Capítulo 7: Acto y consecuencia

1.3K 84 5
                                    

Por más que lo intentaba no habia manera alguna en que pudiera asimilar a Ritter como padre, o deseando ser uno en este caso.

Aún así, ver la tan brillante habitación en este ambiente rodeado de sombras era algo cómico de ver, he de admitir, entrado  me fije en los detalles y la gran obra realizada en estos, me recordó a la habitación de Dianna, luego elimine rápidamente ese pensamiento puesto que los detalles eran tan perfectos como para ser humanos.

Y si el dios de la muerte tenía un hijo o pensaba en tener uno, no entendía por que entonces, me encontraba aquí.

Sacudiendo la cabeza, camine hasta donde Ritter tenía las fotos, muchas eran de mi Anna, muchas como las que tenia Nat, varias donde ella sonreía, se veía feliz, muy feliz, quizá Ritter fue alguien inmemorable en su vida.

De todas maneras, si eso era verdad. Él podría saber donde estaba.

—¿Qué haces aquí?

Ritter me miro enojado, acercándose a mí y quitándome la foto bruscamente de la mano.

—No tengo que dar explicaciones. Y si no mal me acuerdo, dijiste que si lo que hacías no me mataba, me las darías.

—Error, dije que tendríamos que encontrar explicaciones.

Ritter solo se cruzo de brazos, recorriéndome con su mirada.

—¿Quién eres? Eso es lo que más quiero saber.

Haz fila entonces, que yo en estos momentos no tengo idea alguna de lo que soy. Que fue la energía que me rodeo en ese momento, que significaba ese sueño que tuve, y porque repentinamente sentía como si pudiera doblegar la energía del mismo Dios de la muerte.

—¿Qué quieres de mí?

—Que seas mí heredero.

Que demonios.

—Los dioses no pueden morir.

—Tienes razón, no moriré. Pero en estos momentos el poder del inframundo se está deteriorando demasiado, la carga de poder no es equitativa, colapsara en algún momento.

—¿Solo eso? Quieres que lleve un poco de tu poder, como sabes si quiera que puedo hacerlo. Es decir ¿Por qué tengo que ser necesariamente yo?

—No moriste, en el momento que te sane te pase algo de mi energía, algo que ni siquiera el mismo Zeus soportaría. Tú la aceptaste.

Me quede en silencio puesto que no sabía que decir, se que Ritter se abstuvo de decir que además de su energía, el hecho de poder verlo, de poder controlar las sombras, y forzar la muerte de alguien me hacia el elegido. Pero me di cuenta que era necesario, Ritter me necesitaba si no quería que esto colapsase.

Podía jugar mis cartas a toda regla, no iba a ser solo una pieza en el juego, iba a ser el jugador y de alguna manera saldría victorioso.

—Te propongo un trato —dije cruzándome de brazos y dándole una mirada de suficiencia—. Ayúdame a sacar a mi hermana de aquí y haré lo que digas.

—Supuse que dirías eso muchacho, pero a donde se llevaron a tu hermana es un lugar al cual los Dioses no pueden ir.

—Entonces supongo….

—Espera, no dije que no te ayudaría, dije que no podre hacer presencia en ese lugar, te daré las armas y el entrenamiento para que sobrevivas, pero necesito que me des algo a cambio.

—Ya te estoy dando algo…

—Necesito más, soy el que tiene el poder suficiente para saber donde están tus familiares y quien tiene el poder que necesitas para salvarlas, tu no mandas aquí Cameron entiende eso bien.

—Que quieres que haga.

—Sobrevive.

***

Era desesperante.

La impotencia, el control, la inseguridad, la muerte.

Cuando estas atrapado, cuando no hay ningún rastro de luz que te permita llevar el día o la noche, el tiempo parece no pasar, pero sabes que lo hace.

Hasta que por un momento te llegas a cansar. Te rompes.

Mi punto de quiebre habia pasado ya hace varios días, al menos eso es lo que pensaba, ahora solo estaba a punto de explotar, no veía ningún avance, cada vez la desesperación era mayor, que seria de mi hermana, como estaría Reggan, al no verlas en los campos del inframundo tenía la esperanza que siguieran vivas…

¿Pero por cuánto tiempo más? ¿Cuánto más aguantarían?

Ritter me tenía como su marioneta, matando a discreción, dominando a las mismas cosas que temía de pequeño, era yo el que ahora recogía las almas de las personas, el que oía sus gritos y lamentos por la noche sin poder hacer nada más que oír. Pensando en que quizás una de esas almas pueda ser de alguien de mi familia.

Era desesperante.

Por eso en el momento que pude encontrar a Ritter, no me importo con quien estuviese solo arremetí.

—Cuando cumplirás tu parte del trato, ya me cansé de todo esto, mi hermana puede estar muerte mientras tú meditas cuando finalmente pueda estar listo. Si no me das un día olvídate de lo que acordamos y…

—¿Cameron? —su voz familiar, fluyó en la habitación silenciándome de inmediato, trayéndome memorias que creí sepultadas desde que estuve preso aquí.

Solo la oí una vez, pero quedo marcado en mi alma.

Me gire lentamente para ver a Anna sonreír, para ver a mi hermana sonreír, la miré anonadado conforme se acercaba a mí, Ritter tambien parecía estar en shock al ver la similitud a primera mano. Caminando hasta donde estaba, se acerco y, sin dudarlo darme tiempo de reaccionar, tiró de mi en un abrazo. No pude evitar una sonrisa tirando de mis labios. La sensación de reconocimiento.

—Por los dioses yo… —su abrazo se intensifico— Cameron —dijo de nuevo, con un innegable afecto e instantáneamente me sentí culpable de no poder corresponderle—. Te has vuelto alto y…

—Diann tú lo conoces…

Anna miró de mí a Ritter y vi como su rostro cambiaba, de lo preocupado, a lo enojado a un completo desconcierto. Analizándonos otra vez a Ritter y a mí soltó un suspiro de alivio, pero sus facciones fueron cubiertas por el enojo.

—¿Por qué estás aquí? Tu no deberías estar aquí. —capté el disgusto en su voz, Anna se giro hacia Ritter—. ¿Qué hace él aquí?

Su tono despectivo me hizo acordar que no era bienvenido aquí, que no podía sentirme bienvenido aquí, tenía que regresar a casa. No le di tiempo de responder. Y me enfrente a mi hermana, cruzándome de brazos a la defensiva.

—Créeme no quería venir. Sería completamente feliz si no tuviera nada que ver con ustedes —me detuve viendo si mis palabras le afectaran, por la mueca que hizo di en el blanco—. Pero no me dieron otra opción.

—¿A que te refieres con eso?

Anna volvió a ver amenazante a Ritter y pude notar como él retrocedía un paso, bufé. El dios de la muerte temeroso de mi hermana.

—Me refiero a que secuestraron a mi hermana y a una compañera junto con ella. Después de amenazarme y casi a matarme.

—¿Natalie?

—No, Dianna.

—No sabía que tenias otra hermana, yo no sentí su energía cuando hablaba con… —sacudió la cabeza, regresando su dura mirada hacia mí—. Entonces viniste aquí, para escapar de ellos.

—No, vine aquí para recuperarlas

—Entiendo… —dijo y una leve esperanza se instalo, al fin hacia progresos—. Enviaré a alguien que averigüe quien se los llevo. —Apreté los puños—. Pero Cameron, no puedo dejar que salgas de aquí. Hasta que sepamos qué está pasando, tendrás que quedarte aquí.

¿Qué demonios?

Be Forgotten (Be #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora