Maestras y otros cuatro.

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Bajo lista para ir a la escuela a desayunar, mi mamá ya sirvió mi cereal y Kendall ya está desayunando. Cuando estoy nerviosa mis extremidades suelen temblar, no puedo dar ni una cucharada a mi cereal.

— ¿Nerviosa? — se burla un poco mi mamá, la miro de mala forma y ella se ríe. — Estarás bien, eres buena en lo que haces y te gusta hacerlo. — le sonrió y con mucho esfuerzo me como mi cereal.

— Nos vamos en cinco hermanita. — dice Kendall mientras lava su plato del desayuno.

— Está vez no iré contigo, conocí a un chico que va en mi edificio y llegaremos juntos. — contesto, mi mamá me mira y luego mira a Kendall, levanta los hombros.

— Está bien.

Me levanto y me preparo para salir, Daniel me escribe diciendo que ya está en mi puerta, me despido de mi mamá y salgo para encontrarme con Daniel dentro de su coche, lo saludo y baja la ventana. Veo la banderita de mi buzón levantada, saco la carta y la meto a mi mochila.

Me abre la puerta desde adentro y me deja sentarme, toma mi mochila y la pasa para atrás.

— ¿Nerviosa? — me pregunta en cuanto empieza a manejar, yo asiento con la cabeza, él pone su mano sobre mi rodilla y sonríe. — Te va a ir excelente, te conozco poco pero eres una persona increíble. No tienes razón para estar nerviosa.

— Gracias. — le contesto y sonrío, no hablamos mucho de camino a la escuela y él no quita su mano de mi pierna que no paraba de temblar, pero él la detiene.

Cuando llegamos me ayuda a cargar mi mochila y me rodea los hombros con su brazo. Me acompaña por mi horario y va por el suyo, me acompaña hasta mi salón que está completamente del otro lado del pasillo y tiene que recorrer mucho para llegar a su salón.

— Llegarás tarde, no te preocupes. — le digo, el pasa sus dedos entre mi cabello y me sonríe.

— No me importa llegar tarde mientras tú estés bien, Amy. — pasa sus manos desde mi cabello hasta mis hombros y me provoca un escalofrío. Noto lo guapo que es, los bonitos ojos que tiene y su hermosa sonrisa que ilumina su cara.

— Enserio Daniel, no te preocupes. — le digo y camino hasta mi salón tomando mi mochila, él me sigue hasta mi salón y me acompaña hasta el pupitre que escojo. — Suerte. — le dijo y lo abrazo.

— Igual. — se separa un poco de mi y por un momento creo que me va a besar pero no lo hace.

— Olvidé decirte que te ves muy bonita hoy. — planta un rápido beso sobre mis labios y vuelve a pasar sus dedos entre mi cabello por un rato, sólo sonríe y me mira. — Creo que tengo que irme pero no quiero. — aún con su mano en mi cabello que me causa muchos escalofríos me da otro beso rápido. — Ahora sí.

Se va de mi salón y me deja con una sonrisa en la cara. Odio el efecto que tienen los hombres guapos y lindos sobre mi.

El maestro llega y se presenta, nos da una gran introducción y luego de media hora cambiamos de clase. En está es mucho más dinámica, empezamos dibujando cosas simples que nos dice la maestra.

— Señorita, pedí un elefante original no que me dibujara un cojín con patas. — dice la profesora mirando mi dibujo, así pasa toda la clase insultando mis dibujos hasta que el toque para avisar que empieza el receso me salva.

Tomo mi almuerzo y me siento en una mesa donde hay personas que no me hacen caso y eso es mejor. Daniel se sienta a mi lado con su sonrisa habitual y yo traigo mi cara de "no conseguí lo que quería".

— ¿Qué pasa Amy? — me pregunta, empiezo a contarle todo aunque él parece ni escucharme. — No le hagas caso, tú eres muy talentosa.

— Gracias. — le sonrío aún enojada. Hablamos todo el receso y él pasa todo ese tiempo paseando sus dedos entre mi cabello, parece que es algo que le gusta hacer. Me acompaña de nuevo a mi salón y se queda otro rato ahí.

— Me encanta tu cabello. — me dice en el pasillo cuando todavía no entramos a mi salón, sigue con su mano entre mi cabello.

— Lo noté. — le contestó el toma mi cabeza y me acerca más a él, empieza a besarme y le sigo el beso, sus manos se pasean en mi cabello como lo han hecho toda la mañana durante el beso. Intento separarme después de un rato pero toma mi cabeza para acercarme más a él, baja sus manos hasta mi cadera. Yo pongo mis manos en su cabello y enredo mis dedos en su cabello, ahora él intenta separarse pero yo lo acerco de nuevo hacía mi. — ¿Quieres volver con esa maestra que te critica? — me pregunta cuando se separa de mi, niego con la cabeza y él me toma de la mano para salir del edificio e ir a las gradas. Nos besamos un rato más y luego platicamos todo lo que resta de la clase.

— Primer día y me haces faltar a clase, eres un tonto Daniel. — le digo y me recargo en su hombro. — Me gusta que seas un tonto.

— Es verdad, creo que tenemos que volver. — me contesta, nos levantamos y me besa por ultima vez. — Nos vemos en la salida, Amy.

Nos separamos y cada quien va a su siguiente clase, está vez me toca con una maestra que es buena y nos explica cosas básicas sobre los colores y otras cosas más, nos pide que saquemos nuestra paleta de colores. Cuando la busco en mi mochila encuentro el sobre que me dejó James en la mañana. Pongo atención un rato más a la clase y luego abro la carta.

"Amy,
Ayer la pasé excelente contigo. No sabes cuanto. Les di un lugar especial a tus muñecos en mi repisa, en serio me gustan mucho.
Gracias por darme una nueva oportunidad. Espero que te vaya excelente hoy en tu primer día, sé que eres muy buena en todo lo que haces y sé que conocerás mucha gente y los conquistaras con tu hermosura.
En verdad no sé como expresar lo que siento con palabras, así que te hice esto y espero que te guste tanto como a mi me gusta.
Creo que ahora me gusta Darth Vader sólo por ti.
Te quiero mucho, James."

Paso las clases recordando lo bien que la pasé ayer con James y de todo lo que hablamos. Veo el CD que está dentro de sobre y pienso que definitivamente tendré que escucharlo cuando llegue a mi casa.

Daniel pasa por mi a mi salón y nos vamos juntos a su coche, no para de hablar de lo bien que le fue en su día, me deja en mi casa y me despido de lejos para subir a mi habitación, tomar mi vieja grabadora y escuchar el disco que me hizo James.




N/A
Amo a James y a Daniel, son demasiado perfectoos. Lástima que sólo existen en mi mente y mi novela.

¿Qué les está pareciendo hasta acá? Dejen todos sus comentarios, ustedes lectores fantasmas que no votan ni comentan.

Mi pregunta del capítulo es: ¿Preferirían comer chocolate con sabor a popo, o popo con sabor a chocolate?

Prefiero chocolate con sabor a popo, no te hace daño y si te lo tomas con agua no sabrá tan mal. ;)

Me gustaría dedicarle este capitulo a ar_victoria que fue la persona que me animó a seguir con está historia la cual yo creía que ya no tenía inspiración.

Ahora vaya que la tengo. Espero que les guste.

Cartas a Amy Parks.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora