ANTEPENÚLTIMO
Salí del hospital sin que nadie se diera cuenta. Otra vez. A veces pienso que desean que lo haga o sino no me resultaría tan fácil. En fin, seguro se darán cuenta en menos de cinco minutos. Así que apresuré el paso y me dirigí hasta donde pudiera conseguir un taxi.
Aún estaba adolorida debido a los recientes acontecimientos, pero eso no me impidió ir tras John, y tampoco el hecho de que tuviera un esguince de tobillo en mi pie derecho. Cojee por un rato hasta que vi que venía un taxi. Lo hice parar y me subí, indicándole que me llevara al muelle más cercano.
No nos demoramos mucho en realidad y cuando me baje del taxi, recorrí cada lugar del muelle intentado pasar desapercibida. La verdad, estar sin maquillaje, con jeans y un abrigo con capucha ayuda mucho a disimular quien eres. Así que me dediqué toda la tarde a observar cada barco que allí había, sabía perfectamente que estaba en el lugar correcto, ya que todo se me hacía demasiado familiar.
Me senté en una banca y esperé un rato, mientras pensaba en lo que estaba haciendo. En realidad ni siquiera tenía un plan, nada. Tan solo vine y ya. Sin embargo tenía clara una cosa y era que debían pagar por todo el dolor que han causado.
Fijé mi vista en un bar de donde entraban y salían marineros. Bingo, creo que empezaré por ahí. Así que me puse de pie y me dirigí al lugar. Creo que me apetece un trago.
Entré en el bar y me fui a la barra. El lugar estaba lleno de hombres, a excepción de las camareras. Me senté en un banquillo del bar y pedí una cerveza. El cantinero me observó un momento, para luego darme una botella.
—las mujeres no suelen entrar aquí— dijo el cantinero, mientras limpiaba un vaso—, ¿Qué quiere?
—busco a alguien— contesté. Simulé tomar un trago de mi cerveza—, o quizás espero que él me encuentre.
—escuche mi consejo, mejor vallase, aquí no frecuentan buenos hombres— dijo el cantinero.
Lo miré un momento y me di cuenta que estaba siendo sincero. Me puse a pensar en lo que estaba haciendo y reaccioné. Él tenía razón, estaba haciendo las cosas mal. En un arranque de ira vine a buscar venganza, pero hacer que me maten no es precisamente la forma correcta de que ellos paguen. En ese minuto me di cuenta que había actuado de la peor forma posible y además estaba siendo egoísta, ya que en ningún momento pensé en mis hijos, solo me deje llevar por el dolor y la ira.
Miré nuevamente al cantinero, saqué un billete de mi bolsillo y le pagué la cerveza que no bebí. Me puse de pie, lista para irme, pero lamentablemente él me encontró. Creo que mi deseo suicida se cumplió.
—señorita, el señor Hyland la espera— dijo uno de sus matones.
Suspiré resignada. Esto era lo que quería desde un principio, ahora ya no podía dar marcha atrás. Salí del bar "escoltada" por los matones de Hyland. A estas alturas ya debería estar acostumbrada, pero no, aún me resultaba extraño y atemorizador.
Me colocaron una venda en los ojos y me llevaron quién sabe donde. Sé que me arrastraron por un momento hasta que me hicieron entrar en un lugar. Todo quedó en silencio por unos minutos, y justo cuando iba a preguntar que estaba pasando me sacaron la venda de los ojos.
Una luz encegueció mis ojos por un momento, provocando que cerrara los ojos. Cuando pude abrirlos por completo, me di cuenta que había cinco hombres en la habitación, pero mis ojos solo se posaron en dos de ellos. John y Alec.
—ya te extrañaba— dijo John, con su particular tono de voz.
Hice una mueca ante lo que dijo y creció en mí tanto odio que, incluso, llegó a darme miedo. Mientras, John permanecía tranquilo, nada lo perturbaba, pero Alec estaba inquieto y me observaba con detenimiento, especialmente mi vientre.
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Amor & Traición "Segunda temporada de Amor&Música" TERMINADA
FanfictionLuego de casi trece años de paz y tranquilidad en la vida de Nick y Victoria, las cosas se ven amenazadas por la repentina salida de Olivia de la cárcel. El temor aumenta cuando se descubre que Olivia tendría, supuestamente, un nuevo aliado. ¿Qué m...