«A ver si puedes con esto»

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POV Bulma

Bulma seguía furiosa seis horas después mientras golpeaba el saco de boxeo que colgaba del techo en la habitación donde entrenaba. Le dio un par de patadas y soltó un gruñido, luego le propinó un gancho de derecha.

¿Qué coño se creía Vegeta? Se le había ofrecido —algo que jamás había hecho con nadie— y él se había largado a masturbarse en la ducha. Por supuesto, el muy idiota habría pensado que lo había hecho porque era un hombre, no porque la considerara especial ni porque pensara que entre ellos podría existir algo más que sexo fabuloso.

Maldito mono estúpido.

Otra patada, otro puñetazo. El sudor cubría su cuerpo. Pero la tensión no se iba.

Antes de que hubiera invitado a Vegeta a quedarse, él había mencionado que estaba saliendo con alguien. Imaginarlo con otra mujer la enervaba. La hacía sentirse insegura. ¿Se estaría acostando Vegeta con esa mujer? ¿Desearía a su novia más de lo que la deseaba a ella? ¿Estaría enamorado de ella?

Tenía que saberlo. Colgarse por un hombre cuyo corazón pertenecía a otra era algo que no tenía sentido y que sólo la haría avergonzarse.

Sonó el móvil que estaba encima de la mesita, junto a la ventana. Dando un último puñetazo al saco de boxeo, cruzó la estancia y lo cogió. Lo abrió y vio que era Broly quien la llamaba.

—Hola, justo ahora estaba pensando en ti.

—¿De veras? —Parecía que eso le hacía feliz.

—Estaba golpeando el saco de boxeo e imaginando que era tu cabeza —bromeó ella.

—Qué graciosa —canturreó él—. Mira, sé que es temprano, pero deberías pasar por el club.

Bulma se quedó paralizada.

—¿Qué ha pasado?

Broly vaciló... y eso era algo que él nunca hacía. A aquel hombre no le gustaba andarse con rodeos. Bulma le confiaría su vida, que él dudara no podía ser bueno.

—Sencillamente deberías pasar por el club —dijo él tras un silencio.

Había pasado algo gordo.

—Maldita sea, ¿me das una hora?

—Cuanto antes vengas, mejor.

Colgó el teléfono y maldijo mientras abandonaba la habitación y recorría el pasillo. Se dio de bruces con Vegeta.

—Lo siento —dijo ella, retrocediendo. Era eso o caerle a golpes. Se permitió echarle una ojeada. Estaba con su pelo en punta levemente despeinado y tenía los ojos somnolientos, y Bulma se dio cuenta de que se había perdido algo espectacular: despertarse a su lado después de una increíble sesión de sexo.

La sangre le hirvió en las venas una vez más.

—Buenos días.

Un educado saludo... pero faltaba la pasión que ella quería oír cuando él dijera esas palabras, con la cabeza junto a la suya sobre la almohada, poco antes de que la besara hasta hacerla perder el sentido y de dar así la bienvenida al día juntos, envueltos en el placer.

Todo lo contrario a lo que estaba ocurriendo. Bulma recordó con desagrado la noche anterior. En vez de deprimirse otra vez, ahuyentó aquel pensamiento.

—Tengo que darme prisa. —Bulma sostuvo en alto el móvil—. Me acaba de llamar Broly. Le he dicho que estaría en el club dentro de una hora. Si necesitas más tiempo para estar listo, llamaré a taxi para que me recoja.

Más que solo deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora