Amor & Traición "Segunda temporada de Amor&Música" TERMINADA

CAPÍTULO 35

RECTA FINAL

Pasaron los minutos y Josh llegó con la policía. Junto a mis hermanos y Kevin les explicamos todo lo que había pasado cuando llegamos. Luego la policía fue a registrar la casa junto a Josh, mientras los demás esperábamos impacientes.

—será mejor que te vengas conmigo, hermana— dijo Daniel.

—sí, tienes razón. No podría estar en esta casa ahora.

—llamaré a Alice para que les prepare un cuarto.

—gracias hermano— dije.

—no me agradezcas. Apenas podamos entrar sacas lo que necesites y nos vamos— asentí, estando de acuerdo.

—creo que mejor me iré— dijo Kevin. —Dani debe estar preocupada y los niños están un poco asustados. Además no soy de mucha ayuda en estos momentos.

—gracias por todo Kev y ve tranquilo, lo entiendo. Tampoco quisiera que mis hijos pasaran por esto.

—llámame si necesitas algo, lo que sea— dijo Kevin y se despidió con un abrazo.

Después de eso, Kevin se fue con sus hijos. Realmente lo entendía, si fuera por mí hace mucho tiempo que me hubiera ido de aquí. Así que se me ocurrió que tal vez los niños se podrían ir antes.

—Daniel...— lo nombre. Mi hermano me miró. —¿podrías llevarte a los niños a tu casa? Me quedaré con Austin, luego vuelves si lo deseas, pero ya no quiero que vean esto— miramos a los niños que estaban sentados a pasos de nosotros en el pasto.

—sí, descuida me los llevaré. Luego volveré para llevarte a mi casa— dijo y procedió a llevarse a los niños.

Nos despedimos de ellos y les prometí que me iría pronto. Mis pequeños estaban asustados y no era necesario seguir haciendo que vean lo que sucedía allí dentro. Aunque en realidad no veíamos nada y la espera ya me estaba impacientando. Pero antes de que pudiera reclamar y en el momento justo en que Daniel se perdió de vista, escuche que gritaban mi nombre desde el interior de mi casa. Con Austin nos miramos y entramos rápidamente a la casa.

—¿Qué sucede? — dije agitada.

Lo primero que vi al entrar fue a un policía llamando a una ambulancia, y mientras me acercaba con temor a donde se encontraba agachado Josh, mis nervios se disparaban comprobando mis sospechas.

—¡Dios Mío! ¡Miranda! — exclamé.

Miranda se encontraba inconciente en el piso del armario donde guardábamos los útiles de aseo. La pobre estaba golpeada y amarrada de los pies y manos. Tenía un ojo morado y caía sangre del costado de su cabeza. En ese minuto, fue tanto el impacto de verla en ese estado que tuve que sujetarme del brazo de Austin.

—Victoria, ¿estás bien? — asentí, recobrando las fuerzas, pero no estaba preparada para lo que vi después. A su lado estaba tendido en el piso Elvis.

—¡Elvis! —dije abriendo los ojos por la sorpresa. ¿Cómo pude olvidarlo? Con el alboroto no pensé en el pobre Elvis y ahora se encontraba tendido al lado de Miranda. —¿está...?— pregunté con cuidado agachándome a la altura de Josh.

—Sedado— contestó Josh —al parecer lo sedaron para que pudieran registrar la casa en paz, pero no contaban con que llegara Miranda. No sé cuanto tiempo lleva inconciente, peor al menos está respirando.

—la ambulancia viene en camino— dijo el policía que estaba hablando por teléfono.

—hay que llevar a Elvis al veterinario, pero no me quiero mover de aquí— dije mirando a Austin.