|2|: Hogar, dulce hogar.

336 19 0
                                    

O mis nervios me estaban volviendo loca o el camión no andaba, el calor y Ezra ladrando no ayudaban, este maldito trayecto estaba siendo larguísimo, creo que Smmithfield se estaba quedando muy atrás, pero al fin el frenazo que hizo que todo saliera disparado llegó. Mi padre abrió el enorme maletero y salí corriendo esquivando las púas de los helechos.

Mi boca rozó el suelo o eso quería creer, la casa era.. era.. ¡perfecta! Creo que era el triple de grande que mi antigua casa y solo la cubierta de hileras de pinos y cipreses me aportaba tranquilidad, adoraba el bosque.

          —¿Te gusta?

          —¡¿Qué si me gusta?! Me encanta mamá.

Me dió las llaves, y aparte de Ezra fui la primera en entrar. Las palabras no querían salir de mi boca. Era increible. Ahora solo quedaba elegir cuarto. Mis padres habían elegido la habitación más grande y con las vistas a la ciudad, pero había tres cuartos más, uno tenía vestidor, el otro un baño y el otro una habitación sencilla, pero me decicí por la del vestidor, y no por la cantidad de ropa que tenía, sino por el ventanal que se abria a las preciosas vistas al bosque.

          —¡Esta! –grité–

Mis padres aparecieron por el foro con una sonrisa.

          —Esta es perfecta

La habitación de mis padres ya estaba preparada para su llegada, solo quedaba remoldear mi habitación, la de invitados y la sencilla que sería un trastero para guardar cosas inútiles que les gustaba guardar por el "algún día lo necesitaremos" pero ese día todos sabíamos que nunca llegaría.

Salí a ayudar a sacar cajas, plantas y lo más importante la televisión. La casa quedó realmente bien, el esfuerzo tiene su recompensa.

Las horas pasaron remarcando los últimos detalles, hoy me tocaba dormir en el sillón ya que a pesar de los ruegos de mi padre porque durmiera con mi madre no cedí, ellos tenían que pasarla juntos, además el sillón no está tan mal, me había quedado muchas noches dormida mientras veía CSI Miami.

Estaba cansada y mi cuerpo pedía piedad. Mañana tenía que ir al instituto, por lo que mi madre me tapó con cientos de mantas a pesar del calor que hacía y me besó en la frente.

          —Descansa bambi.

          —Te quiero mamá.

Y así pasó mi no tan mal primer día, y esperaba que mañana fuera igual.

Teenage dirtbag | h.s |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora