Capítulo 14. "Ayúdame"

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- ¡Namjoon!- grite cuando recordé que a la última persona que vi fue a el.

- Aquí estoy cariño- hablo despacio, se encontraba al lado mío- Te he traído a mi hogar ya que te has desmayado en la calle- se notaba triste.

- Gracias por no dejarme sola - le mire a los ojos, realmente me sentía muy triste y estar con mi mejor amigo me hacía sentir protegida.

- Nunca te dejaré sola aunque nos peleemos- sonrió débil- ahora- tomó una pausa- ¿Por qué estas así ? - me miro intensamente a los ojos demostrando su dolor.

- Me sentía mal- reí - perdón.- pero ese perdón era por no contar la verdad, es algo realmente doloroso de hablar.

- Esta bien - hizo una mueca- no me cuentes la verdad- agachó su rostro y sus ojos se notaban húmedos.

- Namjoon- susurre- es que... - mis lágrimas interrumpieron.

Mi amigo sólo se acercó y me abrazo.

- Tranquila- me empezó hacer cariño en la espalda- Te juro que aquella persona que te haya hecho daño lo mataré- su abrazo fue más fuerte.

- No me vuelva a a dejar sola por favor - le susurre al oído.

- Nunca más cariño- me soltó de su agarre para mirar en mis ojos, él estaba llorando.

- Fue el profesor Jin - le baje el rostro avergonzada.

- ¿Te... Qué hizo? - empezó a recordar el estado en que me había encontrado, sus ojos ya no estaban llenos de lagrimas, demostraban miedo y odio al mismo tiempo- a, a,abuso de - lo interrumpo.

- No lo digas por favor- mis lagrimas volvían a tocar mi rostro.

- Nena tranquila- me sujeto el rostro - yo estoy aquí contigo, ese asqueroso no te va a volver a tocar jamás en la vida, yo estoy aquí ahora y no dejaré que nada ni nadie te haga daño mi pequeña, perdón por no estar contigo- estaba llorando, se me partía el alma verlo así.

¿Por qué yo? Me preguntaba mil veces, ¿por qué tenía que ser yo quien viviera esta miseria?¿Por qué no era feliz?¿ Por qué en todo momento me sentía mal?¿Por qué tuve que vivir?
Las lágrimas no querían parar, ni siquiera las de Namjoon, después de dejar de llorar, mi mejor amigo me acompaño a casa.

-  No hagas ninguna tontera- me miraba serio- nos vemos cariño, te amo- se despidió con un beso en mi mejilla.

Antes de entrar tome un gran bocanada de aire y entre como si nunca hubiera pasado nada.

-  Hola madre - la saludé sin mirarla- me dirigía hacia mi habitación.

- ¡Hola hija!- me saludo muy alegre- Ire de compras para preparar a la cena, te quiero presentar una persona especial en mi vida - sonreía de oreja a oreja.

- Está bien - le daba la espalda- ten cuidado.

Cuando por fin llegue a mi habitación, me acosté en mi cama a pensar todo lo sucedido, realmente era asqueroso todo. Mire la hora de mi ordenador y ya había pasado una hora de que habia llegado a mi casa y tome la decisión de ir a bañarme, empecé a pasar el jabón por todo mi cuerpo con mucha fuerza teniendo la esperanza de que se borrará todo el registro de su boca por mi piel, sus intentos de caricias forzadas.
Ya rendida de no poder lograr lo que necesitaba sacar, salí de la ducha, me mire por un instante en el espejo, tenía partes donde se podía notar la mano del profesor en mi cuerpo, era repugnante, le di un golpe al espejo esperando dejar de ver lo que quería olvidar, el espejo se hizo añicos, empecé a caminar con mis pies descalzos sobre los vidrios rotos que se hallaban en el suelo dejando un camino de sangre por donde iba, tome un pedazo de vidrio donde aún me podía ver reflejada, la aprete con mi mano, luego la empecé a pasar donde mis piernas, luego en mi estómago, manos, pechos, cuello y finalmente en mis brazos, era una loca desquiciada en ese momento, en vez de estar llorando por el dolor, sólo me dedica a reír por todo lo que hacía, las heridas que me había hechos eran profundas, pude sentir como el vidrio tras pasaba las capaz de piel.

Un Rostro Y Dos Personas → YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora