Batalla del Olimpo

La madre de mi hermano es genial

BECCA

Poseidón.

Ese era su padre.

Una vez pasado el shock, (y habiendo comido bien) no sabía si alegrarse u odiar a su padre.

Vale que no podía criarla él, pero podría haberla llevado al campamento... O al menos eso pensaba hasta que le contaron la profecía.

-Verás, el Oráculo de Delfos hizo una profecía sobre que un hijo de los Tres Grandes cuando cumpliera los dieciséis salvaría o destruiría el Olimpo.-le explicó Percy mientras trasladaba la mochila a la cabaña tres.-Zeus se bajó del carro. Incumplió el juramento dos veces, con sus formas griega y romana, aunque la romana no contaba. Luego, Hades, no incumplió el juramento, pero tenía dos hijos guardados en el Casino Loto, donde no crecen.

-¿Nico y Hazel?

-No. Nico y su hermana por parte de madre también, Bianca. Bianca era mayor que Nico, y murió con doce años. Se sacrificó por nosotros. Si no hubiera muerto y no hubiera sido cazadora de Artemisa, tendríais mas o menos la misma edad.-Percy suspiró.-Hazel... Bueno, Hazel estaba muerta, pero Nico la rescató del inframundo hace bastantes meses.

-Pero Poseidón sí incumplió el trato, como Zeus.

-Exacto. Thalia se hizo cazadora de Artemisa, o sea, que no creces, antes de cumplir los dieciséis años. Nico era menor que yo. Así que el hijo de los Tres Grandes que tomaría la decisión era yo. Hades en una ocasión quiso encerrarme y matarme antes de que cumpliera dieciséis, para que el que tomara la decisión fuera Nico. Aunque claro, habrías sido tú, porque eres mayor.

Becca se quedó pensativa. Le aliviaba eso de no tener que decidir ella. No era valiente. No como para luchar contra un titán. Solo era una chica con poderes raros.

-¿Cómo era la profecía? Si te la sabes, claro.

Percy hizo una mueca.

-Me sé las dos profecías en las que salgo yo de memoria. A ver... La primera era así:
De los dioses más antiguos,
Un mestizo llegará a los dieciséis en contra de todo lo predicho.
Y un sueño sin fin l el mundo verá
El alma del héroe, una hoja maldita habrá de segar.
Una sola decisión con sus días acabará.
El Olimpo preservará o asolará.

Becca reprimió un escalofrío.

-¿Qué significa?

-Bueno, la Batalla de Manhattan... El hijo de los Tres Grandes, como ya sabes, y lo del sueño sin fin se referían a la Batalla de Manhattan. Todos los mortales se quedaron dormidos gracias a Morfeo. Había gente dormida por todas partes. La ciudad se llenó de monstruos...

-Espera, ¿esa batalla en que año fue?-preguntó Becca. Acababa de darse cuenta.

-Hace un año justo.

-Joder, ¡yo estuve allí!-saltó ella. Percy le miró incrédulo.-Con Tyler. Pasábamos por Manhattan. Intentamos cruzar hacia Nueva Jersey, pero no podíamos. Y la gente se dormía... Recuerdo que nos siguió un centauro llamándonos traidores, y unos bichos con cara de dóberman...

-Telekhines...-dijo Percy.-¿Qué hicisteis?

-Nos refugiamos en un portal cuando nos deshicimos de ellos. Pensábamos que el THDA nos jugaba una mala pasada. Después, cuando todo terminó, la policía nos pilló y nos llevaron a un centro penitenciario, pero eso ahora no importa...

Percy hizo otra mueca. Parecía saber a que se refería.

-Yo no era el héroe que la hoja maldita segó. Era Luke. Él le entregó una daga a Annabeth cuando ella tenía siete años. Le prometió una familia. Él incumplió la promesa, y la daga quedó maldita. Cronos estaba en el cuerpo de Luke, creyendo que lo controlaba. Annabeth le habló a Luke, y por un momento recuperó el control. Mi decisión era entregarle o no la daga. Se la entregué, se sacrificó y...