Día cinco

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Comenzaba la mañana y en lo único que pensaba era en aquel día en la sala audiovisual de la escuela cuando mi pelinegro logro que experimentará lo que nunca antes había probado, sentir tanto placer acumulado en mi fue algo sin duda nuevo pero a la vez deseado en una forma que jamas imagine, era entrar a un mundo nuevo que te maravilla en tan solo ver la entrada y que te incita a explorarlo de mil y un formas diferentes pero que al final solo te llevan a maravillarte. Son las 10 de la mañana y al fin llego el fin de semana mas deseado por todos, la fiesta de halloween y con este el concurso de disfraces de la escuela; cuando mi padre me pregunto en el desayuno sobre como era el disfraz que llevaría esa noche casi me atraganto con el pedazo de pan que tenia en la boca pero supe controlarme y logre decirle que seria un vestido a lo cual note casi de inmediato como a mi madre le brillaban los ojos de emoción puesto que casi nunca uso ni faldas ni mucho menos vestidos solo cuando la ocasión lo amerita y es casi obligatorio que los use, pronto las horas pasaban mas y mas rápido hasta que llego la hora en la que habíamos acordado con Ian para comenzar a arreglarnos para llegar a tiempo a la fiesta de halloween.

-Hola Nicole - saludo alegremente el pelinegro en la entrada de mi casa.

-Hola Ian, pasa- le dije mientras lo dejaba pasar como era ya costumbre.

-Traje tu disfraz -me entrego la bolsa donde venia el "bendito" vestido.

-Gracias -conteste mientras veía que no traía mas que la mochila de la escuela -¿y tu disfraz?

-Dentro de la mochila, es que no quería cargar muchas bolsas.

Después de que entro a la casa y tras evadir el interrogatorio de mis padres sobre el "disfraz" lo guíe al baño donde el se cambiaría mientras yo me arreglaría en mi habitación. Cuando saque aquel vestido rojo mi mente comenzó a reproducir aquel recuerdo de mi primer orgasmo con el, rápidamente sacudo mi cabeza mientras me digo a mi misma que no soy esa clase de pervertida; me comienzo a arreglar poniéndome aquel vestido acompañado de unos cuernitos y una cola que hacían juego, me puse unas medias que venían en la bolsa (demasiado sexys para mi gusto) y como si el destino lo hubiera planeado me pongo unos tacones negros que mamá me regalo hace unos meses y que convenientemente combinan con el vestido.
Me miraba por ultima vez en el espejo confirmando que aquel corto vestido no se fuera a levantar cuando escuche un golpeteo del otro lado de la puerta.

-¿Estas lista?- la voz de Ian se escucho detrás de la puerta.

-Claro - conteste mientras abría la puerta de mi habitación.

No podía creer lo que veían mis ojos, Ian siempre a sido lindo y en estos días a sido un tanto seductor y sexy pero cuando lo vi con ese disfraz me quede anonadada, Ian tenia puesto un pantalón negro y una camisa de manga larga del mismo color acompañada de una corbata roja, se había peinado hacia atrás con los cuernos y cola puestos. Sentí que mi corazón latía tan fuerte que iba a salir de mi pecho pero me controle lo suficiente como para al fin darme cuenta que me miraba, o mejor dicho me devoraba con la mirada.

-¿Te gusta? - le pregunte con algo de vergüenza pero a la vez tan seductora como mi voz lo permitio.

-Me encanta - contesto serio y me tomó de la cintura -creí que te verías hermosa pero ahora que te lo veo puesto me doy cuente de que casi eres una diosa o mejor dicho una diablita.

No decíamos nada sólo nos mirábamos contemplando al otro casi esperando ver quien era el primero en dar ese pequeño paso al beso pero toda oportunidad es matada por la voz de mi padre que nos recuerda la hora y al lugar al que iríamos, luego de evadir a mi padre para que no viera lo corto del vestido logramos llegar al carro de Ian, nadie decía nada solo de vez en cuando nos mirábamos mientras que los recuerdos de aquel día me invaden una y otra vez haciendo a mi cuerpo enloquecer por repetir la experiencia. Estaba tan sumergida en todo eso que no me di cuenta que llegamos a la escuela pero los tibios labios de Ian en mi mejilla me despertaron de ese trance, después de salir de su coche e ir al concurso note un pequeño problema: todos los chicos me miraban y eso era muy incomodo pues parecía que me desvestían con los ojos algunos de forma discreta y otros no hacían ni el intento por disimularlo; Ian también lo noto así que me abrazo mientras mandaba miradas asesinas a todo aquel que me veía con lujuria, pronto el concurso empezó con los trajes mas espantosos después los mejores de chicas (evidentemente los mas sexys) y por último los disfraces en parejas.

15 Días ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora