Se acabó para siempre, Vegeta

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POV Bulma

«Puta».

Había más palabras escritas flotando ante sus ojos. Bulma se estremeció y se apoyó en la mesa, intentando no mover nada, y leyó:

«Te acuestas con el cocinero. Me aseguraré de que jamás vuelvas a tentar a un hombre».

Bulma se estremeció. El acosador la seguía. Aquello era lo que más miedo le daba. Aquella persona estaba bien informada de su relación con Vegeta. Una mujer despechada no usaba esas técnicas de intimidación. Entonces, descartando la posibilidad de que fuera una mujer celosa, ¿quién le estaría haciendo eso? ¿Y por qué?

Un momento después, Vegeta entró corriendo en la oficina. La miró a la cara mientras la sujetaba por los hombros.

—¿Qué ha pasado?

Ella bajó la vista hasta el asiento en un gesto elocuente que él siguió con la mirada. Un segundo más tarde, la furiosa voz de Vegeta inundaba la estancia haciéndola estremecer. La violencia que flotaba en el aire llenaba el pequeño espacio sin ventanas. El acosador se había colado en la oficina esa noche para amenazarla. Por tercera vez en tres días. Vegeta parecía dispuesto a matar a alguien.

—Maldición. Maldito sea. Tenemos que descubrir quién es. Cada vez se muestra más sádico y descarado.

De acuerdo.

—Llamaré a Piccolo.

Vegeta la miró con el ceño fruncido.

—¿Realmente está haciendo algo para atrapar a este pervertido? ¿Ha hecho algún progreso en la investigación?

—Ni siquiera tiene los resultados de las pruebas que encontró en mi coche, así que...

Después de soltar otra retahíla de maldiciones, Vegeta volvió la mirada hacia la puerta abierta.

—¿Y Broly?

—Él tampoco tiene ninguna teoría al respecto.

—No. Me refiero a que si has pensado que podría ser él quien está detrás de todo esto.

«¿Qué?». Había contratado a Broly para mantener alejados del club a todos los indeseables y protegerla mientras estuviera allí. El guardaespaldas siempre había ido más allá del deber y revoloteaba a su alrededor en cualquier momento, casi como si fuera un novio posesivo. Aquello había funcionado bien. Desde que Broly trabajaba para ella, hacía poco menos de un par de meses, ya no ocurrían hechos desagradables en el despacho o el dormitorio del club, como encontrarse allí con un hombre desnudo o a un presunto violador.

—Broly no haría esto.

—¿Quién más está celoso de nuestra relación?

Pero vamos a ver... ¿aquello era una relación o sólo se dedicaban a follar?

«Veamos, es un chef famoso a nivel internacional y, dejando a un lado la última noche, te considera básicamente una prostituta, ¿tú qué crees?».

—Podrían haberlo hecho muchas personas —señaló ella—. Incluido Freezer; ya has visto lo pirado que está. Incluso podría ser Lapis. Me han dicho que anoche preguntó por mí en el club y que se cabreó mucho al enterarse de que no aparecería por allí. Al parecer exigió mi presencia de inmediato.

—¿Has visto a alguno de los dos aquí esta noche?

Ella negó con la cabeza.

—Pero no me he fijado en todos los asistentes. No conozco a todos los clientes, podría ser cualquiera que haya frecuentado el club y le haya dado por pensar que soy suya o algo por el estilo. Me ha pasado antes.

Más que solo deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora