¿Just Friends? -Romanogers-

-Capítulo 25- "Confesiones"

Natasha's PoV

Suponía que ya la mañana había llegado; la cantidad de luz que se escapaba por las cortinas no era nada agradable.

Me moví un poco en la cama y vi la a izquierda; la perfecta espalda desnuda de Steve me hacía una gran vista.

Recuerdos de la noche anterior fueron llegando lentamente, manteniéndome al tanto de todo. Sí, lo habíamos hecho la noche anterior, luego de muchos meses sin hacerlo.

Traté, con mi brazo disponible, de rodear la espalda de Steve, para así abrazarlo. No es muy buena idea cuando mides tan poco y tus extremidades son tan cortas.

— ¿Nat?— dijo en un susurro. Su voz, como la mía, era bastante ronca.

— Hola, Cariño— lo abracé de todas formas como pude.

Él tomó mis brazos y los atrajo más a él, uniéndonos más.

— Buenos días— le dije con una sonrisa.

— ¿Te sientes bien?— preguntó volteándose.

Le sonreí.

— Sí Steve, nada de que preocuparse— finalmente sonrió y se acercó más a mi cara. Iba a unir sus labios con los míos, pero el sonido de golpes en la puerta lo alejaron.

— ¿Nat? ¿Estás despierta?— claro, tenía que ser Emily.

Me volteé a buscar mi celular y así ver la hora; 8:03.

Nuevo récord.

Era lo más que habíamos podido conseguir dormir desde que vino el bebé.

El bebé.

— Nat, tengo que saber la medida de la leche de James. Tiene hambre— seguía tocando.

— Ya voy— Steve se iba a levantar a abrir la puerta, pero lo detuve.

— ¡Steve, estoy desnuda. Estamos desnudos!— le grité en voz baja.

Pensó por un instante.

— Hazte la dormida, yo me pondré unos pantalones— dijo agachándose.

— Procura recoger la ropa del piso primero— aconsejé, volteándome y tapándome bien con la sábana para que no se notase que estaba desnuda.

Antes de ir a abrir la puerta pude sentir como Steve se abalanzaba a la cama.

— ¿Qué pasa?— pregunté confundida, volteándome un poco.

— Te amo, Nat. Me encantó lo de anoche— me dio un rápido beso y se fue.

Volví a mi posición con una sonrisa.

— Buen día, perdón por interrumpir— Emily parecía tener un rato levantada.

— No te preocupes, ¿Cómo está este guapo niño?— Se podría decir que además de su padre, Steve era el mejor amigo de James.

— Muy hambriento, al igual que nosotros. El desayuno está servido, por cierto— anunció ella.

— Despertaré a Natasha y luego bajamos— contestó él—.
Las medidas son estás...

— Bien, bajen pronto— se despidió y se escucharon sus pasos por las escaleras. Lo siguiente que escuché fue la puerta cerrarse.