Nadie dijo que supiera conducir

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BECCA

Becca no quería dejar allí a sus amigos, pero si quería salvarlos, tenía que pensar. Con Hazel y con Will. Muy buen equipo, la verdad... Si no estuvieran discutiendo.

—¡No podemos dejarles allí!—repetía Will.

—Hemos de pensar antes.—replicaba Hazel.

—¡Pero...!

—¡A mí tampoco me hace ninguna gracia! ¡Mi hermano y la mayoría de mis amigos están ahí dentro! ¡Pero debemos tener un plan antes de actuar!

—¿Os queréis callar?—dijo Becca, harta. Le dolía la cabeza, y estaba examinando las secuelas que el peso del cielo le había dejado. Notó que tenía un par de mechones grises en el pelo y estaba cansada, pero nada más.—No me dejáis pensar.

—Ah, ¿es que realmente piensas? Porque no lo pareció cuando te escapaste.

—Oh, cállate.

Una idea surgía de su cabeza. Recordó la excursión escolar que había visto no muy lejos de allí, de camino.

Becca miró a Hazel, pensativa.

—Llama a Arión. Tenemos que bajar la montaña echando leches.—miró a Will.—¿Tienes ambrosía, néctar, o algo para ayudarla?

Will asintió y señaló su mochila.

—¿Ayudarme a qué?—preguntó Hazel.

Becca le miró.

—¿Qué tal se te da viajar por las sombras, querida prima?

**********

Tuvieron un aterrizaje forzoso. Becca cerró los ojos.

—¿Ha funcionado?—preguntó Hazel con voz temblorosa.

Becca abrió los ojos. El autobús escolar había aterrizado en la cima de la montaña, frente la fortaleza negra con columnas griegas. El monte Otris se estaba haciendo más real a cada segundo. Ya era real.

—Me parece que sí.—dijo Will.—¿Cómo sigue el plan? ¿Cómo entramos sin que nos vean?

Becca le miró burlona.

—Nos van a ver.—dijo simplemente.

Se sentó en la cabina de conductor.

—¿Sabes conducir esto? ¿Lo has hecho alguna vez?—preguntó Hazel, mordiendo un trozo de ambrosía.

-—Una vez conduje una lancha robada...—dijo ella. Le miraron raro.—¡Oye, que Piper robó un BMW! ¡No me miréis así! Esto no debe de ser muy difícil.

Arión relinchó algo sobre que se piraba por ahí, que ya lo llamarían y se fue.

Becca arrancó el bus y le dio al acelerador...

...demasiado fuerte.

Se fueron directamente a las puertas. El autobús chocó y atravesó las puertas como si fuera un torniquete. Irrumpieron en la fortaleza del monte Otris. Casi enseguida, los monstruos se le echaron encima. Becca daba volantazos como una loca para atropellarlos y esquivarlos. Will y Hazel se sujetaban como podían, y el caballo estaba soltando unos improperios dignos de ella.

Finalmente, después de atropellar a doscientos monstruos en diez minutos y haberse cargado la mitad de las ventanas del bus, encontraron las puertas de la sala del trono. Becca frenó allí y escuchó un momento. Hizo retroceder el autobús algo magullado.

—Eres un peligro para nuestra integridad física.—murmuró Will.

—Calla y escucha.

Oyeron una voz allí.

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⏰ Última actualización: Dec 22, 2017 ⏰

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La Batalla del OlimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora