Amor & Traición "Segunda temporada de Amor&Música" TERMINADA

CAPÍTULO 18

Maratón (4/4)

A la mañana siguiente, me levanté muy temprano para ir a la disquera. Cuando desperté me di cuenta que Victoria aun dormía placidamente. Me quedé observándola un momento, ella se removió en la cama y poco a poco abrió los ojos.

—ya te vi. —susurró.

Le sonreí y la besé. —solo admiro tu belleza.

Ella se sonrojo. Es impresionante que aun ella se sonroje por lo que le digo. —¿ya te vas?

—sí, debo llegar temprano a la disquera.

—¿podrías llevar a los niños donde Kevin?

—claro. —contesté. —¿vas a estar allá?

—sí, luego del doctor me iré para allá. —abrí los ojos, lo había olvidado.

—yo... lo olvide. Perdóname. No...—Tori me interrumpió.

—no te preocupes Nick, Demi me acompañará. —asentí, sintiéndome culpable y baje.

Mi mujer se había dado cuenta de mi distracción, bueno claro que se dio cuenta no fui muy disimulado. Ella estaba preocupada por mí.

Mis nervios se dispararon, ¿Qué pasaría si ella se enteraba? No quería tener una discusión con Victoria, últimamente las cosas no han estado del todo calmadas en nuestras vidas.

Salí de mi casa, fui a dejar a los niños y me fui a la disquera. Al llegar a la disquera me encontré con Max, que ya estaba preparando todo para hoy.

—¿Cómo te va, Jonas? —saludó.

—Bien... ¿Cómo estás? ¿Ya llego David? —pregunté.

—yo estupendamente. No aun no ha llegado, pero debe estar por llegar.

Estuvimos hablando de música y Max me preguntó cómo estaba Victoria. Mientras hablábamos de los arreglos a una canción, David llegó.

—lamento la demora. —dijo agitado.

—no te preocupes, estábamos haciendo algunos arreglos a "Fire" —dijo Max.

David dejo sus cosas en una esquina y se sentó a nuestro lado. Comenzamos hablar de música. Algunos arreglos, algunos consejos, antes de ponerse a grabar. Le había propuesto a David que si quería grabar un dueto con mi esposa, ni siquiera lo dudo y dijo que sí. Esta misma tarde hablaría con ella. Sabía que no se opondría, a Victoria le encanto este chico.

En eso el señor Patterson, dueño de la disquera, entró en la sala. Con él venía otro hombre de más o menos unos 60 años de edad. El otro hombre era alto, serio y parecía que iba al gimnasio. Era bien parecido para su edad.

—Buenos días. —saludó el señor Patterson.

—Buenos días, Ronald. —lo salude. Max y David también lo saludaron.

—quería presentarles a mi nuevo socio. —apunto al otro hombre. —el es Richard Ross. —el asintió hacia nosotros. —mi nuevo socio.

Algo en aquel hombre no me gusto. No sé si su sonrisa burlona o que de la nada presento cierta curiosidad por mi esposa.

—tú debes ser el esposo de Victoria, ¿verdad? —me preguntó.

—¿conoce a mi esposa? —pregunté de vuelta.

—el otro día nos topamos en el ascensor. Cuando ocurrió esa desagradable intromisión. —dijo.