el ultimo adios

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Gred y Feorge
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-¡FRED!- grito un pelirrojo antes de correr y tirarse al suelo junto al cuerpo de su gemelo- No, no, no, no tu Freddie, no tu, porfavor!!!!- las lágrimas gruesas caían de los ojos de aquel devastado chico, las cuales tiempo atrás sólo habían sido de risa, nunca de tristeza, cosa que había acabado. Todo momento feliz, toda luz y alegría en el cuerpo de George Weasley había muerto junto a Fred.

-Freddie, Freddie, porfavor despierta, no puedes morir!! NO PUEDES MORIR FREDDIE!!!- el señor Weasley llegó seguido de Bill, quien al ver la escena callo de rodillas al suelo.

-No...- Fleur se arrodilló a su lado llorando para consolarlo.

-MALDITA SEA FRED, PORQUE?!?!- gritaba Bill.

Fred estaba muerto. Fred ya no existía. Aquella luz en los ojos de su gemelo tampoco.

Los días pasaron y nada cambio. El funeral tanto de Fred, como de Lupin y Tonks sería aquella tarde.
Cada uno, con su ropa negra, portaba un ramo de rosas.

Todos se encontraban en aquella linda playa, junto a las tumbas de sus seres queridos.

Harry estaba besando la cabeza de Ginny mientras está lloraba en silencio. Hermione estaba acariciando la mano de Ron, quien miraba la tumba de su hermano con dolor. George estaba sobre la tumba, llorando de rodillas.

Todos sufrían, cada uno a su manera. Andromeda Tonks sostenía en sus brazos a un lindo niño de dos años, el cual Harry tomo en sus brazos y apretó.

-Hola Hagy.- dijo el pequeño besando la mejilla mojada de su padrino- podque llodas, tio?- dijo ceñudo.

-Sabes, pequeño, estoy triste porque ya no veré más a un amigo... Un amigo muy bueno y lo extrañare.

-Así como yo no vede a mis papás, tio?- a Hary se le quebró el corazón y asintió, tratando de sonreir. Teddy abrazo el cuello de su padrino y se quedaron así, un buen rato.

Horas después, la madriguera estaba sumida en un completo silencio, un aura de tristeza, melancolía y dolor rodeaba a todos. Los señores Weasley no estaban a la vista de nadie, pero los demás si. Lo que más me dolía a cada uno, además de la partida de sus seres queridos, era el dolor tanto de Fred como de Teddy.

El pequeño no sabía lo que sucedía, pero si sabía que no vería más a su mami ni a su papi. En cuando a George, él estaba aún en la tumba de su hermano, jugando con una flor. El pelirrojo susurraba cosas que sólo el entendía.

-Fred, Freddie, hermanito. Te extraño. Te necesito, porque tuviste que irte? No podremos enseñar bromas a nuestros hijos ni sobrinos. No podremos molestar a mamá ni a Ginny nunca más. No podremos robar comida de la cocina. No podrás casarte. No podrás ser padrino de mis hijos. No nos veremos envejecer... No podremos abrazarnos más y...- sollozo- y no podras saber que te amo... Porque soy un idiota. Soy un idiota. No podras saber que te amo, Freddie, porque nunca te lo dije- luego de aquel discurso, George se abrazo a si mismo y lloro más fuerte- te amo, Fredster.- dijo en un suave susurro.

El mes siguiente fue igual. Aquella tarde fría, el señor Weasley se levantó de la siesta. Al entrar al comedor, un brillo lo segó. Miró al lugar proveniente y vió en el suelo la manecilla de su hijo fallecido. La tomo entre sus manos y la observó. La cara sonriente de Fred lo inundo por completo, sabiendo que no la vería nunca más en la cara de ninguno de sus hijos.

Subió las escaleras, aún con la manecilla en la mano, y tocó la puerta del cuarto de su hijo. Como no hubo respuesta, entró. George estaba boca abajo en la cama.

-George?- dijo Arthur sentándose junto a su hijo. Él levantó la cabeza y miró a su padre, había estado llorando y tenía grandes ojeras. El señor Weasley tomó la mano de George, le dió la manecilla, le cerró la mano, le besó la cabeza y salió de su cuarto.

George observó aquel objeto. Le hizo un pequeño agujero, le pasó un hilo y se lo colgó al cuello. Cerró los ojos y se apareció en la tumba de su hermano, frente a la playa. Se saco los zapatos y fue a la orilla. De su bolsillo saco una foto. Una foto suya y de Fred.

Apretando fuerte la manecilla de su hermano, tomo esa foto y escribió detrás:

Te amo, Fred. Te amo demasiado y te extraño. Con mucho amor, George.

Tomo su varita y susurro muy suavemente: incendio. El papel se prendió fuego lentamente y George lo lanzó. Se fue volando hacia el atardecer.

Aquí se establece el fin. El fin de Gred y Feorge, ¿Porque? Pues porque de alguna inexplicable manera, George se estaba despidiendo de su hermano, estaba liberando su alma, le estaba diciendo por última vez: Adiós.

One-Shots PotterheadsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora