Cap 7: Momentos incómodos.

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Abrí los ojos, no quería levantarme de este paraíso en el que me encontraba, ¿me he quedado dormida? torpemente busqué mi móvil para saber la hora, la luz me cegó a un más y no veía nada, las cinco y media ¿CÓMO ME HABÍA DESPERTADO TAN PRONTO? ni mi padre se había levantado aun, podría estar durmiendo y estoy intentando salir de mi cuarto sin despertar al dormilón de Ezra, vaya horas y no puedo dormir,  al instituto no entraba hasta las 8 y con levantarme a las 7 menos 5 me sobraba tiempo.. intente llegar al patio de mi casa y tomar el aire, espero que esto me devuelva el sueño, pero oí un ruido en la puerta, el cartero no podía ser pero voltee y un papel blanco cayó desde la puerta, al principio me asusté, la luz era tenue y casi no se veía, y creí que era una nota de rescate, -reí- eres idiota __ eso solo pasa en las películas, así que me agache, recogí la nota y la abrí, era una letra fina, muy bien escrita:

-El jugador está acorralado, y solo el creador de él te liberará, querías jugar con fuego, y te estás quemando  los talones, piensa que yo, también se jugar a tu juego, zorra.

Vaya, esto daba miedo, mejor dicho me acojonaba, sabía que había sido él, pero aun así sus palabras dolían, no tenía porque insultarme, ni amenazarme, los dos habíamos avanzado las mismas casillas, pero yo llevaba una de ventaja, su nombre, pero sabía que no era mi imaginación, me había perseguido hasta mi casa el muy capullo, me va a oír, y además a quién se le ocurre ir a las 5 de la mañana ha echar una carta ¿para que lo encontrara mi padre y tubiera que quitarle el teléfono por que iba a llamar a la pocía? Marcel, parece que el jugador te lleva ventaja.

***

Me duché, desayuné, me puse unos jeans negros ajustados unas vans blancas y una camisa del mismo color, intenté darle forma a mi cabello y un maquillaje escaso, salí corriendo, hacía la tercera guerra mundial, iba a estamparle su nota en toda la cara, y si señor como ya era costumbre a mitad de camino salía de su casa con la misma acctitud, sin dudarlo un segundo corrí hacía él y le agarré del brazo, obligandole a dar la vuelta a lo qué el solo respondió levantando la cabeza, y cayendosele la capucha.

— Con que también vas espiando a la gente, ¿tu de que vas mandando cartitas a las 5 de la mañana? ¿Es que te desvelas y piensas en mí? Si en vez de cogerla yo la coge mi padre ahora mismo estarías en chirona, ímbecil, mejor dicho, Marcel.

Su cara me miro, le había sobresaltado su nombre, su propio nombre lo asusta, cada vez me sorprende más pero se desizo de mi mano en un fuerte golpé y se acercó a mí, tan lentamente que pareciera que iba a besarme, pero yo daba un paso atrás cada vez que estaba muy cerca.

—¿Te gustó la carta? -rió- Pero no hubieras dejado que lo hiciera ¿verdad? -rió y me agarró de la cintura sin dejarme escapatoria- hablas mucho y no me gusta tu perseverancia -y el que parecía un cura, oscuro y sin vida me besó, sus labios eran fríos y besaba con rabia, por un momento yo también quería besarle pero me aparté y mi mano quedó marcada en su mejilla-

—Además de ímbecil eres un cerdo, no vuelvas a tocarme, y menos besarme -salí de allí, rápido, intentando escabuirme de él, ¿qué acababa de pasar? y lo peor involuntariamente, sonreí, me toqué los labios con mi dedo índice, me había gustado, esto si que era raro, iba a pegarle y me besa, que lógico es todo, quería ir a clase y contarselo a Emily, aunque no me creerá..

***

—¡Emily! Veo que has cumplido -estaba apoyada en mi taquilla- tengo que contarte una cosa que no te vas a creer.

— Y tu también __, me voy acostumbrar y todo a esperar a alguien -sonrió- cuenta, me tienes intrigada.

—Me acaba de besar Marcel -dijé en bajo, estabamos entrando a clase y allí estaba él, ni se giró a mirar, estúpido-

Teenage dirtbag | h.s |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora