Capítulo 2: Primer Encuentro

1.7K 110 4
                                    

Odiaba los hospitales, en serio que los odiaba, no solo porque veía marcadores cercanos al final cada vez que levantaba la vista, o porque este lugar estuviera infestado de sombras que sin duda notaban que podía verlas o que me ponían la piel de gallina, ni siquiera por el ambiente a muerte que lo rodeaba.

No, no era por nada de eso.

Era por el simple hecho de… que en este lúgubre y triste ambiente, lleno de desolación y desesperanza, me sentía más poderoso, fuerte e invencible de lo que jamás me llegaba a sentir en la vida.

Y eso me enfermaba.

Eso era, una de las razones que me hacia odiarlos, odiar lo que se supone que me hacia diferente.

Me sentía como si les estuviera quitando la vida a las personas.

El hecho de estar acá ya significaba algo malo, pero combinado por el hecho de haber podido prever este momento le agregaba una dosis de frustrante, sin contar mi actual preocupación primeramente por Savanna y luego por el marcador de Reggan.

Quiero decir…

Toda mi existencia desee que esos malditos marcadores desaparecieran, se evaporaran en el aire, simplemente que se fueran, y ahora que uno se va, estoy deseando saber con toda mi alma porque se fue, porque no podía verlo.

Y sobre el alma…

Sentado en la sala de espera, con la sollozante madre de Savanna a mi costado, me sentía como la peor persona del mundo.

Esto, que ella este en un supuesto “coma” en este momento, sé es mi culpa, se supone que la vida de Savanna había sido salvada, el alma que Él estaba aquí para tomar era la de Reggan, pero a pesar de eso…

¿Cómo sentir culpa por salvar la vida de otra persona?

De alguna manera, tenia sentimientos encontrados, alivio de que Reggan estuviera con vida, y culpa de que hubiera sido a costa de la de Savanna.

No podía quedarme más aquí. Se supone que Nat vendría por mí en lo que Reggan iba a cuidar a mi hermana, solo que esperar en este lugar…

—Señora Murray, si me disculpa, iré a tomar un poco de aire. —dije levantándome de mi asiento.

Ella solo asintió entre las lágrimas, su cabello, ahora pelirrojo, pegado a su cara mientras su esposo le palmeaba la espalda, esperando a que Savanna saliera de la revisión, se sentía mal quedarse al lado de ella sabiendo que era uno de los culpables, me hacía parecer una persona hipócrita, en especial sabiendo que pase lo que pase, cualquier médico o maquina, daría la misma sentencia.

Una errónea, a pesar de todo.

No podrían decir que estaba en coma, Savanna no estaba en coma, pero de todas maneras no me creerían si les dijera la verdad, después de todo Sav muestra todos los signos, y para que me creyeran tenía que explicarles lo que yo veo, lo que puedo hacer y percibir, pero aún asi, las personas en coma, a pesar de no estar respondiendo a impulsos exteriores sus contadores siguen su camino, toman años de su vida, ya está en ellos mismos si despiertan o no, pero lo esencial es que su vida sigue corriendo.

Sav estaba en… llamémoslo un estado de pausa, su tiempo se había detenido, no estaba muerta o viva, simplemente su conciencia dejo de estar en este plano, su vida dejo de correr, estaba congelada en el tiempo.

Eternamente sin cambiar, o desmejorar, solo congelada.

Un destino aún más horrible que la muerte, si me preguntan, no envejecerías, no reaccionarias, no sabía cuánto tiempo le quedaría hasta que la desconecten pensando en que ya no despertaría, sus padres llorarían su muerte, pero yo sabría que ella seguiría viva y lo estaría hasta que su contador volviera a dar marcha.

Be Forgotten (Be #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora