Siguen sin dejarme tranquilo

99 6 15
                                    

PERCY

Percy se despertó con dolor de cabeza. El sueño no había sido agradable. No recordaba mucho. Había soñado con lamentos y una risa tan fría y horrible, que se burlaba de él, que salía de lo mas profundo del Tártaro. Recordaba vagamente a un espantapájaros mirándole con desdén.

Era escalofriantemente familiar.

Intentó pensar que había sido solo eso, un sueño, pero para un mestizo por desgracia, los sueños nunca son solo sueños.

Se encontró con Becca con el ceño fruncido sobre la cama. Parecía algo asustada.

-¿Te ocurre algo?

Becca se sobresaltó.

-Ah... Nada. Solo una pesadilla. No te preocupes, me pasa continuamente.

Eso no tranquilizó a Percy.

-¿Con qué has soñado?

-No recuerdo mucho... Solo una risa y un abismo... Y nada mas.

Percy se alarmó aun mas, pero no podía perder la calma. Al fin y al cabo, podría ser solo una casualidad. Becca estaba taciturna. Tenía una leve expresión de horror en el rostro, y una mueca que podría haber sido de dolor. Daba la sensación de que le ocultaba algo, pero no le presionó.

-Luego hablaremos con Quirón sobre esto. Ahora, vamos. Debe ser la hora del desayuno.

Efectivamente, era la hora del desayuno.

Se sentaron solos, después de saludar a algunos campistas de por allí.

-No hay que alarmarse...-murmuró Percy a si mismo.

-Me estás empezando a preocupar, Percy. ¿Qué pasa?-preguntó Becca.

Entonces, oyó una voz conocida.

-¡HERMANO!

Tyson se le echó encima, cosa alarmante, porque era un cíclope de dos metros.

-¡Grandullón! ¡Has venido!

Ella se acercó a ellos.

-Ella se alegra de ver a Percy. Percy amigo. Amigos no comen a Ella...-farfullaba feliz. Percy se alegraba de verles. Vio que Tyson y Becca se miraban sin entender.

-Ah, Tyson, te presento a Becca. Hija de Poseidón.

-¡Hermana!-Tyson la abrazó. Becca sonrió.

-¡Ten cuidado, grandullón!-le dijo Becca con voz estrangulada. La estaba aplastando.-Percy me ha hablado bien de ti, ¿sabes?

Annabeth se acercó a ellos.

-¡Annabeth!-dijo el cíclope, abrazándole también.

Entre que todos sus amigos se acercaban y eran abrazados por Tyson, alguien habló detrás de ellos.

-¿Tengo que dar golpes con mi cepillo para que me presten atención?-se quejó Rachel Elizabeth Dare. Percy la miró y se rió.

-¿Qué hay, Rachel?-le dijo.-¿Alguna profecía o algo así?

-De momento no, pero quizá pronto haya. Apolo ha vuelto a matar a la Pitón. El Oráculo ha sido liberado.-dijo ella sin sonreír. Percy tampoco sonrió.

Rachel abrazó a Annabeth y a Piper, feliz. Luego se fijó en Leo y Calipso, y sonrió.

-Así que estás vivo...

-Sí. Me temo que hará falta mas que una profecía tuya para acabar conmigo, pelirroja.-dijo Leo, riéndose.

-Mucho ojo, que gracias a esa profecía tienes novia al fin.

La Batalla del OlimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora