Capítulo 6: Lagrimas de delirio

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Intento mantener la calma.

Entra sin vacilar, cerrando la puerta tras de sí y bajando los escalones de dos en dos. Se acerca a mí sin mirarme directamente, más pendiente de la comida que de mi propia existencia. Parecía demasiado distraído en algo que había sobre la bandeja.

Es un chico joven, no puede tener muchos más años que yo. Tiene el pelo rubio oscuro y revuelto, como si nunca se peinara. Lleva las manos vendadas y comienza a quitarse esas vendas... es en ese momento cuando me doy cuenta de que está sudando, debe haber estado haciendo ejercicio. Es alto, más de lo que esperaba... será difícil vencer a gente que me sobrepasa en edad o condición física. Suelto un suspiro y me mira directamente, tengo que ahogar un grito.

-Tú...-Le incrimino entrecerrando los ojos. El chico ladea la cabeza y hace el ademán de acercarse.-Tú eres el cartero que noqueó a mi madre.-Cierra los ojos un segundo y asiente. Perece estar conteniendo algo. Me pongo nerviosa... ¿Qué querrá hacer conmigo?

Sin querer me rozo en tobillo y contraigo la cara en un gesto de dolor más propia de un niño chico de que de una joven de 17 años. Dirige la mirada hacia mi tobillo y pone los ojos en blanco. De inmediato tira las vendas de las manos sobre la mesa y se dirige hacia las escaleras, bajo estás abre una puerta que había permanecido desapercibida para mí debido al ángulo...

-¿Qué es lo que queréis de mí? ¿Por qué me retenéis?-Sale del lugar y trae consigo una caja de madera oscura. Se sienta a los pies de la cama y con un movimiento lento y sin quitar sus ojos grises de los míos acerca la mano a mi grillete. ¿Me está pidiendo permiso para tocarme? ¿Eso es normal en un secuestro? No sé por qué por un momento me sentí a salvo. Cerré los ojos y asentí levemente.

El grillete se desprende de mi tobillo y abro los ojos asombrada, ni siquiera vi si tenía llave. La verdad es que iba vestido con unos vaqueros rotos y una camisa de tirantes... ¿Tendría la llave en el pantalón? Observa mi tobillo con cuidado, sin tocar la herida. Abre la caja y saca vendas, algodón y algún tipo de antiséptico. De modo que la caja era un botiquín.

Le miro asombrada y él parece hacer un esfuerzo sobrehumano para concentrarse en su tarea y no devolverme la mirada. Cuando aplica el antiséptico escuece, pero es soportable... trata mi pie con cuidado, casi con delicadeza... ¿Seguro que era un secuestrador?

En mi vida, me había imaginado que acabaría secuestrada en un sótano, que acabaría con unos de mis secuestradores curándome la herida de mi grillete, con una camiseta que apenas tapaba mi carne y un olor nauseabundo a pis flotando en el aire... en mi vida. Sacudo la cabeza incrédula y él comienza a vendar el tobillo, la verdad es que estaba haciendo un buen trabajo.

-Necesito ir al baño...-Suelto de repente, ni siquiera lo había planeado. Finaliza su tarea, guarda los materiales de nuevo en su lugar y se levanta sin decir nada. Le sigo con la mirada hasta que regresa junto a la bandeja que permanece sobre el escritorio. Me devuelve la mirada un segundo y asiente en silencio. ¿Me ha dado permiso para ir al baño?

Coge la bandeja y comienza a alejarse... y para mayor asombro ni siquiera me pone el grillete. ¿Qué clase de secuestrador deja a su víctima semi-libre?

-¿No me vas a atar?-Suelto sin pensar. Todo esto era tan... surrealista. El chico se gira al pie de la escalera y me dedica media sonrisa.

-¿Es que quieres que te ate?-Contengo la respiración... Cómo pueden seis simples palabras cortarme la respiración y subir mi temperatura. ¿Pero qué te ocurre Even? Él es el enemigo.

-No, no lo prefiero.-Dije armándome de valor. Asiente sonriendo y comienza a subir las escaleras en silencio, y aparentemente de mejor humor.

En cuanto sale del lugar cerrando la puerta con doble vuelta, (eso ya es más normal) compruebo el vendaje. Ha hecho un buen trabajo. Pruebo a poner los pies en el frío suelo, el tobillo me tira, es un dolor punzante... no creo que pueda andar sin cojear... y mucho menos correr.

Forget [Sin terminar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora