Capítulo 17: Chispa

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Noto como el estado de vigilia se esfuma entre mis dedos, intento volver al dulce sueño que habían probado mis labios, pero demasiado tarde, ya estaba consciente.

Abro los ojos, despacio, como si me pesaran una tonelada cada uno... y le veo a él, recostado en la silla con los pies sobre la mesa; con la misma ropa de anoche: un pantalón de chándal y una camisa ocre de mangas cortas, gastada y demasiado fina. Se rasca la nariz y me percato de que no está dormido sino que sigue leyendo... terminando el cuarto libro. Suelta un suspiro y cierro los ojos. ¿Por qué tengo que hacerme la dormida?

-Sé que estás despierta, Even, te he visto.-Carraspeo y me incorporo. Intento colocarme el pelo solo en el lado derecho de la cara, pero es demasiado corto y se escurre entre mis dedos. Garrett cierra el libro y lo deja en el montón.-Son las siete de la mañana, Kim y yo vamos a hacer una revisión al perímetro para asegurarnos de que no haya espías.- ¿Kim? Noto una punzada en el estómago cuando me doy cuenta de que ni siquiera había considerado la opción de llevarme con ellos. Me estaba informando.-Si quieres comer algo ve a la cocina, White está en su cuarto acabando los preparativos.-Le miro estupefacta con la boca abierta.- ¿Qué?

-¿Cómo que qué?-Pateo las sábanas y salgo de la cama.-Seguís sin contar conmigo para nada. Solo soy algo que proteger o evitar que se rompa. Me siento completamente inútil.

-Llamitas, eres muy inestable y no pode...

-No me llames así.-Le advierto entre dientes. Garrett suelta una risa burlón y se coloca la cazadora de cuero que colgaba de la silla.

-¿O qué?

(...)


No sé cómo, no sé exactamente porqué, pero no había pasado media hora y ya había cometido intento de asesinato. Dos veces.

-¡¡HE DICHO QUE TE CALLES!!-Vale, puede que la situación se me hubiera ido de las manos. Pero aún no había muerto nadie.- ¿¡Cómo te atreves!?

Cogí impulsó y lancé un cepillo del pelo envuelto en llamas con todas mis fuerzas... directo a la cabeza de Garrett. Al menos tenía buenos reflejos. Ni siquiera yo entendía muy bien cómo habíamos llegado a esta situación. Casi toda la conversación está borrosa, solo recuerdo las insoportables ganas de arrancarle la cabeza. Ganas que se iban incrementando de forma exponencial con el nivel del agua de la habitación, que ahora mismo me llegaba por las rodillas. Odio el agua, no sé desde cuándo pero ahora mismo la odio mucho.

-¿¡Te molesta que te digan la verdad, Llamitas!?-Su tono condescendiente era como menos irritante. Agarro una silla que pasaba flotando y la incendio de forma precisa y sin quemar nada más.

-Te he dicho ¡QUE NO ME LLAMES ASÍ!-Lanzo la silla con todas mis fuerzas, pero pesa demasiado y se desvía un poco a la derecha. Lástima.

Garrett se agacha por puro instinto y el nivel del agua empieza a subir. Estoy en bragas y con una fina camiseta de tirantas, a las 7:30 de la mañana, empapada, furiosa y a punto de cometer un asesinato. Es una mañana muy productiva.

-¡¡Para ya de crear agua!!-Le grito agarrándome al poster de la cama para no caerme, pues no solo era el agua, sino el movimiento de unas olas feroces que se obcecaban con mi persona.-¡¡Dios, Garrett!! ¡Esto se parece cada vez más al final de Titanic!

El agua para de aumentar, pero las olas siguen golpeándome.

-¡Ahora!-Grita señalándome con el dedo y la cara roja. Su ropa, pelo y parte de su piel estaban quemadas, ni siquiera él podía tener la habilidad de combatir y curarse a la vez.-¡¡Te quedarás aquí!! ¡Cómo hemos acordado!-Abrazo el poster de la cama para evitar caerme con otra violenta ola.

Forget [Sin terminar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora