Dejà vu y soy Tyler, no Luke

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TYLER
La excursión a una playa virgen cercana a los Ángeles resultó ser mas aburrida de lo que pensaba.

Es decir, se suponía que era un sitio guay. Con un acantilado, y todo ese rollo, donde se veía a un montón de peces cuando buceabas.

Pues no.

Los profesores del orfanato no les dejaron acercarse a esa zona. Los tuvieron toda la mañana jugando a juegos tipo El pañuelo. Cosa que está bien cuando tienes seis años, pero para unos chavales problemáticos de diez y once años con THDA...

Finalmente, les dejaron tranquilos, pero sin dejar acercarse al acantilado. Lástima.

-¡Venga, pastelitos!-dijo el entrenador Hedge, que se encargaba de E.F. ¡Hora de un descanso!

Tyler se comió el sándwich de jamón y lechuga que había para todos, resoplando. Odiaba la lechuga. Era comida de conejo.

Al cabo de un rato de estar ahí sentado, decidió darse una vuelta.

El agua era transparente en aquella zona. Era de color verde agua, uno de sus colores preferidos. Se escabulló hacia una de las grandes rocas cercanas al acantilado. Las olas rompían con fuerza allí. No pensó que fuera agradable caer allí.

Se arriesgó a acercarse un poco mas, para ver mejor el mar.

Error.

Resbaló y cayó de la roca.

-¡Mierd-Aahh!

Se aferró al filo con una mano, haciéndose daño. Intentó poner un pie en otro trozo de roca. Cuando lo colocó, se rompió, y Tyler cayó al agua a tres metros de altura.

PLAF.

El planchazo fue impresionante. No solo por la caída, sino porque las olas empeoraban la situación. Tyler sacó la cabeza como pudo a la superficie. Una ola le sumergió de nuevo.

Luchó contra la corriente. Era muy buen nadador, pero no podía mas. No podía contra aquello. Se estaba cansando.

Así que así moriría. En una excursión a la playa, ahogado, a los diez años, solo porque se acercó mucho al filo de la roca. No era muy heroico, que se dijera.

Tomó aire y el agua le hundió de nuevo. Ya no tenía fuerzas para seguir. Se quedó bajo el agua, y se fue quedando poco a poco inconsciente.

Oyó un grito y que alguien se lanzaba al agua. Sintió que alguien le agarraba del brazo y lo arrastraba a la superficie. Pero Tyler no veía ni podía hablar nada. El agua se tornaba mas tranquila ahora, facilitando el trabajo de su salvador.

Sintió que lo arrastraban en la arena, una mano en su muñeca, tomando su pulso y poco después, la respiración cardiopulmonar. Tyler tosió y expulsó el agua de sus pulmones. Abrió los ojos, y vio borrosamente a una preciosidad de niña de diez años mirándole, con bañador azul y con pelo negro y ojos tan verdes como el mar en el que había estado a punto de ahogarse.

Pensó que era un ángel.

-¿Estoy... Estoy muerto?

-No, no lo estás.-dijo la niña con una voz un poco familiar. Seguía viendo borroso, pero empezaba a pensar que le sonaba de algo.-Pero has estado a punto de ahogarte, estúpido. ¿No has visto lo peligroso que era acercarse ahí?

Tyler al fin vio bien. Se hallaba sobre la arena. Unas rocas estaban enfrente de ellos, y se oían los gritos de sus compañeros. Y la chica, que lo miraba con el ceño fruncido...

-¿Becca?

Becca di Rizzi era una de las chicas de su orfanato. Sus padres le habían abandonado, dejando una nota diciendo solo su fecha de nacimiento y su nombre y apellidos. Era de Phoenix, y, al igual que él, se había escapado de su casa de acogida y, su primer orfanato en su ciudad natal. Era solitaria y sarcástica, y siempre hacía reír a sus compañeros cuando se burlaba de los profesores.

La Batalla del OlimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora