Capítulo 3

98 4 2
                                    

—¡Adara! —grito Kim tocando como una maniaca la puerta de la habitación—. Por Zeus, despierta.

—Hazme el favor de no mencionar a ese mal nacido a menos que no sea malditamente necesario. —dije arrastrándome fuera de la cama y abriéndole la puerta.

—Son costumbres, además de que él es responsable de que tu madre exista y si ella no existiera…

—Yo no hubiera nacido, lo sé —dije interrumpiéndole—. ¿Qué hora es?

—Es un poco mas de medio día, dormiste durante cuatro horas, si no supiera que eres inmortal juraría que estas enferma.

—Las discusiones con mi madre siempre son algo agotadoras.

—¿Qué haremos hoy? Ya no tenemos a Agatha con su cara de aburrimiento. —dijo mientras se sentaba en piso frente a mi.

—¿Sushi? Luego podemos ir al cine o hacer lo al revés.

—Tengo una mejor idea. —dice sacando un cartel rojo de su espalda.

—¿Carreras callejeras? —Digo mientras leo el cartel.

—Sep, un chico vino a invitarnos, son después del partido de fútbol de la universidad, ¿Podemos ir al partido? Siempre he querido a uno —pregunta Kim haciendo pucheros.

—Intento buscar un alma pura y desinteresada, ¿Crees que la encuentre en una carrera de esas?

—Eso no lo se, pero de que hay chicos humanos guapos los hay.

—¿No se supone que eres virgen? Es un requisito para ser Kori de Artemisa.

—Y lo soy, pero en ningún momento se dijo que no puedo fantasear, ¿no necesitas alguien devota a ti? No me quejaría.

—¿Y eso a que viene? —pregunto curiosa.

Me mira nerviosa un segundo y luego baja la mirada. —Tengo curiosidad de besar, en especial a un humano, él es…

—¿Espera, él? ¿Ya hay un él?

—Pues… —dice poniéndose roja, Kim es una pequeña rubia con hermosas curvas y en estos momentos estaba más cerca de parecer un tomate que cualquier otra cosa.

—Oh cariño, ok, iremos ¿a que hora es el partido?

—A las 6pm, —responde dando saltitos.

—Bien —respondo casi exasperada—. A las 6 estaremos ahí. Ahora vamos —digo poniéndome de pies.

—¿A dónde vamos? Aun no son ni las una de la tarde. —pregunta Kim confundida.

—Al inframundo, necesito hablar con Hades, ver si me ayuda o ver se Perséfone hace que me ayude.

—¿Para qué exactamente necesitas que te ayude?

—Para que con sus poderes identifique un par de almas puras y desinteresadas por mi.

—Sueñas mucho… —dice Kim mofándose.

—No pierdo nada con intentarlo.

—Bueno, vamos, no me molestaría ver al sexy Tanatos.

—¿Qué es lo que le ven? —digo exasperada.

***

Cada vez que entramos al dominio de un Dios sea dentro o fuera del olimpo nuestros atuendos olímpicos se adhieren a nuestros cuerpos.

Por eso al entrar al inframundo nuestras hermosas túnicas a juego color marfil pasan a ser nuestras vestimentas.

Este lugar no es como los seres humanos se lo imaginan, es como una gran ciudad, con su lado oscuro y su lado hermoso. En el lado oscuro se encuentran confinados aquellos que deben ser castigados durante su eternidad, en el lado hermoso están quienes ganaron su paz y felicidad, es como debería manejarse la tierra, claro, si los humanos no la jodieran tanto hasta el punto en que considerarán en el desaparecer toda su raza y que mi gran bocota les consiguiera mas tiempo de vida.

Mas tiempo porque sino consigo encontrar un alma pura y desinteresada mueren ellos, y muero yo.

Que estupida fuiste, ¿En que coño pensabas?

Aparecemos en medio del gran y ostentoso vestíbulo de los dominios de Hades, todo en mármol negro y detalles en oro, grandes lámparas en oro con lágrimas en diamante y Jade cuelgan sobre nuestras. Rió con ternura al ver las pequeñas puntas de Jade al final de cada lagrima, siempre ha sido la piedra favorita de Perséfone.

Cuando miro a mi derecha, Kim se encuentra congelada admirando algo a mis espaldas, y antes de girarme se que es a él.

Daughter Of OlympusWhere stories live. Discover now