Martes, 9 de enero de 1454. 09:10 a.m. Adrianópolis.
Nos situamos en una colina estratégica y aguardamos a los turcos. Nuestros casi ciento sesenta mil hombres no podían con sus trescientos mil. Nuestra colina no era elevada, pero si extensa. Al igual que mi ingenio y el suministro de armas y armaduras de mi ejército.
La noche anterior talamos un pequeño bosque que se ubicaba al noroeste del cerro. Los troncos que obtuvimos los apilamos en el centro del campamento y a las siete de la mañana vestimos a los artificialemente antropomórficos troncos con nuestras abundantes armaduras y las extendimos por todo el pequeño monte, asimilando así que teníamos una fuerza el doble de grande, equivalente a la otomana.
A las diez y media Mehmed arribó al campo de batalla. Desde dos kilómetros se podía observar su vasto ejército. Pero en seguida se estremeció cuando apreció nuestro falso ejército ligneo y nuestra ventaja terrenal: ''¡Soldados, esperad! ¡Esperemos a nuestros aliados bosnios!'', -gritó Mehmed.
Súbitamente pense quien era el rey de Bosnia: Esteban Tomás, o Soberbia o Hepta como se le conocía furtivamente. Mehmed quería matarme, alguien mató a su hija Meriem y ese alguien para él era yo. Pero quien verdaderamente la asesinó fue Soberbia: ''¡Mehmed! ¡Mehmed! ¡Guárdate del rey de Bosnia! ¡Él ejecutó a tu hija! ¡Es de la secta de los Hijos de Argos! ¡Mehmed!'', -grité con todas mis fuerzas más no lo escucho. ''Tranquilo Theodoro, le salvaremos del desgraciado de Hepta. Además esté periodo de tiempo nos viene bien para esperar a Vlad'', -me tranquilizó Alejo. Tampoco me olvidaba de mi querida Artemisa, que era esclava de supuesto aliado Vlad Drácula. Desconfiaba de él y temía por lo que le hiciera a Artemisa.
''¡Theo, tengo buenas noticias! ¿Recuerdas los mercenarios catalanes que contraté para acabar con Ioannes? Pues dicen que los nobles catalanes de Atenas y Neopatria acuden a tu ayuda, están de tu parte'', -me informó ledamente Justino, ''¡acabemos con los conquistadores cachimberos*!''.
Una hora más tarde Drácula se aproximó. Pero se encontraba en la retaguardia del ejército turco y con sesenta y dos mil hombres. Siempre había pensado que Vlad Drácula era un brillante estratega pero en esta ocasión se lanzó con su caballería hacia la cola del ejército turco mientra motivaba a sus hombres exclamando frases en rumano.
No sabía como reaccionar: si cargaba al ejército otomano también, el farol de los troncos vestidos de soldados se apreciaría. Pero esta era una oportunidad áurea. Antes de que diera una orden, Alejo gritó: ''¡Soldados, cargad contra ellos!''. Sentí un odio profundo hacia Alejo. Yo era el general y no él y por tanto los hombres podrían cuestionarse mi autoridad.
Todos los soldados cargaron con rapidez hacia los turcos, los cuales estaban confusos por el truco de los troncos y por la inesperada carga de Vlad y su ejército valaco. Los otomanos comenzaron a ceder a un ritmo considerable y Mehmed dio la orden de retirada hacia una colina paralela a la de mi ejército que se ubicaba cinco kilómetros más allá.
El fervor de Vlad y su regimiento hizo perseguir a los turcos. Pero los bizantinos nos organizamos esperando a los ya cercanos catalanes que se apreciaban desde lo alto del campento: ''Alejo, ven aquí'', -ordené seriamente, ''no quiero que vuelvas a dar una orden de mi permiso. ¿Has entendido?'' A lo que el joven comandante respondió: ''Me disculpo Theodoro, no era mi intención. Fue la euforia de la batalla''. Lo perdoné y ambos quedamos satisfechos, pero lo que no sabiamos es que este era el comienzo de una gran enemistad.
*La Gran Compañía Almogávar, Gran Compañía Catalana o de Almogávares, fue una compañía de mercenarios creada por Roger de Flor a comienzos del XIV y contratada por el emperador bizantino para combatir el creciente poder de los otomanos en Anatolia. Sus descentientes controlaron los ducados de Neopatria y Atenas hasta 1456 cuando los otomanos los conquistaron. Fuentes: https://es.wikipedia.org/wiki/Gran_Compa%C3%B1%C3%ADa_Catalana#Batalla_de_Gal.C3.ADpoli
*La cachimba se introdujo en Turquía alrededor del siglo XVI. Cincueta años después de los hechos de esta novela.
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Marcha Bizantina
Historical FictionBizancio no es más que una mera sombra de Roma. Nos encontramos en el que parecía ser el fin de Constantinopla: los selyúcidas otomanos sitian la ciudad por orden del sultán Mehmed II. El emperador Constantino XI ya no tiene esperanzas de ganar la b...