-Capítulo 9- "Padres"

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Natasha's PoV

Días después de declararle a Steve que sentía algo por él, decidimos que era hora de hablar con nuestros padres sobre esto.

Steve y yo nos veíamos diario y compartíamos más, pero seguíamos siendo amigos.

No me molestaba, por lo menos pude expresarle lo que sentía.

Nos encontrábamos en Los Ángeles, en el supermercado, comprando algunas cosas para hacer una "comida especial" en la casa de mis padres.

La excusa fue que no los veía desde hace mucho tiempo, y claramente aceptaron.

Los padres de Steve también irían.

Lo bueno era que mi madre y Martha, la madre de Steve, se llevaban muy bien. Lo mismo pasaba con nuestros padres.

Desde que nos conocimos, siempre han tenido una buena relación.

Lo malo era que Martha me odiaba. No sabía lo que había dicho o hecho, pero no me soportaba.

— Si Martha me ataca no me quedaré callada esta vez— le informé a Steve cuando buscábamos los vinos.

Él rió.

— No si antes la detengo—dijo.

Hace dos años se había hecho una pequeña fiesta en casa de mis padres y, obviamente, Steve y sus padres estaban invitados.

Hubo un percance y tuve que buscar unas servilletas para limpiar un vino derramado en la mesa.


Entré a la casa y comencé a buscarlas.

Las malditas no aparecían, así que las tuve que buscar en una gaveta un poco alejada de la fiesta.

Buscaba las servilletas, pero dos pasillos más allá se pudo escuchar una conversación entre la señora Rogers y otra mujer que no pude reconocer.

— ¿Ya viste su vestido? Le sienta tan mal— dijo la señora Rogers.

— Claro, está horrible— confirmó la mujer.

— ¿Y qué me dices de esa manera en la que habla? No sabe como hablar— dijo Martha.

Quería ir y quitarle lo chismosa de una cachetada, pero me contuve; me respetaba.

Número uno: No había nada de malo con mi vestido. Era un vestido amarillo algo holgado, porque era verano. Quizá no le gustó porque no lo escogió ella.

Número dos: ¿La manera en la que hablaba? Perdón por no haber nacido en los Estados Unidos y hablar perfectamente o por tener una voz ronca muy sexy. Parece que cada palabra que decía ella las escuchaba distorsionadas en su cabeza.

— ¿Ya tenemos todo?— preguntó Steve revisando el interior del carrito de compras.

— Espera— le dije caminando a un pasillo diferente.

Busqué una caja de chocolate amargo, tenía una obsesión con eso.

Volví con Steve y puse el objeto en el carrito.

— Listo— le dije.

— ¿Estás lista para que le digamos a nuestros padres?— me preguntó abrazándome.

— Eso creo.

Se agachó y me dió un beso.

— Bien, vamos entonces— dijo tomándome una mano, mientras yo llevaba el carrito de las compras.

¿Just Friends?  -Romanogers-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora