Día Díez

339 19 4
                                    

"Día 9 Nicole... Te amo"

Esas palabras hacían eco una y otra vez en mi cabeza mientras que sentía como una marañana de preguntas sin respuestas aparentes se aparecía para fastidiarme más la vida de lo que ya la tenía, ahora estoy castigada en mi habitación sin celular ni computadora y todo gracias a nuestra pasión desenfrenada.

Después de quedarme helada con lo que Ian decía después de nuestro explosivo clímax, el cansancio se apoderó de ambos y tras acurrucarnos desnudos en mi cama ambos nos quedamos dormidos, gran error, el grito violento y furioso de mi padre nos despertó a ambos abruptamente. Con miedo y vergüenza ambos solo optamos por taparnos con el edredón de mi cama, mientras que Ian trataba de hablar con mi padre, este solo lo maldecía de todas las formas posibles para tirarle su ropa en la cara y echarlo de casa; en tanto yo solo atinaba a vestirme torpemente para tratar de dar una explicación a mis padres de lo que vieron, mientras mi madre solo atinaba a detenerme en la entrada de mi habitación evitando que yo me acercara a ambos por "miedo" a lo que pudiera pasar en el momento del cólera al descubrirnos en ya comprometedora situación.

Había olvidado por completo el hecho de que mis padres habían salido a ver a mi abuela (madre de mi padre) de nuevo al hospital por una recaída en su salud, ellos me dijeron que llegarían tarde por la noche y al parecer me confíe demasiado de mi suerte. Cuando mi padre permitió a Ian ponerse los pantalones para dejarlo en la calle ante el frío de la ya elevada noche, este volteó a verme con toda la irá, el enojo y la decepción reflejados en sus ojos para de inmediato tratarme como si fuera una cualquiera y tras castigarme desconectandome del mundo virtual, me prohibió acercarme a Ian y llevando dos pasos hacia adelante al día siguiente mis padres fueron a la escuela para cambiarme a un grupo que estaba en otra sección de la escuela, hablaron con los maestros y el prefecto para que no nos permitieran estar juntos en ningún momento. La cruel estrategia de mi padre funcionó a la perfección pues ya tengo más de mes y medio sin poder hablar con Ian, mientras que por dentro moría por volver a verlo, a abrazarlo e incluso a besarlo...
"¡¿Que rayos te pasa Nicole?!" Me recrimine a mi misma mientras trataba de entender la clase de biología que tenía en frente mío, en todo este tiempo no he podido pensar con claridad ya que la confesión tan abrupta de Ian me dejó pensando demasiado.

Cuando al fin llegó a casa escoltada por mi padre, sólo logro llegar a mi habitación para "tratar" de hacer las tareas del día, sentada en el escritorio de la mesa con el libro abierto leyendo una y otra vez el mismo párrafo de la lección, aunque por más que intentará no podía hacer nada para entender lo que leía con tanto ahínco, así que sólo me sumergí en mi imaginación pensando en las mil y un cosas que haría con el pelinegro que ahora era dueño de mis más alocados y apasionados sueños, sueños en los que nada ni nadie se interpone entre nosotros, sueños en los que podemos hacer y deshacer cómo nos plazca. Entre este más de ideas y recuerdo escucho que alguien entra en mi habitación.

-¿Podemos hablar hija? - la gentil voz de mi madre me trae de vuelta a la realidad.

-Claro, te escucho- respondí levantándome de mi escritorio.

-Ayer el consejero de tu salón me dijo que te has visto distraída en estos días... ¿Que te sucede?- cuestionó mi madre mientras ella se sentaba en el borde de mi cama.

-No es nada, sólo creo que este semestre es un poco pesado para mí- aunque no fuera real mi respuesta, trate de que así se escuchará.

-¿O tal vez es porque ya no has vuelto a hablar con tu "amigo" Ian?- inquirió mi mamá notando claramente que estaba mintiendo -hija, yo se lo que el significa para ti- al decir esto me hace una seña para sentarme a su lado.

-¿Realmente lo sabes?- pregunté mientras me sentaba dónde me indicaba.

-Quiero supones que lo se- me miró a los ojos mientras me tomaba de mi rostro -pero que llegarán a tener relaciones a su edad no se si sea la manera correcta de demostrar lo que sienten.

"¿Lo que sentimos?" Esa pregunta me quedo sonando como un eco total ensordeciendo por completo la voz de mi madre quien seguía hablando conmigo, ¿Que era lo que realmente sentíamos el uno por el otro? ¿Era solo amor? ¿Era solo deseo? ¿Que pretendía Ian con todo esto? Ya me lo había cuestionado antes, pero en esta ocasión es diferente, todo lo que siento, lo que he vivido con Ian, lo que el me hacía sentir y pedir, ¿Solo era cosa de la pasión desenfrenada de un par de adolescentes deseosos? ¿O tal vez compartíamos sentimientos no dichos?

Esa noche, no pude dormir, después de que mi madre terminará de "hablar" conmigo esas dudas corrian por mi mente una y otra vez como pequeños roedores en una rueda, tanto que decidí salir a caminar un momento sin que mis padres se dieran cuenta, sólo di una vuelta por las calles oscurecidas de mi vecindario pensando en todo lo que habíamos vivido Ian y yo en este tiempo, creo que realmente siento algo muy fuerte por el, pero no sé si sea amor o solo pasión desenfrenada, además de que me dijera ese "te amo" en un momento tan sexual de nuestra vida no sabría diferenciarlo que todo. Estoy a un par de casas de la mía cuando veo como un carro se detiene frente a mi y baja de el nada menos que el hermano de Ian, Antonio.

-Hola Nicole, al fin te veo- dijo el adulto joven acercándose a mi con su mochila en mano.

-Hola Antonio, tiempo si vernos- atine a decir sin dejar de verlo.

-Se que mi hermano te causo problemas y ahora no puedes hablar con el, pero me pidió que te diera esto- saco de la mochila un sobre con mi nombre para entregármelo en la mano -Espero que pronto solucionen sus problemas- dijo mientras sonreía dulcemente.

-Gracias- respondí mientras miraba con atención la letra de Ian en el sobre que recibí- yo también espero que pronto se solucioné todo esto.

Sin más que decir el chico se despide de mi mientras se alejaba en su vehículo, sabía que si mi padre veía está carta se encargaría de ella a como diera lugar, así que solo atiné a esconderla bien doblada en uno de mis zapatos, cuando llegue a casa todo seguía igual, me alivie al ver qué mi ausencia no había sido detectada.
Cuando me recosté en mi cama encendí la tenue luz de mi mesa de noche y abrí rápida pero cuidadosamente la carta que se me entrego hacia un momento.

Querida Nicole

Lamento no haberte contactado antes pero tú padre realmente me ha hecho difícil esta tarea, por eso le pedí ayuda a mi hermano.

Si llegas a leer esto quiero que sepas que lamento todos los problemas que te he ocasionado.

Pero pronto nos veremos de nuevo y esta vez será para dejar todo en claro, eso tenlo por seguro.

Atentamente: Ian
Pd: En caso de que leas esto "día 10"

No sabía a lo que se refería, pero el saber que piensa en mi y que hará lo que sea para que estemos juntos, me da una esperanza más para seguir adelante con estos sentimientos, realmente quiero descubrirlos de la mano de el.

15 Días ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora