Volver a empezar.

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— No esperaba que fueras tú el de las... el que escribe...el que... — estoy realmente impresionada, no puedo terminar la frase. "No puedo creer que eres el que está enamorado de mi", es lo único que quiero decir y lo único que no sale de mi boca.

— Así que no creías que fuera yo el poético.  — sonrío y niego con la cabeza, él no pudo haberlo dicho mejor. Termina esa frase y empieza el silencio incomodo, yo sólo puedo mirar a Jane y hacer como que tomo mi té cuando en realidad ya lo terminé. — Amy, quiero empezar de cero, no quiero hablar de eso ni nada, finjamos que no pasó. Si eso quieres tú, obviamente y si quieres te puedo dar explicaciones; sé que va a estar difícil pero sólo me gustaría olvidar lo que pasó. — me río por lo irónico de la situación, me dice que olvide algo que no recuerdo. Se molesta un poco por mi risa. — Estoy hablando en serio Amy, sé que te estoy pidiendo mucho pero no había necesidad de reírse. — hace una seña a la mesera para pedir la cuenta y pagar, todo se pone más incómodo de lo que ya estaba.

— Tengo amnesia. El golpe en la cabeza me causó amnesia y aunque desde que salí del hospital estoy tomando pastillas y yendo a terapias, sigo sin recordar algunas cosas. Como qué relación tengo contigo o que es por lo que me pides tanto perdón. — digo, él le pide a la mesera algo de comer en vez de la cuenta y no sé si está aliviado o triste.

— Entonces, ¿te gustaría saberlo o empezamos desde cero?— me pregunta, lo pienso un poco y lo observo. Creo que en realidad no quiero saberlo, sé que arruinaría todo y me haría enojar mucho, porque parece que estuve muy enojada.

— Empecemos de cero. — contesto y le sonrío, él me sonríe de vuelta y otro silencio incómodo se queda entre nosotros, sólo se escucha el ruido de las cafeteras y de la cocina. Mir le sirve su cena y yo le pido otro té, le escribo a Jane para decirle que al parecer todo va bien e incómodo.

— El otro día estaba con Fred, ¿lo recuerdas? — asiento con la cabeza, Fred ha sido un gran amigo mío desde que tengo memoria, siempre nos hemos llevado muy bien. — Bueno, fuimos a los Go Karts, estábamos manejando tranquilamente y llega un tipo y se estrella con nuestro coche y lo abolla, ¡se escapó!, ya nos querían cobrar por daño y tuvimos que perseguirlo toda la pista hasta que quiso pagarlo. — me cuenta, me río un poco porque aunque no es una historia graciosa él lo cuenta como si lo fuera.

Empezamos a hablar y a hablar, sin notar la hora ni en que momento se fue Jane ni nada de lo que pasa a nuestro alrededor. Jamás nos quedamos sin tema de conversación, él habla y yo escucho y luego yo le contaba cosas y él me escuchaba. La paso realmente bien hasta que Mir nos dice que tiene que cerrar y limpiar, veo el reloj en mi celular: son las 9:30, estuvimos hablando casi tres horas sin parar. Veo los mensajes de Jane.

"Me voy, dormiré en tu casa para que me cuentes. Te veo ahí."

"Me llevé tu camioneta, él tendrá que llevarte."

"¿Qué estás haciendo, dónde estás? ¿Sigues con él? Les dije a tus papás que estás en Déjeuners con unos amigos para que no te molestarán, pero me estás preocupando."

Y unos diez mensajes más del tipo del ultimo, le contesto diciendo que voy para allá y que llegando le cuento todo. Salimos de la cafetería aun riendo y bromeando. 

— ¿Quiéres que te lleve? — me pregunta, yo asiento con la cabeza y caminamos a su pequeño coche, me abre la puerta y luego rodea su coche para subirse en el asiento de conductor. No prende el radio y empieza a hacerme preguntas, todas las respondo y se la devuelvo para conocerlo a él también. — Me dio gusto verte Amy, ojalá antes de volver a clases podamos volver a vernos, tal vez mañana, ¿te gustaría?

— Mejor el jueves. — asiente con la cabeza un poco decepcionado y sonríe. — Si quieres ven a mi casa, Harold y Mir vendrán, también Kendall y Jane. Vamos a ver películas y jugar videojuegos y en la noche habrá una gran fiesta en mi jardín, es el cumpleaños de Kendall. ¿Lo conoces?  — el acepta y sigue manejando hacía la calle de mi casa.  — No creo que le moleste que vayas a las dos cosas.

Cartas a Amy Parks.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora