La bella durmiente.

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Despierto en una habitación azul, la observo desde donde estoy. Es demasiado pequeña y creo que sólo está rodeada por cortinas, a excepción de la parte en la que hay una ventana que da hacía un pasillo y otra hacía la calle.  Se alcanza a observar un estacionamiento con bastantes coches y parece ser que estoy en un edificio bastante alto, ya que el piso en donde estoy no parece ser el más alto. Volteo a la otra ventana, hay algunos peluches recargados en ella, unas flores y algunos globos; miro en donde estoy.

Una cama con sábanas blancas y parece que estoy un poquito inclinada, la cama está un tanto doblada. Tiene unas barras de plástico que parecen protegerme de que me caiga, noto que mi brazo está afuera de las sábanas, tengo un tubo conectado en el que cae un liquido transparente, un brazalete azul con unas letras y una cosa que supongo que es para tomar la presión, miro a la ventana de nuevo y veo que hay doctores y enfermeras pasando de lado a lado. Estoy en el hospital. Me muevo y me doy cuenta de varias pantallas detrás de mí, una empieza a sonar e inmediatamente unas enfermeras entran a la habitación.

— ¡Despertó! — exclama una. Acomoda mi cama y revisa algunas cosas en la pantalla que empezó a sonar cuando me moví, unos minutos después entra el doctor. Me hace unas preguntas y dice que me sacara de terapia intensiva para que puedan visitarme.

Un momento después dos chicos vestidos de enfermeros entran, uno pide que me siente en la cama y con un dolor casi insoportable en la cabeza me levanto, él me carga y me cambia de cama a una con llantas. El otro va arrastrando todo lo que traigo conectado al cuerpo, todas las pantallas, bolsas con líquidos que gotean por una manguera hasta mi brazo, unas cintas para medir mi pulso y un par de cosas más que me hacen sentir como un robot. 

Me llevan en la cama rodante hasta un elevador que nos lleva unos dos pisos arriba, me meten a otro cuarto y me vuelven a cambiar de cama, me quitan algunos aparatos a los que estoy conectada y eso relaja bastante a mi brazo. Los dos chicos me explican para que sirve cada cosas, que pronto vendrá el doctor a verme y me dicen que si necesito algo presione el botón rojo luego se despiden y se van; entra una señorita con una charola con sopa que huele bastante bien y un plato de frutas, cuelga la charola con unos ganchos que hay en mi cama y como los demás también se va.

Me como la sopa y el plato de frutas, me tomo mi agua de naranja y después de eso, me siento tan cansada que me quedo dormida de nuevo.

Cuando despierto está la pequeña televisión frente de mí prendida, alcanzo a notar que todavía es de día aunque las cortinas estén un poco cerradas y hay cuatro personas sentadas en el sillón, mantienen una conversación en susurro pero cuando se dan cuenta que estoy despierta todos saltan a mi como depredadores a su presa. Tardo en reconocerlos un poco y ellos lo notan, toman su distancia y esperan a que yo diga algo.

Analizo a la señora, después sigo con el señor a su lado, veo a un adolescente y después al que parece ser un adulto, cuando recuerdo quienes son, digo: — ¡Mamá, papá, Jackson, Kendall! —cuando digo eso los cuatro se abalanzan sobre mi y me llenan de besos y abrazos.

— Eres una estúpida, ¿lo sabes? — me dice Kendall, mi hermano mayor, me río y lo golpeo con el brazo que no tiene una aguja por la cual entra medicina.

— ¡No le digas así a tu hermana! — dice mi mamá

— Estuvo dormida por un mes sin hacer nada y nadie la regaña, pero yo duermo hasta la una de la tarde y me dan un sermón. — dice Jackson dándome un beso, con esa frase mis padres se ríen pero a mi no me causa nada de gracia. Toda mi alegría parece una pequeña burbuja de jabón que se revienta y ahora sólo queda confusión.

— ¿Un mes? — pregunto, ellos me miran y asienten con la cabeza. — ¿Pero que me pasó?

— Te caíste de las escaleras y te pegaste en la cabeza. ¿No recuerdas nada? Te cosieron y estuviste dormida un poco más que un mes. — me explica Kendall niego con la cabeza y voltea a ver a mi padre un poco preocupado, mis padres intentan verse lo más relajados pero sé que están igual o más confundidos y preocupados de lo que estoy yo.

— Fue lo que dijo el doctor, que cuando despertara no recordaría muchas cosas. — dice mi papá, después de darme un beso muy grande en la frente. — Pero ahora está bien y se ve bien, es lo que importa. 

— ¿Estuve en coma?

— Digamos que tomaste una siesta muy larga. - contesta Jackson causandonos una risita. 

Mis hermanos empiezan a contarme todo lo que pasó en estos meses, Jackson lo nervioso que está por entrar a su último grado de secundaria y Kendall algunas cosas que ha hecho en estas vacaciones las cuales me perdí la mayor parte de ellas, mientras mis padres tienen su propia conversación en susurros cuando el doctor entra y les dice que deben de salir, que sólo uno puede quedarse conmigo hasta dentro de una hora que vuelva a empezar la hora de visita, eso me pone triste pero todos salen y prometen volver cuando tengan el permiso.

Mamá se queda conmigo. Platicamos, me enseña fotos  y mensajes de mis primos y tíos deseándome que mejore pronto.

— Kendall insistió en ser él el que se quede en la noche contigo hoy, ¿está bien? — pregunta ella, yo estoy de acuerdo y me sigue poniendo al corriente de estas semanas.

Después de mas o menos una hora mis hermanos vuelven a entrar para platicar un rato más, después  todos se despiden y me quedo con mi hermano mayor Kendall.

— Niña tonta. — me insulta, pero sé que lo hace con cariño como siempre. Le enseño mi dedo de en medio sin despegar la vista de la televisión. — Siempre bajas corriendo esas escaleras y justo ese día decides caerte. 

—  Yo no lo decidí, ni siquiera lo recuerdo. — contesto, él se ríe y yo también. Se sienta en el sillón y nos ponemos a platicar de todas las tonterías que se nos ocurren. Apago la televisión pues ya no hay nada interesante que ver.

— Mira, son las fotos del fin de semana en el que me aventé de paracaídas con mis amigos, ahí están tus amigas, ibas a ir tú pero decidiste dormir. — me empieza a enseñar fotos y a contarme sus aventuras.

— No recuerdo que hubiéramos tenido tantos planes juntos hermano, perdón por abandonarte en ellos. Parece que te la pasaste excelente. — contesto, guarda su celular y nos quedamos a oscuras viendo a la nada.

— ¿Qué se siente estar en coma? 

— Siento que me dormí en la noche y me desperté muy tarde, en realidad siento que no pasó el tiempo. Lo último que recuerdo es que bajé las escaleras y todo lo demás es como si lo hubiera soñado. No lo recuerdo. — él está acostado sobre el sillón y yo en la cama, los dos mirando hacía el techo como si fuera a revelarnos los secretos del universo.

Volteo a la mesita que hay a un lado de mi cama y veo unas bonitas flores rosas en un vaso con agua y están a punto de secarse.  — Pues parece que el tiempo sí pasó. — los dos nos reímos mientras leo la tarjetita que tienen las flores, no tiene firma.

— Bueno querida Aurora es momento de volver a dormir.

— Es cierto, ahora soy la bella durmiente. Duermo sin que el tiempo pase.

—Excepto que si pasó y muy rápido.

Me hundo en mis pensamientos y estoy apunto de hacer una pregunta cuando me asomo y veo a Kendall completamente dormido en el sillón, ruedo los ojos y me acomodo en la cama para dormir yo también.

Cartas a Amy Parks.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora