Mitología

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••• El actual fic participa en el reto long-fic 2016: Tu OTP. Para el foro Anteiku. •••

Sentado en la gruesa rama de un árbol, Guren observaba a la gente comenzar a correr. La lluvia había arruinado los planes de picnic de todos en el parque y eso al pelinegro le divertía un poco. Una familia corría debajo de una manta, que en realidad de nada les serviría, una pareja reía y compartían un paraguas improvisado con una caja alargada que... ¿por qué la habían llevado al parque? Los humanos eran bastante estúpidos.

Todos corrían y se protegían de la lluvia como si fueran a disolverse por un poco de agua. Todos menos un chico, que parecía estar disfrutándola. Él caminaba con lentitud, desde el otro lado del parque hacia su dirección. Su cabello era blanco, quizá algo platinado. Debía ser albino. Su cuerpo era delgado y era alto, también.

Guren lo observó mientras se acercaba hacia él. Bueno, en realidad no sabía si estaba dirigiéndose hacia él, pero si caminaba en su dirección. Sus pasos eran muy, muy lentos. De no ser porque sabía que esto no era una película o algo así, hubiera jurado que él se pondría a bailar de un momento a otro. De seguro sus padres nunca le regañaron por mojarse en la lluvia cuando era pequeño. De seguro a ese chico nadie le regañaba nunca.

"No como a mi" pensó Guren.

Había escapado de casa por esa justa razón. Dejó Asgard con la intención de deshacerse de todas sus frustraciones. La manera era siempre hacer que lloviera para esos vulnerables y aburridos humanos que corrían tan pronto como las nubes se veían grises.

Y ahora, a pesar de que antes quiso olvidarse de todo un rato, estaba recordando lo que lo había traído hasta este mundo, al que él llamaba Midgard.

-¡Hey! -una voz masculina llamó su atención, Guren bajó la vista para encontrar al chico albino a unos pocos metros del árbol en el que se encontraba-. No es nada seguro para alguien estar en un árbol durante una tormenta así.

¿Tormenta? Guren no recordaba ninguna tormenta, él simplemente había hecho llover y ya.

-Baja de ahí, te caerá un rayo o algo -insistió el albino.

-No te metas en mis asuntos -respondió el pelinegro.

-La seguridad es asunto de todos -dijo el chico con una sonrisa fastidiosa, su voz también lo era-. Ahora baja... -ordenó nuevamente-. Hey, ¿qué con tu ropa?

Guren frunció el ceño. Miró su ropa. ¿Qué había de malo con ella? Era el próximo heredero de Asgard, ¿qué tenía de malo vestir como tal? Quizá su capa era algo exagerada, su padre lo había dicho, pero, ¿a quién le importa?

-Vamos, baja -insistió.

Guren obedeció, pero no porque sintiera el deber de hacerlo, sino porque simplemente se le antojó hacerlo y ya. Él no seguía ordenes de humanos.

-Soy Shinya -se presentó el albino, le extendió una mano, que Guren tomó con inseguridad.

-Guren, hijo de Odín, heredero de Asgard -dijo el pelinegro.

-Woah, woah, woah -exclamó Shinya-. ¿El Dios del Trueno o algo así?

-Justo eso -asintió el asgardiano.

-Pensé que el Dios del Trueno se llamaba Thor.

-Ah -Guren hizo una mueca-, creo que a la gente no le gusta mi nombre -se encogió de hombros y luego se recargó en el tronco del árbol.

-Y, ¿no se supone que Thor es rubio y con ojos azules?

-¿Como tú?

-Bueno, si.

-Muchos estereotipos -el pelinegro negó con la cabeza y luego suspiró.

-¿Enserio te llamas Guren?

-Si, ¿es muy malo?

-No, a mi me gusta -sonrió el peliplata, con los ojos fijos en los del pelinegro.

-¿Es muy malo no ser rubio? 

-No -negó Shinya-. A mi me gusta.

-¿Es malo el color en mis ojos?-señaló el púrpura en sus ojos e inclinó levemente la cabeza.

-No, a mi me gusta.

-¿No sabes decir otra cosa?

. . .

Guren estaba sentado en la cama, junto a un Shinya dormido que balbuceaba cosas sin sentido. La única luz que había era la de la lámpara de noche que el pelinegro estaba usando para leer algún documento que había traído desde la oficina.

-Mu... Glen~ -era algo vergonzoso escuchar el tono en la voz dormida de su novio, pero Guren también se sentía feliz se aparecer en sus sueños-. Realmente... ¿eres...? Mmm... -el pelinegro volteó a ver al peliplata, que tenía una sonrisa boba en el rostro-. ¿Thor?

-¿Qué dem...?

-Siiii -Shinya alargó la i y después abrió los ojos de repente, se veía algo confundido. Buscó a Guren con la mirada y parpadeó, sonrió con dificultad y suspiró-. ¿Eres el Dios del Trueno, Guren?

-Eh... -dudó. Shinya lo miró con un puchero bastante extraño. 

-¿Si? -insistió el albino.

-Si -le respondió a su novio medio dormido.

-Bien.

Ni una palabra más, Shinya volvió a quedarse dormido, bajo la confundida mirada del otro chico, quien solo soltó una risa ligera y volvió a lo suyo. Por Shinya podría ser cualquier cosa... pero no iba a decírselo.

Setenta veces [GureShin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora